Lunes 2.9.2024
/Última actualización 13:11
Julieta Sverdlick vive en Nueva York desde el año 2020. Tiene varias facetas, todas ellas relacionadas a la creación artística: es escritora, actriz y cantante. “Cuando quieras podés destruirme” es su primera novela, donde reconstruye un primer amor, con todo lo que eso conlleva. Se aventura en un descubrimiento que tiene todas las complejidades del paso de la adolescencia a la adultez. En este caso, expresado a través de la posibilidad del amor entre dos chicas en los primeros años de la década del 2000. Es, como enfatiza la autora, una relación “tóxica” que está lejos de los ideales y analiza las dificultades de los vínculos.
Gentileza MetrópolisLuz Santomauro escribió sobre el libro: “la identidad se revela y se construye. A veces, también, se defiende. En ‘Cuando quieras podés destruirme’, acompañamos a la protagonista en su proceso de autodescubrimiento y validación”. En una entrevista concedida a este medio, la propia autora indicó que el trabajo está inspirado en su propia vida. “Si bien toda palabra escrita se vuelve ficción, y además aquí la historia y los personajes tomaron relevancia frente a la mía propia, la realidad es que lo que yo tenía para decir surge de mi experiencia. Surge de lo que fue mi propio proceso para entender y aceptar mi identidad”.
-¿En qué momento decidiste que la relación entre la protagonista y M debía ser el eje central de la historia?
-Una vez que tuve un volumen interesante de capítulos escritos, empecé a ver el texto con Luz Santomauro, con quien hice tutorías durante el año pasado. Hicimos un trabajo de reorganizar todo lo que había. Así nos dimos cuenta de que la historia con M tomaba protagonismo frente a los capítulos que tenían que ver con la infancia, y pusimos el foco ahí. El momento en que confluyen esas historias, la salida del clóset, es el nudo, el carozo, el centro del conflicto. El mundo que la protagonista se había construido se ve puesto en jaque.
Gentileza Metrópolis-¿Qué fue lo más difícil de escribir sobre una relación que oscila entre el amor y la toxicidad?
-Mostrar los dos lados. Nunca quise dejar a M como “la mala”. Era importante para mí que aunque el punto de vista fuese subjetivo, porque está narrado en primera persona, pudiese vislumbrarse que, del otro lado, había una dificultad, un sufrimiento, una imposibilidad de hacer las cosas de manera diferente.
-¿Por qué elegiste los años 2000 como contexto temporal para la novela?
-Quise mostrar el contexto de ese tiempo en el que, aunque no tan lejanos, aún estábamos a años luz de donde estamos hoy (aunque todavía falta un largo camino por recorrer). La homofobia estaba más presente y más aceptada, el matrimonio igualitario no era legal, y en los secundarios casi no se hablaba en voz alta de diversidad.
-En este sentido, ¿qué mensaje quisieras que los lectores se lleven sobre la importancia de ponerse a uno mismo en primer lugar en una relación?
-Creo que lo valioso es poder ver que de todo se puede salir, de todo se puede aprender, se puede crecer. Está bueno que se hable de este tipo de mecanismos en las relaciones para empezar a reconocerlos en uno y en los demás. Idealmente no habría que perderse en una pareja, pero ese aprendizaje tiene que ser propio. Lo importante es estar atento y poder armarse con las herramientas. Ojalá este libro pueda ser una.
-¿Cómo fue tu proceso de escritura al explorar el concepto de "secreto compartido" entre las protagonistas?
-El secreto entre ellas oscila entre ser un tesoro, magia que comparten, y una maldición, una obligación de esconderse que las aísla y las condena al silencio. De nuevo, el desafío era poder mostrar ambos lados, sin quitarle belleza a uno, ni dolor al otro.
Gentileza-¿Qué te gustaría que los jóvenes lectores, especialmente aquellos en procesos similares de autodescubrimiento, aprendieran de esta historia?
-Que fuimos y somos muchos atravesando situaciones parecidas, y que aislarse nunca es la mejor opción.