“Ramírez. Drama musical folk”, con dramaturgia, puesta y dirección de Daniel González Rebolledo y composición y dirección musical de Eduardo Retamar, narra las vicisitudes de las mujeres que acompañaron la vida íntima del caudillo Francisco Ramírez, empeñadas en recuperar su cabeza cercenada en batalla. En diálogo con El Litoral, tres de sus protagonistas relataron el proceso creativo de esta puesta.
Raúl Eusebi como Francisco Ramírez y Paula Godone como la Delfina, en un pasaje de la obra. Foto: Gentileza Liza Ormaechea
En el marco de la gira 2021/2022, “Ramírez. Drama musical folk” se presentará en la sala mayor del Teatro Municipal 1° de Mayo de Santa Fe (San Martín 2020) el viernes a las 21. La obra, que recrea pasajes controversiales de la historia entrerriana y santafesina, recibió en abril de este año el Premio Especial en el Certamen Binacional Río de los Pájaros. Es una pieza casi operística que narra las vicisitudes de las mujeres que acompañaron la vida íntima del caudillo Francisco Ramírez, empeñadas en recuperar su cabeza cercenada en batalla. Presenta más de 40 artistas en escena y cuenta con la dramaturgia, puesta y dirección general de Daniel González Rebolledo. La composición y dirección orquestal y coral están a cargo de Eduardo Retamar.
Las entradas están en venta en la boletería de la sala. Para adentrarse en el proceso creativo, El Litoral conversó con tres de sus intérpretes: Inés Ghiggi (Tadea Jordán), Raúl Eusebi (Francisco Ramírez) y el santafesino Roberto Trucco (Anacleto Medina).
El origen
-¿Cómo surgió esta idea de desarrollar este “drama musical folk” (como género en sí mismo) sobre las mujeres de la vida y la muerte Francisco Ramírez?
Ghiggi: -Comenzó hace muchos años atrás también cuando Daniel González Rebolledo comienza a pergeñar la escritura: es el dramaturgo, el autor, y la concibe ya casi en términos operísticos, porque aparecen los parlamentos, aparece la intervención musical, el coro, las letra de las canciones. Hubo un par de intentos anteriores de poder llevarla a cabo, pero es un emprendimiento realmente muy importante. Finalmente en el 19 sacamos la primera puesta escénica, con la dirección de Mario Martínez, que nos fue muy bien por suerte; luego tuvimos un impasse hasta que retomamos 21 y 22.
Es un gran desafío para todos los compañeros: esto de adentrarnos nosotros mismos en la historia de Entre Ríos, que de pronto no se conoce tanto, ni siquiera en nuestra provincia; es un ángulo a revisar me parece, también en las currículas. Ver también la relación política entre Entre Ríos y Santa Fe, tomar conciencia y hacernos cargo de que es un tema controvertido, más aún trayéndolo a Santa Fe; es un tema polémico que sigue en discusión.
Aparecen estas mujeres, tienen figuras arquetípicas, mujeres que también verídicamente existieron en la historia de la provincia y de la Argentina toda, pero que han sido soslayadas en la escritura de la historia.
-Hay una corriente ahora que busca recuperar a esas mujeres, por un lado, y también estas cosas que nos interpelan desde la organización nacional para acá.
Ghiggi: -Totalmente. Y en ese sentido también tiene una vigencia extraordinaria este texto de “Ramírez”: por un lado nos lleva a abrevar en esa historia, que siempre permite comprender mejor el presente; y por otro lado tenemos un parangón en lo que ha sido la grieta, la brecha, que también existió. Y hasta esto del horror de un degüello, pero saber que en ese tiempo en que se gestó ese tipo de registro histórico era común que existiera ese encarnizamiento, ese ensañamiento, con la venganza. Que vuelve a estar de otra manera (risas), ahora con operaciones de prensa.
Trucco: -El odio. Estaba por decir algo y me acuerdo de la letra que tengo: “Mejor no hablar de ciertas cosas”. (risas).
Despliegue
-Es un desafío meterse con esto desde una idea de teatro musical; porque no, eh, por ahí es otro registro, que puede ser muy solemne.
Eusebi: -Creo que lo que sentimos todos fue arrimarnos a un género inaugural, casi te diría, este que vincula el coro, una orquesta en vivo; somos cerca de 40 personas en escena. Pero más allá de eso yo pienso que justamente estos temas que trascienden para mí aspectos como los que estábamos charlando recién como lo político, también esa pintura de lo que podía ser la sociedad en esos momentos: cuando hablamos de violencia, cuáles eran este las manifestaciones que se llevaban adelante para entender esos gestos. Lo que era el territorio, cómo se iban definiendo esos espacios, cómo se gestaban los líderes. Estas primeras organizaciones militares, que eran este personas con una con una filosofía con respecto a la estrategia; que hoy en día este los tenemos como distantes, pero que han sido cimientos de la sociedad que tenemos hoy. No nos podemos sorprender de las cosas que nos pasan.
