Recorrido por la vida y trayectoria de Sandro
Recorrido por la vida y trayectoria de Sandro
Oriundo de Valentín Alsina, Sandro quedó impactado, como muchos adolescentes de la época, con Elvis Presley, a quien comenzó a imitar en la década del '50, mientras cursaba estudios primarios, por lo que empezó a estudiar guitarra.
En los años siguientes, el artista formó diversos grupos hasta que a principios de los '60 quedó al frente de Los de Fuego, con los que alcanzó la popularidad como un émulo local del "Rey del Rock and Roll", presentando una versión más sanguínea y sexual del rock de salón que cultivaban orquestas como las de Eddie Pequenino.
El gran éxito alcanzado a lo largo de esa década le sirvió, entre otras cosas, para respaldar al incipiente movimiento del rock argentino, al que ayudó a partir de su asociación con otros artistas para regentear La Cueva, el mítico reducto que albergó a las primeras figuras del género, entre quienes se encontraban Javier Martínez, Billy Bond y Pappo.
Fue en esos años que Sandro eligió dejar de lado definitivamente la campera de cuero para calzarse el smoking y dedicarse a la canción romántica, una faceta en la que descolló como autor, además de proyectarlo a nivel internacional.
Aunque los orígenes habían unido a Sandro con el rock argentino, los caminos de ambos parecían transitar por senderos paralelos hasta finales de los '80, en donde hubo una especie de reconocimiento y revalidación de su influencia para el género.
Su participación en la versión libre que Charly García y Pedro Aznar hicieron del tema “Break it all”, de Los Shakers, en el disco “Tango 4” y su cruce con, por ejemplo, el grupo de rock pesado Riff en su programa televisivo “Querido Sandro”, de 1990, por Canal 13, entre otros hitos, le devolvieron su estirpe rockera ante el público más joven.
La reivindicación derivó en la grabación de "Tributo a Sandro. Un disco de rock", una placa en la que bandas como Divididos, La Bersuit, Los Fabulosos Cadillacs y Los Caballeros de la Quema, entre otros, versionaron sus clásicos.
Los últimos años de Sandro estuvieron marcados por sus problemas de salud, los que de a poco lo fueron alejando de los escenarios, y por la ostracidad elegida tras los muros de su famosa casa de Banfield, aunque nunca olvidó salir a la puerta a saludar a “las nenas” los días de su cumpleaños.
Aunque el doble trasplante al que fue sometido resultó exitoso en un principio, una infección posterior complicó su estado general y, hacia fines de 2009, el desenlace comenzó a parecer inevitable. Apenas el último paso para convertirse en mito.
Con información de Télam.