En 1989, Ehrman trabajaba como corresponsal en Alemania del Este, controlada por los soviéticos, para la Agenzia Nazionale Stampa Associata (Ansa), una agencia de noticias italiana. Durante una rueda de prensa del gobierno soviético, fue Ehrman quién hizo la última pregunta de la noche, la cual sería recordada hasta hoy.
Esta conferencia había sido clasificada como importante por el gobierno comunista. En una entrevista con el periódico La Voz de Galicia, el periodista recuerda que llegó tarde a la conferencia porque no encontraba parqueadero, y le tocó sentarse al lado del atril en donde se encontraba Günter Schabowski, el temido portavoz del régimen comunista alemán.
Durante esta conferencia, Schabowski se dedicó a hablar de todos los aciertos que el régimen comunista había tenido y, a su vez, mencionó los errores que habían cometido. Ehrman entonces decidió preguntarle si no había sido un desacierto haber publicado una reforma de viajes, que el pueblo alemán estaba pidiendo mediante protestas, y que realmente no hacía ningún cambio.
Un burócrata sorprendido que sorprendió a Ehrman y al mundo
La pregunta no solo tomó por sorpresa a Schabowski porque no le habían explicado a detalle de qué trataba la nueva reforma, sino que le molestó que nadie se había atrevido a hablarle de esa manera. Años después Schabowski y Ehrman se hicieron amigos y el exportavoz le confesó esto, de acuerdo con el periódico español.
Ante la insistencia de Ehrman, al representante soviético no le quedó de otra que buscar en los papeles que tenía y leer la nueva política de viajes para Alemania Oriental. Mientras leía mencionó lo que por 28 años estuvo prohibido para el pueblo alemán: que los ciudadanos podían, por fin, salir del país sin ningún tipo de restricción.
Ehrman, sorprendido, le preguntó al portavoz, cuándo iba a llevarse a cabo este nuevo mandato. De forma titubeante el delegado indicó que los viajes serían efectivos inmediatamente. Ehrman, que sospechaba lo que esto significaba, volvió a increpar al portavoz y le preguntó si este nuevo mandato también aplicaba para Alemania Occidental. Schabowski respondió que sí.
Ehrman entendió automáticamente lo que las palabras del representante soviético significaban: que el Muro de Berlín iba a desaparecer. Así que él y otro periodista salieron de la sala de conferencias corriendo a reportar este hecho a sus jefes.
Ehrman llamó inmediatamente a Roma, gritando "se cayó el muro”, sus compañeros pensaron que se había vuelto loco. El periodista que acompañaba a Ehrman trabajaba para la embajada de la Alemania Federal, así que llamó al canciller alemán, Helmut Kohl, quien se encontraba en una visita oficial en Varsovia. Al escuchar la noticia, Kohl automáticamente regresó a Bonn, la otrora capital provisional de Alemania Federal.
Fue el director de la agencia quién le creyó a Ehrman y decidió publicar la noticia, ya que sus compañeros aún dudaban de los hechos. Ansa, la agencia italiana, tuvo la primicia mundial.