Trucco: -Y actoralmente es muy lindo, porque hace que el actor trabaje en profundidad: que investigue, que lea. En el caso mío conocía nada de esto, y cuando llegué me tuve que poner al tanto de quién era este Anacleto Medina, que es mi personaje, de lo que pasaba en Punta Gorda; luego me entero que en ese lugar cruzó Urquiza para cuando tuvo que derrocar a Rosas. Son esas cosas que a vos te sirven, porque tienen que manejarse con mucha energía. Cuando uno se maneja con una energía y una conexión arriba del escenario se produce una magia; y en eso ayuda el coro y la música: es una cosa muy envolvente. Hacer un espectáculo de este tipo es muy difícil,
-¿Cómo terminaste vos en un espectáculo tan entrerriano?
Trucco: -Gracias a (Gerardo) Dayub. Me llama y me dice: “Hay un personaje, que te va bien”. Siempre se necesita un negro (risas). Fui, hice el casting con Mario Martínez, que estaba como director, y le gustó. Después lo que vivimos los que estamos actuando fue un cambio: hubo una forma de actuar cuando estábamos con Martínez y ahora hay otra. Los que vieron la primera puesta van a ver una diferencia radical.
-¿Quién está a cargo ahora?
Ghiggi: -El propio Daniel González Rebolledo; y está a cargo de la dirección musical y orquestal Eduardo Retamar, que es también el compositor de todo. Hizo una obra orquestal, que es muy fuerte; porque también lo que hay que entender en materia de género es que nos llevó también a investigarlo. Yo pensaba: “¿Por qué Daniel puso ‘drama musical folk’?”. Puedo afirmar que él no pensó, cuando le puso ese título, en que eso era el género propiamente dicho.
Me puse a investigar y claro, encontré un autor que lo explica muchísimos años atrás. Dice: el drama es el componente de todo lo que es el texto, la dramaturgia, el parlamento. lo musical. Cuando es un musical solo, es la predominancia de toda la música, las canciones, y ocupa un lugar secundario otro tipo de manifestación, de parlamento. En cambio, en este drama, que es musical y que además es folk (porque tiene que ver con el terruño, con lo lugareño, con las costumbres de la región) ves que se interactúa en esos tres planos: en el costumbrismo, en el parlamento, en la música, en la canción.
Y en esa convergencia aparece el mensaje: encontrás por ejemplo rasgos de la psicología de los personajes que te los cuenta la letra del coro; o que lo que piensa el personaje, y no lo dice, lo dice el coro.
Expansión
-Decís que la dramaturgia siempre estuvo pensada en partes actuadas y partes cantadas. ¿En qué momento aparece el compositor?
Ghiggi: -Publicada a la obra, o sea, se acercan entre ellos, no me acuerdo ahora si se conocían o no se conocían.
-¿Llegó a publicarse la obra como texto?
Ghiggi: -Y no solo eso: hay un después también de esa obra propiamente dicha. Rebolledo se retroalimentó con el texto dramatúrgico y le quedaron cosas por decir, le aparecen otras, y la devolución del público; y escribe una novela posterior: “Las mujeres de Ramírez”.
En la novela aparecen pasajes eróticos muy interesantes, que retroalimentaron la composición del aspecto psicológico de algunos personajes. La Tadea tenían lo suyo: no aparece en la obra, pero en la historia aparece en algunos elementos que darían la posibilidad de pensar que tal vez Francisco no haya sido hijo del primer marido de Tadea, porque ella aparece embarazada y él ya había muerto.
A su vez llevamos 12 funciones hechas en total; y en esas 12 funciones nos han ido saliendo interrogantes importantes a cada uno de los actores, que como dijo Roberto nos han hecho profundizar en todo esto y seguir preguntando cosas.
Intimidad: Inés Ghiggi como Tadea Jordán (madre del Supremo Entrerriano) junto a la Delfina, interpretada por Paula Godone. Foto: Gentileza Liza Ormaechea
Tonos y registros
-¿Cómo se trabajan los registros actorales, en ese contexto de un espectáculo que es tan grande y que tiene ese tono, que no es las no es la obra realista?
