Después de un año intenso de actividad junto a Catupecu Machu, el cantante y guitarrista vuelve a su ciudad natal para reversionar su repertorio y reencontrarse con su público. En la previa, charló con El Litoral sobre este formato, la actualidad de su banda y lo que se viene para 2024.
Infatigable: Ruiz Díaz se prepara para los festivales de verano y la demorada gira europea por España, Alemania e Irlanda. Foto: Gentileza Vrødas
Después de un intenso año girando con Catupecu Machu, el cantante y guitarrista Fernando Ruiz Díaz vuelve a Santa Fe en formato íntimo y electroacústico para concretar el ritual de encontrarse con su gente. Acompañado de diferentes instrumentos, invita a un recorrido por las canciones que marcaron su trayectoria en Catupecu Machu y Vanthra, reversionadas en solitario.
Las entradas están a la venta en la boletería de Tribus (de miércoles a domingo, de 18 a 0) y a través del sistema Ticketway y sus puntos de venta (online y físicos).
Antes de la visita, compartió con El Litoral una charla sobre tocar en solitario, la magia de las guitarras, la actualidad de Catupecu Machu y el disco en el que está trabajando.
Comunión interior
-Volvés para cerrar el año, recuperando el formato íntimo y electroacústico, con el que estuviste el año pasado. ¿Cómo es retomarlo, después de todo un año de “reencarnación” de Catupecu Machu?
-Sí: había hecho una gira cuando pasó el Quilmes el año pasado; pero hacía mucho que no tocaba en ese formato. De hecho, este año. creo que van a hacer esta dos nada más: esta en Santa Fe y en Mendoza el 29, con Marce Pelleriti. Me pone contento: se me ocurrió porque Santa Fe es mi tierra natal, me iba a visitar a la familia, y siempre me gusta tocar en Santa Fe. Lo llamé al Chengo (José Altamirano) de Tribus, que amo: lugar que inauguré con este tipo de shows acústicos, y enseguida lo armamos. Me gusta mucho Tribus y me gusta mucho tocar el Santa Fe.
-Hay algo de reconexión para adentro, cuando sos vos solo con los loops y las guitarras; algo más de viaje personal, totalmente distinto a una banda.
-Sí, es otra cosa. En algún lado es volver un poco al inicio mío: no empecé con la guitarra eléctrica sino con la guitarra criolla, cuando tenía ocho años. Entonces hay algo en eso primitivo, mucho más austero en cuanto a capas sonoras; me encuentro conmigo mismo. Igual siempre en la música me encuentro, pero en este formato queda mucho más expuesto. No sé cómo explicarlo: es muy interesante tocar y cantar por esos colores; pintás con una paleta más austera y a veces llegás hasta colores mucho más profundos.
-De todos modos es como cuando eras chico con la guitarra, pero con algunos juguetes nuevos.
-Sí, le metemos fantasía. Por eso es raro: porque “acústico” sería si estuviera tocando sólo con una guitarra. Aparte voy armando, jugando cosas, hasta estoy viendo con qué guitarra voy a tocar. Es lindo.
Fer y la Fender electroacústica de Marce Pelleriti: una historia que cruzó un océano. Foto: Gentileza Leticia Villalba
Guitarra viajera
-Hablando de guitarras, bueno, en las promos salís en una foto que sacó Leticia Villalba en el Teatro del Globo, donde estás con la Fender acústica. Decías que había una historia atrás de esa guitarra.
-Yo había llegado a Francia, en uno de los viajes con mi hermano Marce Pelleriti, que es con quien hacemos vinos, y toda mi vida en Mendoza. Viajé varias veces con él a Francia cuando él hace las vendimias allá. Esa guitarra él la tenía allá en Pomerol, para tocar cuando llegaba, tenía esa y una Fender Telecaster.
Estuvimos algunas cosas juntos, acústicas; y cuando el último día que yo estaba allá, después de como 20 días, comimos en una bodega hermosa, y tocamos la guitarra un montón de tiempo. Entonces un asistente de Marcelo dijo: “Yo les guardo las cosas”, guardó la guitarras. Marce me había regalado una funda que era como de piel sintética de lagarto, negra, muy divina; él tenía una igual. Me dieron la guitarra, me fui al aeropuerto, y cuando llegué a Argentina la abrí: había quedado mi guitarra quizás de cabecera de las criollas, una Estrada Gómez que está muy usada, con un agujero, en Europa, y esta se ve que se quiso venir para acá.
Después Marcelo me trajo la mía y esta quedó en mi casa (risas): pasó a ser parte del staff acá, y Marce me dijo: “No, quedátela”. Cuando hice esa gira (en solitario) me copé mucho con esa viola y empecé a hacer algunos sonidos con ella. Entonces le dije: “Marce, se quiso quedar para acá, va a tener que ir al show”.
