Sábado 13.11.2021
/Última actualización 11:39
Los años ‘80 fueron prolíficos en la gestación de películas destinadas al consumo masivo que hicieron de la mezcla de géneros una especie de método a seguir. Ejemplos de esto son “La hora del espanto”, que combinaba el terror vampírico con la comedia adolescente y “Un hombre lobo americano en Londres”, que hacía lo propio con el subgénero del horror licántropo y agregaba en la batidora la música de Creedence. También “Volver al futuro”, donde Robert Zemeckis lograba conectar con el público juvenil a través de una ingeniosa variante del cine de ciencia ficción, en su vertiente de los viajes en el tiempo. Y “Los cazadores del arca perdida”, en la cual Steven Spielberg utilizaba al personaje de Indiana Jones para reinventar, con espíritu cercano al cómic, las películas de aventuras que poblaron las pantallas en los ‘40 y ‘50.
En ese contexto de efervescencia, un grupo de comediantes que venían desde la década anterior triunfando en el legendario late show estadounidense “Saturday Night Live” se unieron con el director Ivan Reitman (que había dirigido ya las hilarantes “El pelotón chiflado” y “Meatballs”, vehículos de lucimiento para las habilidades cómicas de un actor en crecimiento en esos años como Bill Murray) para forjar el que sería uno de los blockbuster más exitosos de la primera mitad de aquella década milagrosa: “Cazafantasmas”.
Esta mixtura algo alocada (no podía ser de otra manera dado que Bill Murray y Dan Aykroyd estaban entre sus principales artífices) de ingredientes cómicos, fantásticos, terroríficos, góticos y familiares se convirtió rápidamente en una película de culto que fascinó al público de todo el mundo, se tradujo en un amplísimo merchandising que incluyó juguetes y muñequitos de colección al estilo de “Star Wars”, un tema musical que se hizo hit y una secuela que llegaría cinco años más tarde, también con altísimos niveles de recaudación.
Entre las claves del éxito de “Cazafantasmas”, como señala el crítico Leonardo D'Espósito, figura la capacidad de los guionistas y el director para tomar elementos del cine de terror y combinarlos con una mirada cómica e irónica de la vida en Manhattan, con la misma profundidad de Woody Allen. “Está ese humor ‘Saturday Night Live’ que aportan Murray y Aykroyd, esa manera de tomar lo más extraordinario y monstruoso como si fuera cosa de todos los días”, indica D’Espósito. Pero hay más todavía: los efectos especiales están logrados a pesar de que son de una etapa previa lo digital y los personajes están tan bien trazados (tanto los “científicos” de Dan Aykroyd y Harold Ramis como el sarcástico Bill Murray, el torpe Rick Moranis y la bella Sigourney Weaver) que todos los elementos fluye a la perfección.
Columbia PicturesEl éxito global que obtuvo “Cazafantasmas” derivó en una expansión del universo creado en el film que se tradujo en la secuela de 1989 con el mismo reparto (Bill Murray, Sigourney Weaver, Dan Aykroyd, Harold Ramis) pero también en un reboot de 2016 que intentó buscar novedades a través de la incorporación de un reparto puramente femenino. El experimento, dirigido por Paul Feig y protagonizado por Melissa McCarthy, Kristen Wiig, Kate McKinnon y Leslie Jones funcionó sólo a medias pero puso de manifiesto que los mecanismos que habían sido puestos a prueba en los ‘80 todavía tenían la capacidad de funcionar y atraer al público.
Sony Pictures Entertainment (SPE).Foto: Sony Pictures Entertainment (SPE).
En esa misma línea, la de indagar en ese mundo, se inscribe “Ghostbusters: Afterlife”, que se estrenará en los cines argentinos el próximo jueves 18 de noviembre. La película está dirigida por Jason Reitman, hijo de Ivan Reitman el director de la película de 1984. Se trata de una secuela directa de “Cazafantasmas 2” que tiene como protagonistas a Finn Wolfhard, Carrie Coon, Mckenna Grace y Paul Rudd, que incorpora también en el reparto a los históricos de la saga Sigourney Weaver, Bill Murray, Dan Aykroyd y Ernie Hudson. El argumento se centra en la historia de una madre soltera que llega junto con sus dos hijos a una pequeña ciudad donde descubre una conexión entre los cazafantasmas originales y un legado secreto que dejó su abuelo tras de sí.
Hasta el momento, en sus presentaciones ante distintos públicos del mundo, la película recibió críticas heterogéneas. Están los que ven en ella la oportunidad única de volver a enamorarse de los personajes (como Rosie Knight de IGN, que remarcó que el guión es “alegre, ingenioso, con buen ritmo y emotivo”) y los que, por el contrario, la describen como un objeto que se focaliza únicamente en la nostalgia, sin ofrecer una mirada personal por parte de sus realizadores que hubiera servido para enriquecer el resultado final. Lo cierto es que, a pesar de las casi cuatro décadas transcurridas desde su primer contacto con los espectadores, los cazafantasmas tienen todavía cosas para decir. Y espectros por atrapar.