El líder de Catupecu Machu y Vanthra regresa a Santa Fe en su formato solitario, pero hoy renovado mediante el uso de efectos y loops. Será parte de una gira que anticipa la reconversión de su última banda en su proyecto original, tras su reencuentro con Abril Sosa y el fallecimiento de Gabriel, su hermano y cofundador.
“Creo que lo íntimo es más parecido a cuando estoy componiendo o tocando solo en mi casa; de hecho todo el set lo armé en mi casa”, cuenta Fer. Foto: Gentileza producción
Fernando Ruiz Díaz se presentará en Tribus Club de Arte (República de Siria 3572) el viernes 5 de agosto a las 21, con su show “íntimo y acústico” en solitario. Acompañado sus guitarras y efectos y loops, invita a un recorrido por las canciones que marcaron su trayectoria en Catupecu Machu y Vanthra en formato electroacústico, más algunas versiones de otros creadores.
Las entradas están a la venta en la boletería de Tribus (de miércoles a domingo, de 18 a 0) y a través del sistema Ticketway y sus puntos de venta (online y físicos). Antes del concierto, El Litoral conversó con el artista sobre las particularidades de esta propuesta de, y su proyecto de relanzar Catupecu Machu tras su reencuentro con Abril Sosa y el fallecimiento de su hermano y cofundador, Gabriel Ruiz Díaz.
Versiones mutantes
-Volvés en el formato “íntimo y acústico” pero renovado. ¿Cómo es esta forma diferente de vincularte con el público, desde un lugar distinto al de una banda?
-Por ahí lo de “íntimo y acústico”... uso muchas cosas eléctricas en este show (risas). Incluso la guitarra criolla la electrifico y uso muchos pedales. Las veces que estuve en Tribus fui con la guitarra criolla, ahora uso unas cosas más. Creo que lo íntimo es más parecido a cuando estoy componiendo o tocando solo en mi casa; de hecho todo el set lo armé en mi casa. Viernes y sábado hicimos el Teatro El Globo, y ya el domingo estaba trabajando en loops, grabaciones que hago y toco arriba.
Es el juego que hago libremente cuando estoy solo, llevado al escenario; creo que logro una conexión diferente a cuando estoy con el grupo: somos muchos músicos tocando y se logra una sinergia parecida pero no tan íntima. Es algo parecido a estar con más gente, pero metidos en un mantra.
-Por un lado te permite jugar con las versiones, ir mutándolas de show en show. Y la conexión es directa con la gente, al estar solo.
-Totalmente. En realidad, a diferencia de cuando inauguré Tribus Club de Arte tocando solo, ya hice varias veces shows ahí tocando solo. Improviso mucho, pero en este show me preparé: incluso anoche estuve hasta las siete de la mañana, porque se me ocurrió una cosa y empecé a trabajarlo con pedales, efectos y cosas. Hay momentos que suena más como una orquesta, pero son solo las guitarras. También lo que hago es trabajar diferentes parámetros para después improvisar: como decís hago otras versiones de temas míos y algunos de otros.
Eso me gusta hacerlo mucho con Catupecu, pero de otra forma, más dentro de una estructura en la que estamos todos e improvisamos juntos. Ahí es diferente, estoy dirigiendo una orquesta de varios humanos; acá estoy solo con mis alter egos: capaz que voy grabando en tiempo real algo, ese es un alter ego mío, y después entra el otro más tranquilo va hacia la montaña; y otro va hacía el mar. Es como ir pintando imágenes: está buenísimo lo que me pasa, entonces logro eso.
Es más un salto al vacío, o saltar en paracaídas, o surfear: nunca hay una hola igual a la otra: de hecho los dos shows que hice en Buenos Aires fueron alucinantes, fueron parecidos pero toqué diferentes temas: se me ocurría alterar la lista e iba para otro lado, o incluso las versiones de un mismo tema fueron diferentes.
-¿Qué temas ajenos estás haciendo?
-En El Globo me dieron ganas de tocar “Mañana en el Abasto” de Sumo y “Más y más”, de Draco Rosa, son temas que me encantan, me gusta tocar joyas que les pido prestadas a autores. Y después toqué muchas cosas de Catupecu y algunas cosas de Vanthra: más que un abanico son dos abanicos que hacen 360 grados, muchas canciones para sumar y tocar. Muchas que hace mucho no tocaba, temas más tranquilos como “Entero o a pedazos”, “Cosas de goces” (de “Simetría de Moebius”), “Hay casi un metro al agua” (de “Dale!”), “Grandes esperanzas” (de “Cuadros dentro de cuadros”); temas míos que capaz en un show eléctrico no podés tocarlo por el clima. Acá los podés tocar en cualquier momento del show.
Cuando sucede esto de que hay dos funciones (por ejemplo en Rosario se agotó el domingo 7 y salió la función del sábado 6) hago dos configuraciones distintas de lo mismo. Es un estímulo, voy grabando capas en la misma canción.
Relanzamiento
-Arrancaste en El Globo la gira de este formato; en junio estuviste tocando con Vanthra en el Teatro Vorterix. ¿Cómo sigue ese trabajo?
