La estrella del soul británico se presentó el martes en el Movistar Arena de Buenos Aires, en un repaso y reconciliación con repertorios de diferentes épocas, frente a un público que la ha visto crecer como mujer y artista. La promisoria Mar Marzo fue la soporte local, presentando canciones de su disco debut “Pulsión”.
De la mano del Ellipsis Tour volvió para Sudamérica luego de la gira “20 Years of Soul” que la trajo en 2022, con el que celebró las dos décadas de “The Soul Sessions Vol. 1”. Foto: Gentileza Move Concerts / Gabi Sotelo
El martes 17 de septiembre se dio una nueva cita entre Joscelyn Eve Stoker, mundialmente conocida como Joss Stone, y su público local: de la mano del Ellipsis Tour volvió para Sudamérica luego de la gira “20 Years of Soul” que la trajo en 2022, con el que celebró las dos décadas de “The Soul Sessions Vol. 1” (la fecha exacta fue en 2023), el disco que la catapultó a la fama con 16 años, y convirtió a la rubia de Dover, la de los vestidos hippies y los pies descalzos talle 42, en una de las miradas más claras de la escena del “blue eyed soul”, junto con Adele y Amy Winehouse (curiosamente, ninguna de ellas tiene o tuvo ojos azules).
La cita fue en el coqueto Movistar Arena de Villa Crespo, ubicado en el predio de Atlanta. La apertura de la noche estuvo a cargo de la local Mar Marzo, en formato de cuarteto (ella misma en voz y teclado, Manuel Farsuau en guitarra, El Dogui en el otro teclado y Rita Wav en pistas). Comenzó con “Amanece” y “Baldosas”, dedicada a su abuela. Agradeció por la invitación para este “sueño hecho realidad”, antes de entrarle a “Espera” (“La primera que compuse”, aunque aclaró más tarde que era la segunda) con sutiles inflexiones vocales.
Se puso de pie para el groove de “Sol”, en vestido negro con tules, como una viuda joven y platinada, de nariz firme y labios adolescentes. Estrenó una nueva creación (“Una vez dos o tres”) antes de “Sal” (que sería la primera en serio), la valseada “Traición” (también inédita) y “Mal Marzo”: un juego de palabras sobre todas las cosas que no le gustan de sí misma. Volvió a las teclas para cerrar con “Pulsión”, la que le da título al álbum debut.
Tras el adiós, se retiraron rápidamente de la alfombra de Joss. Al fondo, una gigantesca bandera batik lila con el símbolo de la paz, un corazón y una flor: la ambientación de la dueña de casa para comenzar la fiesta.
En el comienzo, con “Super Duper Love (Are You Diggin’ on Me?), Part 1”, bajó a la valla a interactuar con sus fans: se subió a la misma y recogió algún regalito. Foto: Gentileza Move Concerts / Gabi Sotelo
De cerca
La banda salió con “Star”, vestidos de blanco como en una ceremonia de Iemanjá. Entonces surgió la solista, recortada contra una luz trasera que atravesaba su solerita larga, traslúcida y con bordados, el ceñidor de princesa y los rizos dorados danzando sobre la espalda desnuda. Ya en plena luz se la vio bronceada, con pulseras, brazalete y el inamovible piercing en la nariz; con tatuajes en las manos (uno alargado entre el canto y el meñique de la derecha y una flor circular en la izquierda): la representación de una diosa de la naturaleza de las ilustraciones de la Era de Acuario.
Caminó el escenario con un fragmento de “You Had Me”, e invitó a cantar con “Super Duper Love (Are You Diggin’ on Me?), Part 1”, con el primer solo de guitarra del intenso Steve Down. Bajó a la valla a interactuar con sus fans: se subió a la misma y recogió algún regalito, mientras le instalaban definitivamente el pie de micrófono con su pañuelo de reflejos dorados anudado.
Viajes en el tiempo
El órgano de Josh Brown abrió “Teardrops”, la canción de Womack & Womack que la Stoker versionó en “The Soul Sessions Vol. 2”, y en la que no ahorró en expresiones, coloraturas y alquimia vocal con las coristas.
“La música es una cosa maravillosa, es curativa”, afirmó, con la sonrisa firme. Regresó al castellano para un “muchas gracias” al recibir un tecito solidario con la gola, aunque “muy caliente”. Retomando, habló de transportarse a sus comienzos, cuando tenía 16: “Crecimos juntos”.
“Hay una canción que hacía mucho que no la cantaba, la gente me la pedía y yo ‘lala lala’. Pero ya está, ya lo superé” (al ex al que se la dedicó). De ese modo arrancó “Spoiled”, con el piano solo, para después abrirla al ensamble sin perder sutileza.
Con la voz suave y por momentos susurrada que usa cuando habla, se refirió a los años “muy locos” de la pandemia y el aislamiento (cuando como madre primeriza en aislamiento compartía recetas de cocina por redes sociales); repasó la importancia de estar unidos y de alejarnos de lo que nos separa, y recordó el heroísmo de doctores y enfermeras, antes de ingresar a “Walk With Me”, el single suelto que sacó en el aciago 2020.
