Domingo 10.9.2023
/Última actualización 13:58
Bajo la batuta del maestro Manuel Marina, acompañado de la Compañía Coral de Santa Fe conducida por Pablo Villaverde Urrutia, Camerata Eleutheria y cuatro solistas del Teatro Colón de Buenos Aires (Monserrat Maldonado, Florencia Machado, Gastón Oliveira Weckesser y Felipe Carelli) presentarán la Gran Misa en Do Menor de Wolfgang Amadeus Mozart (en alemán: Große Messe in c-Moll) K. 427/417a, una de las páginas más brillantes e imaginativas del genio de Salzburgo, que cuenta con algunos de los corales y arias más fascinantes de la historia de la música.
El concierto, que se realizará en el marco de los 450° aniversario de la fundación de la ciudad de Santa Fe, tendrá lugar el domingo 17 a las 20.30, en el Teatro Municipal “1° de Mayo”. Dicha actividad está auspiciada por El Litoral.
Las entradas están a la venta en la boletería de la sala, y de manera online por sistema Ticketway. Los valores son los siguientes: plateas y palcos $ 2000; generales $ 1500 (en ambos casos será por orden de llegada).
El Litoral distrajo por un momento a ambos directores para conversar sobre los desafíos de abordar esta obra, y las particularidades de esta creación destacada dentro del repertorio sacro (pero no litúrgico).
Sumar voluntades
-¿Cómo surgió la propuesta de juntar a la Camerata, la Compañía y la convocatoria a solistas para un proyecto de esta envergadura?
Villaverde: -En realidad no es la primera vez que trabajamos juntos con Manuel: ya habíamos hecho con el coro y la orquesta el “Stabat Mater” de (Gioachino) Rossini, en 2018. Además con Manuel, ya hemos trabajado muchas veces.
Marina: -En órgano y piano.
Villaverde: -Sí, hicimos la “Petite Messe Solennelle” de Rossini, donde Manuel tocó el armonio; después hicimos la Misa de Santa Cecilia de (Charles) Gounod: la hicimos en la iglesia de los Jesuitas, con el órgano con el órgano Aristide Cavaillé-Coll, y después la hicimos en la catedral Paraná.
Marina: -De todos modos, con Pablo nos conocemos desde hace muchos años; porque cuando terminamos la secundaria más o menos juntos, con muy pocos años de diferencia, ya Pablo formó un coro de cámara con gente selecta: seleccionó un grupo y ahí estuvimos trabajando muchísimo. O sea que nos conocemos desde hace décadas.
-Este año es el proyecto es este. ¿Quién tiró la propuesta?
Villaverde: -Surgió desde Compañía Coral hacer otra obra con la orquesta, porque nos encanta trabajar obras grandes, saliendo de lo que tradicionalmente estábamos interpretando. Estuvimos analizando con Manuel a ver qué obras, si era una, si era otra: sabíamos que este año iba a ser una obra de Mozart. Al final decidimos hacer la “Gran Misa en Do Menor”.
-¿Estaban entre el Réquiem y esta?
Villaverde: -El Réquiem no, ya lo habíamos hecho con el coro en 2016: nos había invitado el Coro Polifónico de la Provincia en ese momento, con (Sergio) Siminovich, en ese mismo concierto había estado la Camerata también.
-Entre los solistas hay “amigos de la casa” y flamantes colaboraciones. ¿Cómo fue la convocatoria?
Villaverde: -Con Felipe y Monserrat no habíamos tenido oportunidad de trabajar juntos, son dos voces que yo ya había escuchado, tanto en el Teatro Colón como en el Teatro Argentino de La Plata, Monserrat canto muchos roles importantes, por ejemplo “Aïda” este año, cuando reabrió el Argentino. Y Felipe, también en (por ejemplo este año) varias óperas como “Fausto”, “El que dice sí el que dice no”, “Il Turco”, etc. Este año, cuando surgió el proyecto, los convoqué y aceptaron gustosos. Gastón ya es un amigo de la Compañía y como sabemos de su gran profesionalismo nos encanta convocarlo.
Tuvimos que hacer un cambio en el cast: Guadalupe Barrientos, que ya cantó con nosotros e iba a repetir como solista, por cuestiones de salud no va a poder estar. Con lo cual convocamos a Florencia Machado, otra figura que realizó muchos roles en el Teatro Colón, y que casualmente cantó la semana pasada la Gran Misa junto al Coro Nacional.