-En realidad fue algo muy sorpresivo para mí y para todos; hicimos dos shows con Vanthra en el Vorterix con Abril Sosa, pero en realidad lo que nos dimos cuenta ahí es que estaba reencarnando Catupecu. Todo esto se dio porque tuve un encuentro con Abril, baterista original de Catupecu, que estaba viviendo en Madrid. Antes de irse, hace poco más de un año, nos reencontramos tres días antes de que parta de este plano Gabi. Más allá de que nos vimos e hicimos cosas juntos, tuvimos una charla muy sincera por teléfono, después de 20 años de habernos separado.
-Muchas cosas para decirse.
-Claro, fue una reunión increíble lo que pasó. Él vino a tocar en un show acústico que teníamos la misma noche que estaba partiendo Gabi; entonces nos encontramos con Juli (Gondell), Charlie (Noguera) y Abril despidiéndolo juntos en Santa Fe. La verdad que fue muy sorpresivo eso que pasó, y sentimos que nos había juntado Gabi nuevamente.
Eso fue el disparador para cuando nos llamaron para tocar en el Quilmes Rock: me llamaron muchas veces para juntar Catupecu, pero siempre decía que no, hacía seis años que había parado el proyecto. Entonces llamé a todos los integrantes de todas las épocas a juntarnos y hacer este homenaje a Gabriel.
A la semana tocábamos con Vanthra en el Wine Rock de Mendoza, en la Bodega Monteviejo, que es como mi casa; entonces lo invitamos a Abril a la prueba (que fue el día anterior), y a los tres temas que hicimos a dos baterías con Juli en el Quilmes Rock se me ocurrió meter seis o siete temas más. Así que arrancamos el show con Secretos pasadizos a dos baterías, y la gente que concurrió no podía creer que estaba viendo a Abril tocando con Juli, era algo bestial.
Después cuando volvíamos en el avión Abril dijo que quería quedarse acá, y dije “vamos a hacer unos Vorterix”: lo llamé a Daniel Chino del Teatro y automáticamente agarró: pusimos dos fechas, hasta cuando se quedaba Abril en Buenos Aires, que se agotaron en una semana y media. Era “Vanthra + Abril Sosa”, lo anunciamos así, pero en el show nos dimos cuenta de que estaba reencarnando Catupecu: la gente dice que si estoy yo es Catupecu, imaginate si estamos Abril y yo juntos; con Juli y Charlie.
Catupecu mutó a Vanthra, y ahora Vanthra nuevamente a Catupecu de esta forma. Ya antes del Quilmes Rock pedían shows en toda América, en Europa, en Argentina; ahora que se reencarnó más. Viene ahora Abril en septiembre, ya grabamos cosas a dos baterías, reversiones, en esos cuatro días que se quedó por los Vorterix; y se empezaron a dar un montón de cosas. Ahora estamos cerrando cosas en Argentina, en Colombia, arrancamos el 11 de septiembre en un festival muy importante en Paraguay, cerrando la fecha.
Este show “íntimo y acústico” me está dando a mí un upgrade a mi música; está pasando algo muy increíble, porque va a ser una gira hasta principios de septiembre. También se fue dando: a partir de los shows de Buenos Aires lo pidieron de todos lados: Santa Fe, Rosario, Córdoba, Mar del Plata, Mendoza, San Luis.
En estudio
-Viene esta gira con Catupecu renacido. ¿Cómo te plantás creativamente como para componer para ese proyecto, que quizás te inspira otras cosas?
-Te diría que el disco ya está compuesto, porque siempre estoy componiendo, haciendo cosas: lo que más me gusta hacer en mis días es estar con mi hija, estar tocando y componiendo y estar arriba de un escenario; y eso significa estar arriba de un avión. Sigo siempre, tengo muchísimas cosas compuestas; algunas cosas que estaban siendo para Vanthra serán para Catupecu. Y cosas que estoy haciendo, pensando, a dos baterías: un tema que ya tenía hecho ya está grabado en esos días posteriores al Vorterix que estaba Abril acá.
Estábamos haciendo con Vanthra un disco que se llama “Visiones y revisiones”, que son reversiones de temas de Catupecu y de Vanthra, pero grabamos cosas nuevas en el Estudio Panda, que fue donde grabamos “Cuentos decapitados” con Abril. Fuimos y grabamos muchos temas a dos baterías, incluso un tema nuevo. Primero va a salir este disco con reversiones a dos baterías, que está alucinante; y calculo que el año que viene vamos a hacer una gira.
Ahora vamos a hacer varios shows en la Argentina; me gustaría que alguno de los pocos shows que hagamos en lo que queda del año fuera en Santa Fe. Como el Día de la Primavera, que tocábamos en Santa Fe: un show grande para la gente, Santa Fe para mí es muy especial. Vamos a ver si se da: estamos en eso.
Es tremendo lo que está pasando: es un renacer, a la vez una banda nueva. No es algo meramente melancólico esto que nos pasa. Es artísticamente tremendo, pocas veces lo he visto. Incluso en la forma en que lo hacemos nosotros, a dos baterías. Estamos con muchas ideas, y disfrutando mucho este presente con estos shows que me tienen alucinado.