Tiró unos “te amo” en castellano, pero contó que la frase que más le gustaría decir es "Espero verte otra vez, papacito”. Así introdujo una canción para su marido Cody DaLuz. “Yo soy nocturna y el un ‘early bird’”, contó, y como cuando empezaron a salir le ofrecía alguna copa más de vino para sincronizarse. El tema fue “Loving you”, su más reciente single, con el trompetista Emmanuel Echem pasándose al flugelhorn.
Ya en plena luz se la vio bronceada, con pulseras, brazalete y el inamovible piercing en la nariz; con tatuajes en las manos (uno alargado entre el canto y el meñique de la derecha y una flor circular en la izquierda): la representación de una diosa de la naturaleza de las ilustraciones de la Era de Acuario. Foto: Gentileza Move Concerts / Chule Valerga
A bailar
“No puedo tener una conversación sin hablar de mis hijos (Violet y Shackleton), ni siquiera un concierto. Nuestra vida gira en torno a ellos. Uno pone cualquier música: Otis Redding, Isley Brothers y está bien, pero ellos quieren bailar disco”.
Así que en ese momento el bajista Carl Fields Jr. ganó el frente con sus líneas sincopadas, con Joss bailando divertida. Las coristas se fueron adelante para el primer medley, con “Forget Me Nots” (solo de trompeta), “Everybody Dance”, “Fight the Power”, “Dance it Off” y “Got to Be Real”, cerrado por la afroamericana Artia Lockett, veterana integrante de la backing band. Enganchó el mood disco a caballo de “Bring on the Rain”, que grabó en 2022 como invitada de The Shapeshifters; con Down como loco tocando a lo Nile Rodgers.
Luces verdes y naranjas (colores de manual) llegaron para la cadencia reggae de “Harry’s Symphony”, de “Water for Your Soul” (con una cita a “Bad Boys” de Inner Circle), en la que la cantante del condado de Kent pudo darle un color jamaiquino a su entonación. Al tiempo, se lucía la complicidad entre Fields y Down, secundados por el eficiente baterista Adam Smith.
La sonrisa constante y la voz susurrada cuando habla, que contrasta con su potencia vocal cuando canta, son parte de su marca registrada. Foto: Gentileza Move Concerts / Chule Valerga
Emociones
Con un piano sutil y otra taza de infusión, retomó la historia de la canción que no cantaba y aquel ex; pidió una palabra castellana, pero agarró “pendejo” (en un sentido mexicano) para “Mr. Wankerman”; saxo y guitarra se reviraron motivos melódicos de ida y vuelta, para un final explosivo en la voz de Stone: a estas alturas tiene las mismas capacidades expresivas que deslumbraban cuando era mozuela, pero con más vida trajinada para sentir y decir.
A un gesto de su mano la banda viajó en el tiempo nuevamente a “Mind, Body & Soul” con la intensidad de “You Had Me”. El carismático Steve avanzó para disparar las líneas melódicas de “Fell in Love With a Boy”, relectura de un tema de The White Stripes que fuese uno de sus primeros hits; con un solo de Fields a puro slapping/popping, y Stone queriendo hacer cantar al público cosas que para ellas son fáciles y para el resto muy complicadas. “Gracias por ser tan adorables”, remató.
Dieron largada entonces a “Tell Me ‘Bout It”, con Echem y el saxofonista Jovan Quallo bailando a lo Cab Calloway. Avanzado el tema, las chicas volvieron al frente para su medley como solistas: Bailey Hyneman (la que canta en vestido largo y en patas como la jefa) encaró “Young Hearts Run Free”; la rotunda Artia Lockett se apropió de “Get Down Tonight”; y la rubia Louise LaBelle (corista también de Robbie Williams) tomó el protagónico en “We Are Family”, con Joss haciendo coros junto a las otras, y un segmento solista para el batero Smith. Volvieron a “Tell Me ‘Bout It” para que la lideresa cerrase con una zapada vocal e ingrese una bandera argentina; dejando así el escenario muy caliente en la partida.
Un asistente ató el pabellón nacional junto al pañuelo en el pie de micro, con la ovación del caso: era la prueba de que había otro conejo en la galera.
La del estribo
La vuelta no se hizo esperar: “¿Una más?”, preguntó la de la sonrisa constante, mientras Down tañía una guitarra acústica. “Esta canción fue mi mejor amiga durante los últimos 20 años, me salvo de mí misma”, arrancó Joss, que no pudo seguir al tentarse con unos alaridos salidos desde la platea. Fue directamente entonces a “Right to Be Wrong”, entre luces de celulares. En el tramo final de la canción mechó unos "Te amo" muy sutiles junto al “So just leave me alone” de cierre, y unos agradecimientos cantados sobre la melodía.
En la platea aparecieron unos carteles diciendo “Your music inspires us”, y les replicó “ustedes me inspiran a mí”. Emocionada, sacó un ramo de girasoles (parte de la imagen de la gira) y, en medio de una lluvia de papelitos violetas, repartió las flores, (entre entregadas y revoleadas).
Fue entonces el momento de la partida definitiva: la cita con la chica que creció junto a nosotros terminó, con la promesa de un reencuentro.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.