-¿Cómo está siendo el proceso de preparación y ensayo? Teniendo en cuenta que los solistas están en otro lado.
Villaverde: -No es tan simple; como siempre cuando trabajo con solistas que están afuera. Yo estuve trabajando el coro, ya hace unos meses que empezamos; Manuel por su lado está trabajando con la Camerata. Y con los solistas tuve un encuentro ya hace semanas, un ensayo en Buenos Aires, trabajando con ellos; y ellos siguen trabajando también por su lado, juntándose los cuatro; y me van consultando algunas cosas. El resultado final lo veremos cuando vienen a la ciudad a trabajar ya con la orquesta y el coro.
-¿Han tenido alguna pasada de coro y orquesta?
Marina: -Esta semana (que pasó) empezamos.
Solistas: Monserrat Maldonado (soprano), Florencia Machado (mezzosoprano), Gastón Oliveira Weckesser (tenor) y Felipe Carelli (barítono). Fotos: Gentileza de los artistasBucear en la partitura
-¿Qué es lo más atractivo que es lo más atractivo que le encuentran a la obra, y cuáles son los mayores desafíos a la hora de la interpretación?
Marina: -Tanto la parte orquestal como la parte coral no son nada simples: es una obra compleja. Es una de las pocas obras que no fue por encargo a Mozart, o sea que no la hizo por obligación, sino que la hizo por surgimiento de él, de su de su idea: ya ahí hay una diferencia a cuando alguien te obliga a hacer algo, o lo tenés que hacer para poder venderlo, para poder tener un ingreso.
-No había una consigna, era la libre expresión de Mozart.
Marina: -Y lo hizo (supuestamente, en realidad no sabemos a ciencia cierta) después de que contrajo matrimonio con Constanze Weber; además ella le estrenó la Misa.
Marina: -Claro, entonces él puso todas sus pilas ahí. Es una obra, como dice el título, muy grande: no es una misa de las comunes que uno puede hacer mientras está la celebración litúrgica. Ya de por sí duran casi una hora los movimientos que hizo, porque está incompleta: hay muchos movimientos que no compuso. Es una obra “anormal”, con una gran complejidad; y sobre todo utiliza las voces de los solistas como si fuera una ópera.
Es una ópera en miniatura: por el registro que utiliza, por los artificios vocales que les hace a las dos sopranos, que las tiene en cierta altura bastante complicada; no lo puede cantar cualquier soprano esto, por la exigencia vocal que tiene: deben ser sopranos que puedan mantener un aire como el que se necesita, por la altura y las notas que están escritas; y además una ductilidad, con una coloratura que no es muy común.
-Hay influencia de los oratorios, de obras como las de Georg Friedrich Händel.
Marina: -Sí. Hay varios movimientos de la misa que son fugas, ya ahí lo tenés a (Johann Sebastian Bach) metido. Después tenés toda la otra la parte pomposa del coro: ahí lo tenés a Händel.
-Hablábamos de la obra incompleta: el “Credo” está incompleto, no tiene un “Agnus Dei”, que supuestamente se cantó en el estreno. Algunos directores no lo hacen, otros inventan uno y completan la instrumentación. ¿Cómo se va a hacer esta puesta?
Marina: -Vamos a hacer lo que escribió Mozart, con un agregado. Hay dos movimientos que Mozart no terminó la instrumentación: escribió toda la parte vocal, toda la parte fundamental armónica; pero, por ejemplo, a los violines segundos no les escribió la parte. Vamos a hacer en este caso la versión de un musicólogo, que es el que lo editó para una de las famosas editoriales de partituras de música.
Pero no agregamos ningún movimiento. Lo que pudo haber sido en la época es que él agregaba movimientos de otra misa, o bien que la hayan hecho así, incompleta: no se necesita hacerla completa, entera, con todos los movimientos.
-Algunos hacen el “Kyrie” con la letra cambiada.
Marina: -Lo que pasa es que hay una edición (de una famosa editorial) que repite en el último movimiento la música del primero.
De todos modos, Mozart escribió también un oratorio que se llama “Davide penitente”, que es la misma misa completa, pero en latín y con otro tema, no tiene absolutamente nada que ver. La música se la utilizaba, si ya estaba escrita: le cambiaban.