Angus Young una vez dijo: “Yo voy donde me lleva mi guitarra”. Ellas deciden, pensá que son eternas: pasarán de mano en mano, yo no estaré más en este plano corpóreo y las guitarras están ahí. Pensá que el bajo Frankie de Gaby (Ruiz Díaz, su hermano y cofundador) toma protagonismo: es el bajo del disco nuevo que estamos grabando: Charlie Noguera lo venía usando, pero le hizo todo un mantenimiento y está sonando increíble. Gaby no está, pero está el Frankie, está su espíritu. Los surfistas dicen que el espíritu queda dentro de la tabla; bueno, algo así debe haber con las guitarras también.
Etapas
-La última vez que hablamos el Catupecu 2.0 estaba en efervescencia, en gestación; ya pasó un año de tocar en festivales, de girar, hicieron todo lo que fue la Residencia Vorterix; lo van a cerrar ahora el 18.
-Sí, tocamos por todos lados, muchos países; hicimos el Movistar Arena acá y después decidimos hacer un lugar chico, la gente nos pedía el Vorterix: hicimos una residencia de siete shows. Después de eso nos separamos con Abril (Sosa, baterista), pero por cosas de la vida: él vive en Europa; fue muy lindo todo lo que vivimos, pero bueno, estamos acá.
Y ahora esta oportunidad del Vorterix: algunos dicen que duraron un minuto las entradas, otros dicen tres. Queríamos despedir el año con los fans en el Vorterix; por otro lado también es presentarnos con Nico Meardi, que es el nuevo baterista. Seguimos con este formato de Catupecu reencarnado: un power trío a dos baterías; hay momentos en que Nico se queda en la batería y Juli (Gondels) sale a tocar bajos y guitarras; Mister Charles Noguera toca teclados, guitarras, bajos, coros, voces.
Era cerrar el año; enseguidita nomás lo empezamos el 4 d enero tocando en Punta del Este, Uruguay: en Medio y Medio: un lugar que nos encanta. Después hacemos Cosquín Rock, el 11 de febrero, y nos vamos a hacer seis fechas a Europa: hacemos Berlín, Dublín (Irlanda), Barcelona, Madrid, Valencia, y se agregó Mallorca.
Volvemos y hacemos Asunciónico, que este es como el Lollapalooza de Paraguay; de ahí nos vamos al Lollapalooza de Chile; y después cerramos todo esta etapa con Rock en Baradero, en la provincia de Buenos Aires: un festival que es muy lindo, a fin de marzo. Y en medio de todo esto grabando el disco nuevo: estamos que no paramos.
-La gira por Europa se anunció en un momento para mayo, después se pasó para octubre.
-A veces a las giras las rige un show, quizás el más grande de la gira. Originalmente se iba a hacer el Cosquín Rock en Barcelona, que después no se hizo; un poco regía esta fecha, los productores de allá dijeron: “Vamos a pasarla para más adelante, así podemos agregar algo más”. Se pasó para octubre, y la tuvimos que pasar de nuevo porque de repente en Argentina explotó todo: los pasajes se fueron como tres veces más arriba, y había cosas de producción que sucedieron que nos excedían a nosotros. Hubo un momento en que si se hacía la gira, por más que los lugares estén sold out, quedamos 20.000 dólares abajo, por cosas de logística.
Aparte si la pasábamos agregábamos un par de lugares más; lo decidimos más que nada por eso (no nosotros, sino la producción) porque se agregaban Dublín y Mallorca. A veces las giras tienen eso.
Nuevas canciones
Recién hablabas de la grabación del disco. ¿Qué se puede contar de lo que hay hasta ahora?
Los discos suelen tener varias etapas. Una es todo lo que voy haciendo en mi casa: trabajo los temas acá, vengo trabajando hace mucho, muchos temas. Después está la etapa en que van a la sala: tenemos alguna cosa que ha surgido ahí. La mayoría, como todos los temas históricos de Catupecu me salen en la intimidad; después trabajo unos demos, que cada vez los hago más logrados, más cerrados. Pero después se va a la sala y ahí crecen, empiezan a pasar cosas.
Ahora viene esta etapa en breve, de ir con los temas a la sala: todo este tiempo será de ese proceso, y nuestra idea es que salga en la primera mitad del año, o principio de la segunda.
-Para llegar a eso tendrían que entrar a grabar en marzo.
-Sí, pero es difícil ahora, porque tenemos todas estas giras y fechas. Creo que en abril vamos a estar trabajando ahí; llega un momento en que necesitás parar y cortar. Calculo que en mayo, junio, julio, saldrá el disco. Estamos viendo: los discos son algo en constante movimiento.
-Sobre todo ahora.
-No, pero siempre ha pasado eso. Aparte en este momento priorizamos pasarle mucho tiempo a Catupecu, porque entró Nico Meardi y había que hacer todo un trabajo con él, el integrante nuevo.
-Asimilándolo.
-Exactamente: asimilándolo, asimilando todo eso.
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