Trucco: -Creo que el secreto está en los ojos. Cuando tenés un personaje que está que está en escena y vos llegás, tenés que establecer una relación. Cuando esa relación no se establece con la mirada, con el gesto y la distancia, no podés entrar en un plano dramático. Cuando eso ocurre el público termina de estar atento. Uno se da cuenta, porque siempre que estoy actuando estoy viendo lo que hace la gente, y las reacciones. Entonces me voy dando cuenta de cómo va variando. Ojo que es un juego muy jodido, porque si hay una persona que abre un celular, puede estar en la mitad de la sala y lo veo. Vos cuando estás contando una historia, decís “ya está”.
Ghiggi: -Eso no lo puedo hacer, cuando estoy en el escenario soy Tadea.
Eusebi: -Es una tragedia lo que ocurre; y en la estructura de la tragedia el coro, que cumplía la función de la voz social, acá le darle contexto a lo que en la acción dramática transcurre. Fue desde mi punto de vista, en el proceso de ensayo, muy interesante el trabajo de dirección; donde conviven la dirección de actores, la puesta en escena y también la dirección orquestal. Porque las acciones dramáticas están envueltas (desde el punto de vista del escenario) por todo lo que significa tener un coro alrededor, que va dándole ambiente a la escena, y la música.
Por otro lado la acción dramática propiamente dicha: ahí los gestos de dirección son fundamentales, porque son los que cierran los momentos en que se necesita una intimidad. Porque esto está contado desde la estructura dramática en una forma convencional: es una sucesión de escenas, donde dan lugar a una intimidad y donde el texto da una información que pertenece a lo íntimo y a la vida de cada una de las personas; en este caso las mujeres que tuvieron una incidencia muy grande en la vida del Supremo Entrerriano.
Y por otro lado aparecen estos lugares donde se amplía el escenario, cuando aparece el coro. Ese ida y vuelta entre un escenario abierto y algo muy intimista le da relieve y resulta muy atractivo desde el punto de vista de la puesta en escena.
Trucco: -En las puntas, cuando va llegando al súmmum, aparecen las voces femeninas y masculinas. Tenemos la dicha de tener personas que cantan muy bien: uno que hace de cura (Santiago Ledesma) que realmente te traslada; una chica que canta tango, Ángela Herrera.
Ghiggi: -Es muy interesante lo que planteó a Roberto. porque en el caso de nosotros tres somos actores pero no cantantes; en el resto tenemos cantantes que también son actores y actrices; o incluso este Fray Lucas que recién se mencionaba, que no tenía mucha formación actoral, pero tiene un registro y una llegada al público impresionante. ¿Cómo calzábamos nosotros? Yo venía del campo de la declamación; entonces se resolvió que el personaje de Tadea, como también los personajes de Roberto, de Raúl y de otros compañeros que no cantamos, con una cosa mucho más épica que se declama y se actúa: más que nada es el trabajo de los tonos.
Por momentos es muy lírica la actuación, muy de teatro clásico, y por momentos más costumbrista y terrenal. Por momentos se va hacia el pasado; o en un lateral del escenario hay una un tipo de actuación y en el otro hay otra; y en este se está adelantando lo que está por pasar acá.
Además los recursos plásticos que también se ponen en escena: hay danza, expresión corporal, canto coral, actuación, un diseño de vestuario especial para la obra, distinto en el 21 y el 22 de lo que fue en el 19. La diseñadora de vestuario (Elízabeth Vita) llegó estudiando la época con una propuesta realista y rupturista a la vez: aparece la textura y el hilo, cuestiones que tienen que ver con lo visual y con lo táctil. Y apareció el artista plástico para hacer la jaula de Ramírez: fue Alfredo Godoy Wilson, con la ayuda de actor y director este Juan Carlos Gallego.
Hablamos mucho de la investigación histórica que hay detrás de la escritura, pero hay que agregar también que hay muchos componentes de ficcionalidad, que no los vamos a develar ahora. En cuanto a la voz del pueblo que decía Raúl, aparecen también además de los coreutas propiamente dichos tenemos coreutas figurantes: que no tienen parlamento, cantan en el coro pero también actúan. Hay dos concretamente que aparecen este en la documentación histórica, pero de quienes no se sabe muchos más datos, y ahí hay una brecha para la ficción, con elementos que permiten que sean verosímiles: la Dominga Romero, una coreuta figurante, que era otra de las amantes que había tenido don Francisco Ramírez que era bastante pillo; habría ido quien este parió los hijos de Ramírez que no están asegurados en ninguna acta de nacimiento. Y aparece Vinicius Portes, que se dice si no habrá sido en su momento compañero de Delfina.