"La máquina de la cumbia" es santafesina, trabaja en un tambo y cautivó a todos en Got Talent Argentina
No siempre se abren los caminos anhelados, pero cuando ocurre es una verdadera marejada de emociones, como las que empezó a sembrar esta sencilla pero potente cantante del departamento San Jerónimo. El propio Abel Pintos le dijo en vivo: "Te voy a grabar un disco". Aquí, la historia en primera persona.
Con humildad se puede llegar muy lejos. Sandra Silveyra jamás imaginó tener semejante repercusión tras participar en programa de TV que emite la señal Telefe.
Cuando alguien sueña con tener aunque sea "un minuto de fama", para ir más allá de lo que su mente, su imaginación y su más utópica fantasía podían bucear, puede luchar tanto por ese anhelo que se convierte en plena realidad. Eso le pasó en Got Talent Argentina a Sandra Silveyra, trabajadora rural, ordeñadora de vacas y cantante aficionada -por ahora-, que tiene la particularidad para los habitantes del departamento San Jerónimo de ser mujer de tierras adentro, de la patria chica de Centeno, en el extremo suroeste, lindante con el departamento Iriondo.
Fue exactamente un minuto y 27 segundos del melódico e impecable atrevimiento de reversionar a cumbia la fastuosa canción "Marinero de Luces", grabada por Isabel Pantoja en 1985, y que fue éxito mundial. Pero el músico santafesino tiene esa magia de poner un acordeón, percusión y acordes tropicales a una canción para darle una vida y una energía que tal vez no tenía.
Y así ocurrió. El primer poroto que se anotó la intérprete fue sorprender con la versión de una canción "sacra" dentro de las baladas hispanoamericanas y ponerle dulzura, baile y cadencia pero también personalidad, actuación y apropiación a un tema realmente de culto.
Sorpresa del jurado y promesa de Abel Pintos
Esto no resultó indiferente en ningún momento para el jurado del programa integrado por Florencia Peña, Emir Abdul Gani, La Joaqui y sobre todo, y particularmente Abel Pintos. Todos la aprobaron y abundaron las flores para la centenense que, en varias oportunidades, no pudo contener la emoción, sobre todo, en uno: cuando el también productor Abel Pintos le dijo: "Yo te voy a grabar un disco…", dando por sentado que el momento era ese y que el destino tenía listo para Sandra un cambio total y completo en su vida a partir de la salida al aire del envío televisivo. Sus lágrimas fueron un mecanismo de defensa ante tanta emoción.
Se presentó como "Sandra Silveyra, la Máquina de la cumbia", pero en realidad el término "Máquina" no viene de la música sino de cuando la artista, de 36 años, jugaba al fútbol en Clason, la otra localidad que adoptó a esta cantante y a su familia.
Sandra Silveyra, la Máquina de la cumbia.
Sobre ese y otros temas, El Litoral dialogó con esta mujer que está en pareja con quien también es su productor musical, tiene dos hijos de 12 y 17 años, a sus papás acompañándola y a sus vacas encantadas por haber sido su "público" de práctica de todas sus canciones.
-¿Cómo es el día a día de Sandra, la ordeñadora de vacas y tambera?
-Nosotros somos de Centeno, actualmente estamos en la zona rural de Clason, vamos y venimos, tenemos la casa en Centeno, pero trabajamos en el tambo, ordeñamos las vacas, se trabaja de madrugada y de tarde. Arranco a las 3 de la mañana y a las 3 de la tarde se vuelve a ordeñar. A veces pasamos de largo.
-¿Es un emprendimiento familiar?
-Trabajamos para una empresa. Se trabaja todos los días, los 365 días del año.
-Precisamente, Sandra. ¿Qué tomaste de todo lo aprendido en el tambo y de cantar en tu zona, para aplicarlo en semejante contexto en Got Talent?
-Creo que el aprendizaje viene de las palabras de mi compañero y mi familia de que siga siempre adelante. Aprendí mucho en cada escenario que fui yendo. Siempre algo se aprende. Yo ese día estaba muy nerviosa, nadie se dio cuenta pero yo estaba tremendamente nerviosa. A veces se puede disimular. Pero esta vez no me jugó en contra.
-¿Fue el momento más importante de tu vida en algún aspecto?
-Me cambió al 100% la rutina de mi vida. Después de lo que fue el programa, saturadas las redes sociales, teléfonos, llamadas de acá para allá. Que te miren en la calle y murmuren si sos o no, si es la Máquina o no. No me lo esperaba.