Marina: -Pero claro, y es útil también. Lo hacían todos: lo hacía Rossini con las óperas.
Villaverde: -Se autocopiaban, no es que copiaban a otro autor, aunque claro esta siempre hay influencias.
-También se hacía, pero si ya la habías escrito vos...
Villaverde: -Exactamente.
Por amor al arte
-Ambos organismos lo han hecho, pero es un desafío abordar una obra integral que dura una hora.
Villaverde: -El “Stabat Mater” de Rossini, por nombrarte una obra que ya hicimos en el teatro, tiene más o menos la misma duración.
Marina: -De todos modos, siempre este tipo de obras sinfónico-corales tiene momentos corales, tiene momentos solísticos; los únicos que están tocando todo el tiempo son los fundamentales de una orquesta, que es la cuerda en este caso.
Pero sí, no sólo por la duración que tiene, sino (insisto) por la por la complejidad de armar la obra. No nos olvidemos que hay varios movimientos que son a doble coro: un coro dividido en dos, ocho voces, dos de cuatro. Lo cual le suma a cualquier coro que quiera enfrentar eso ocho aprendizajes, no cuatro como son los holísticos comunes.
Poder hacer esto, tanto como los otros repertorios, que hemos hecho... parece una pavada, pero uno se detiene a pensar: que en Santa Fe se haga este repertorio, con una orquesta y un coro que no son profesionales completamente... Tenemos profesionales, porque tanto el coro como orquesta tienen gente profesional, que está cantando y tocando; pero son grupos que están autogestionados, autoconvocados. Y hacer esta obra a mí me sorprende y me emociona: saber que se hacen estas cosas.
-No son organismos full time rentados, a eso te referís.
Marina: -No claro, no somos rentados. Por un lado, es muy bueno eso, porque uno elige lo que quiere hacer; como en este caso, que se decidió hacer esta entre otras que estábamos mirando: Pablo decidió hacer esta por el sonido que quería con su coro.
Villaverde: -Probamos primero otra obra en dos ensayos, a ver cómo le quedaba al coro: era más sencilla, pero no le quedaba bien. Probamos esta que es la obra mas difícil compuesta por Mozart y de entrada dije: “Esta es la obra que tenemos que hacer”.
-Eso tiene que ver con algo que ya hemos hablado en otras entrevistas, que es la evolución de la compañía, de poder abordar nuevos repertorios.
Villaverde: -Totalmente. La evolución y (como ya lo hemos hablado) podemos decir que “el coro en este momento son 44”; cada voz que integra la Compañía, está elegida por sus cualidades vocales. Se suman voces para tener una masa coral de (en este caso) 44 personas que realmente den un aporte musical y vocal al sonido del coro, seguir creciendo en cantidad de coreutas para poder abordar cada vez repertorios más interesantes que al coro también lo llevan año a año a una gran evolución.
-Por su parte, Eleutheria ha venido ampliando la paleta de repertorios, animándose a compartir con solistas. De alguna forma esta obra es un poco su terreno conocido.
Marina: -Sí, claro, porque no nos olvidemos que todo este repertorio, Mozart, el 1700, hasta casi ya finales del siglo XVIII, se rigen con las mismas normas o reglas interpretativas de lo que nosotros nos dedicamos específicamente, que es la música del siglo XVII. Los dos siglos están muy emparentados, y Mozart sobre todo: tenemos muchísimos documentos en que nos explican específicamente cómo era la interpretación en ese momento. Sí, como decís, es lo que más nos gusta hacer.
Actividad constante
-¿Qué se viene para el futuro después del 17, para cada uno de los organismos?
Villaverde: -El año que viene el coro cumple los diez años desde que se inició; y estamos con un proyecto grande; aún no podemos decir nada hasta que este confirmado y organizado. Pero tenemos pensado hacer un concierto en un lugar muy importante para los Argentinos: vamos a hacer grandes conciertos.
Marina: -Con la Camerata desde acá hasta fin de año tenemos nuestros conciertos habituales: seguimos con la música barroca. Lo más próximo que tenemos luego del concierto con la Compañía Coral es en la Catedral Metropolitana: vamos a adherirnos al proyecto que tiene para restauración del órgano, son conciertos a beneficio la misma. Estaremos ahí a fines de septiembre.