El III Encuentro Shakespeare Entre Ríos iniciará su tercera edición con una gala de apertura en el Teatro Municipal 3 de Febrero (25 de Junio 56, Paraná, Entre Ríos). “Habitación Macbeth”, la obra de teatro argentino mas premiada de los últimos tiempos se presentará por primera y única vez en Paraná.
La cita es el martes 23 de abril a las 21Las entradas anticipadas pueden adquirirse en boletería de la sala o por www.passline.com.
La puesta
“Habitación Macbeth (Versión para un actor), de Pompeyo Audivert, sobre Macbeth de W. Shakespeare.
Actuación y dirección: Pompeyo Audivert.
Música original de Claudio Peña.
“Habitación Macbeth”, la obra de teatro argentino mas premiada, inicia este año su cuarta temporada consecutiva, después de más de 350 funciones y de que más de 100.000 espectadores la ovacionaran en todo el país y en el exterior.
A través del cuerpo de un actor (encontrado en la fosa del teatro), las Brujas Fatídicas del páramo de huesos representarán la tragedia “Habitación Macbeth”, para el goce, deleite, y catarsis metafísica de nuestra majestad creadora Hécate, vulgarmente conocida como El Público.
Habitación Macbeth es el intento de arrojar junto a Shakespeare un piedrazo en el espejo también en el nivel de las formas de producción, de transparentar la estructura soporte, la máquina teatral y su metáfora, sin menguar la extraordinaria potencia poética que sostienen sus efectuaciones ficcionales, por el contrario, mestizándose con ellas, acrecentándolas, defendiendo la máscara (Macbeth), pero también sus misterios sagrados, su ser artificio ritual de una presencia (nos otros) que siempre evade la emboscada que el teatro le tiende amorosamente para develarla, y que tal vez sea la nuestra en esa latitud de ser sin máscaras.
El actor como habitación posesa, habitáculo de encarnaciones, punto de encaje de un trance colectivo vinculado a la sospecha existencial de ya haber sido, de estar inscriptos en el eje de inercia de un sinfín implacable, en un teatro llamado mundo que nos detenta como piezas predestinadas a un circuito prefijado e irrevocable de muerte y resurrección.
“Macbeth” es la obra perfecta para este cometido teatral, somos actores de una tragedia circular que ya está escrita, habitados por fuerzas que viven larvadas en nosotros, rémoras de un crimen social que fundó nuestra perspectiva histórica y no cesa de producirse, somos una sociedad Macbeth, nacida de una voluntad de poder compulsiva, cargada de un imperio que no admite rechazo.
Sobre el proceso creativo de Habitación Macbeth
Desde que comencé a hacer teatro tuve la necesidad de llevar adelante un trabajo en el que un actor hiciera todos los personajes de una obra, un intérprete habitado por todas las criaturas que circulan por un texto y sus temas: un cuerpo habitación. Antes de la pandemia, había empezado a escribir una versión sobre “Macbeth”, esa obra extraordinaria y profundamente misteriosa, donde lo sobrenatural se impone a lo humano y marca el destino. En eso estaba cuando llegó el Covid y con éste, la certeza angustiante de que sería para largo.
Reducido a mi casa de Mar del Sur, tomé consciencia de que la única zona teatral que quedaba para mí, era mi propio cuerpo. Del mismo modo que el mono de Kafka encuentra una salida volviéndose hombre, yo la encontré volviéndome Macbeth. Fue un proceso de una profunda inspiración mágica, con una fe casi fanática en el material. Me sentía, como diría el poeta Ramponi, asistido en el trance por alguien que era yo mismo del revés, en mi ausencia, por presencias que me ayudaban en la escritura.
Una vez que terminé el texto, comencé con el trabajo en largas caminatas en ese ambiente salvaje y excitante como lo es el de la playa y el campo, en donde iba diciendo la letra en voz alta, cambiando la fisicación de mi cuerpo según iban siendo los personajes y avanzando de esa manera, tan poco común, en la memorización de la obra.
Finalmente, regresé a Capital y me dediqué al montaje y puesta en escena. En esa etapa, se sumó al trabajo el músico Claudio Peña y fue fundamental para aportar a la obra la indispensable atmósfera de ensoñación y misterio, que sólo un artista de su nivel puede darle. La estrenamos con aforo del 30% y fuimos llegando de a poco al 100%.
Desde entonces hasta la actualidad, estamos a sala llena. Es muy intenso lo que sucede con el público, una suerte de comunión metafísica donde el tiempo y la presencia se suspenden para encender zonas de identidad y pertenencias extracotidianas. En este nuevo año de “Habitación Macbeth”, nuestro deseo es intensificar aún más esta experiencia tan singular y alcanzar, junto a los espectadores, nuevos niveles de teatralidad.
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