-¿Esto hizo que tu banda y vos sean más solicitados, verdad?
-Gracias a Dios, sí. Salimos a eventos grandes, la situación no es la mejor, pero si no, vamos con mi hermano con pistas a bares, restaurantes. La banda se llama Sandra Silveyra, La Máquina.
El origen de "La Máquina"
-¿De dónde surge el término "Máquina"?
-Es un apodo. Yo jugaba a la pelota, era defensora, la "2", y me decían la Máquina del mal (se ríe). Estaba en el Club Las Panteras de Clason. Cuando jugaba la Máquina era picante, impasable, por eso me decían así. Ah, y soy de Boca Juniors.
-¿Lo de Abel Pintos, que te dijo que te quería grabar un disco, fue una parte más de la puesta en escena o realmente te lo propuso?
-¡Claro que sí! Yo estoy en shock, no me imaginé que iba a decir eso, semejante propuesta, que me iba a hacer grabar un disco. Fue impactante. Ya era mucho para mí estar ahí, en semejante escenario, ante ese público, con ese calificado jurado, la experiencia que yo pude vivir fue increíble. De ir, que ellos te dan el hospedaje, te llevan, te trasladan, te tratan bien, excelente, te maquillan, te acomodan la ropa, fue un trato maravilloso. Todo el trabajo que hay detrás de escena. Todo eso era increíble, imaginate cuando Abel Pintos me hizo semejante devolución... Fue enorme.
-¿Quedaron en algo concreto ya para lo que será ese disco?
-No puedo decir nada hasta que termine el programa. Son las reglas.
Lo que viene
-¿Cómo llegás y cómo sigue tu participación en el reality?
-Yo mandé un video el año pasado, ahí me avisaron que había quedado seleccionada para el programa. Audicionamos en marzo o en abril. Hace rato que me vengo guardando todas estas emociones, no sabía nadie. Pasé a la siguiente etapa, ahora habrá que esperar.
-Pero aunque no llegues a una "final final", vos ya ganaste Sandra...
-Pase lo que pase, para mí, con lo que me dijo Abel y lo que yo viví, gané por y en perseverancia, sacrificio, en el trabajo que uno hace con la música, en lo artístico, todo esto es enorme, ya gané, y que sea lo que Dios quiera. Yo voy a dar lo mejor pero ya gané un montón.
El tambo y la familia
-¿Cómo combinás el trabajo pleno del tambo, con las actuaciones, ya que suelen ser muy tarde y vos arrancás a las 3 de la madrugada?
-Tenemos gente y a veces tengo que poner un reemplazo. Ordeñábamos y pasábamos de largo. Me encanta lo que hago pero es muy cansador. Si tengo que dejar las vacas… quizás lo haga pero me dijeron que no les deje de cantar a las vaquitas. Porque lo hago en serio. Son animales de costumbres. Pensaron que lo decía en broma, pero no. Si nadie fuma, la vaca está bien, pero alguien viene con un cigarrillo, la vaca no baja la leche, o defeca, levanta las orejas, patea, cuando hay algo raro en su rutina, el animal lo nota al toque. Con la música pasa al revés, las hace sentir bien…
-¿La familia en todo esto cómo juega? Te vimos con varios de ellos esa noche.
-Tengo a mi compañero, que se encarga de todos mis shows y contrataciones. Tengo a mis hijos, a mis padres, están muy emocionados. Mis chicos tienen 17 y 12 años. Están re felices. Y es todo muy novedoso porque en la escuela repercutió a favor de ellos.
-A todos les cambiaste la vida, entonces...
-Tengo sobrinas que van a lugares y le preguntan por la tía. Voy a un súper de un pueblo vecino… ¿Es la Máquina, no es la Máquina? Yo hacía shows locales y regionales. Estuvimos en Rosario, en un shopping, en Musicalísimo, pero esto lo vio el país y no imaginé que iba a tener tanta repercusión.
-¿Hay algo en todas las notas que te han hecho hasta aquí que no te hayan preguntado o que quieras contar?
-Abel Pintos no es serio como dicen. Él bailó mucho, pero algunas partes no salen. Unos me preguntaban si estaba todo armado, todo guionado. No, yo fui y salió como tenía que salir. Pero Abel es muy gracioso.
-¿Cuándo veremos de nuevo a Sandra, la Máquina de la Cumbia, otra vez en ese escenario?
-Hay que seguir mirando el programa.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.