Kevin Johansen y el Feng Shui Project presentarán "Quiero mejor"
El alaskeño del sur vuelve de la mano de su nueva formación, compartida con Panda Elliott, Coca Monte, Lucho Milocco y Martín Adler, para mostrar las canciones de su último trabajo, producido junto a los dos primeros. En diálogo con El Litoral, el artista repasó el proceso emocional y creativo de este álbum forjando entre la pre y la pospandemia.
“Siempre las canciones están ahí esperando; y uno es el pescador, que tiene que tener buen timing para pescarlas en su momento”, afirma Kevin. Foto: Gentileza producción
Kevin Johansen y el Feng Shui Project presentarán su nuevo álbum “Quiero mejor” en Hub (25 de Mayo 3428) el viernes 8 de noviembre a las 21. Junto a un grupo conformado por Marcelo “Coca” Monte (Vetamadre), Panda Elliot, Martín Adler y Lucho Milocco (Pim Pau), Kevin presenta su Feng Shui Project en vivo. En su primer disco de canciones originales en cinco años, Kevin ahonda en las confusiones y certezas de los amores, y en la búsqueda de la armonía personal y social por sobre las ambiciones materiales e inmediatas.
Las entradas pueden adquirirse en boleterías de Tribus Club de Arte (República de Siria 3572), Hub y a través de Ticketway (puntos de venta online y físicos),
Anticipando el show, El Litoral conversó con el solista, sobre este nuevo equipo de trabajo con el que promete más aventuras.
Coequipers
-¿Qué cosas o qué temas influyeron en la creación de este álbum? ¿Qué significa esta búsqueda de armonía personal y social que planteás en ese contexto?
-“Quiero mejor parte de una frase de Oscar Wilde, que dice: “Tengo gustos simples: sólo quiero lo mejor”. Ese es el disparador de la idea de la canción, puntualmente. Lo mejor, en realidad no tiene tanto que ver con lo material; como se dice: las cosas simples de la vida no tienen precio.
Entonces va un poco por ahí. Y la intención de eso fue el Feng Shui Project, que armé con Panda Elliott y Coca Monte, que me ayudaron a hacer el disco: eso redondeó un poco el material, que grabado entre la pre, durante y pospandemia; 2020, 2021, 2022.
-Venías trabajando con The Nada hacía un montón de tiempo. ¿Cómo nace este Feng Shui Project con Panda y con Coca, que ahora bueno se amplía en vivo con Lucho Milocco y con Martín Adler?
-Ellos se cargaron al hombro el armar mi disco; y cuando terminamos teníamos tan buena onda, que dijimos: “Bueno, ¿por qué no me ayudan a armar esta suerte de side project”, como se dice ahora; puedo mandarme la parte y hacerme el Damon Albarn, y decir que este es mi mini Gorillaz (risas).
Fue muy natural cómo sucedió todo, y armar el proyecto con ellos; presentar el disco, puntualmente, junto a temas del repertorio; y juntar material fue muy lindo
Los Nada son hermanos de la vida, y con ellos estamos haciendo el “Fin de fiesta”; hemos girado por España. Ahora nos vamos con ellos a Chile. Es un proyecto que continúa ad eternum; y el Feng Shui es un proyecto nuevo, muy lindo, al que le tengo mucho cariño. Estamos presentándolo por el país, inicialmente: el año que viene iremos a México y otros lugares de Latinoamérica, seguramente.
-Este es tu primer disco en cinco años con canciones originales. Si bien es un side project está ese cóctel de géneros que vos tenés. ¿Cómo fue llegar a las canciones que forman este disco?
-Algunas de las canciones son muy nuevas, y otras son de hace 30 años. La parte A, por ejemplo, de “Puntos equidistantes” donde canta Natalia Lafourcade, es una canción que arrancó en el 96; y nunca le encontraba del todo el estribillo, la letra adecuada: empezó en inglés, después pasó al castellano. Pero en “Puntos equidistantes” encontré algo ahí para decir, interesante; que está muy ligada con el único cover del disco, que es “Amada amante”, de Roberto Carlos. Hay mucho de ese escapismo y de idealismo también en el escape; mucho onírico en el disco.
Pero si este hay canciones absolutamente nuevas, como “Bien Sur”, que cierra el disco, o “El vals de la luna”, que también fueron compuestas ahí en el 2022, 2023, hace poquito.
-Como canción onírica está “Soñando”, directamente.
-Totalmente: redundantemente onírica (risas).
Convocados
-La nombrabas a Natalia Lafourcade. ¿Cómo surgió este convite?
-Fue muy curioso, porque esa canción iba a ser parte de una publicidad que no salió nunca. La canté en inglés y portugués, y junto a Paulinho Moska también. Le dije a Natalia: “Esta canción no salió: siento que todavía no la tengo definida”; no estaba satisfecho con la letra. Y me dice: “Bueno, pero cuando la tengas, la canto, ¿eh?”; así, muy irreverentemente la Lafourcade.
Así que cuando la tuve la cantamos. Yo digo en broma que puedo ser su Pedro Almodóvar y ella mi Penélope Cruz, mi actriz fetiche de la canción. Porque ya hemos hecho varias, como “Tú ve”; yo canté en “Mujer divina”, en “La fugitiva”: es alguien con quien me siento muy cómodo.
-Es una “chica Johansen”.
-Bueno... (risas).
-Hay muchas “chicas Almodóvar”, una por lo menos podés tener.
-Es una “chica Johansen”, totalmente.
-En “Quiero mejor”, la canción, grabaste con el Zurdo Roizner, que ya no está con nosotros. ¿Qué significa tenerlo en el disco, y que recuerdo te queda de ese proceso, en el que también están Las Migas, las artistas rumberas?
-Las Migas le dieron la cuota rumbera, y Nito Mestre le dio esa voz emblemática de nuestra música popular: increíble también, junto a Lito Vitale, que armó la pre producción.
El Zurdo es como un duelo raro, porque se nos fue en enero de este año, despuntando el año; y nos dejó tanto, nos dejó tan llenos de vida, y de 22 años compartidos: porque el graba algunos temas de “Sur o no Sur” y a partir de ahí empezamos a girar y de aparecer la posibilidad de viajar juntos y conocernos más.
Así que es como si estuviera todavía. Es muy raro: es un duelo no con tristeza, sino con sentirlo muy presente todavía.
-Nombrabas a Lito y Nito, que grabaron en “Era ahora”: una nación donde hay un poco de sátira sobre los viejos “tangueros del rock”. ¿Cómo salió esa canción, y cómo se Nito) a ponerle el cuerpo?
-Se recoparon. Lito es una tromba: no para ni un segundo, y lo arma en un segundo. Propuso el piano en base a una guitarra que yo tenía armada, un esqueleto; y luego agregó un sonido de arpa que quedaba muy bien: que le daba una sensación onírica y de nostalgia, de ensueño. que tiene la canción.
Y Nito es la famosa confirmación de la humildad de los grandes. Un tipo muy lúcido, muy acá, muy presente. Con alguien que tiene tanto rodaje, que ha pasado por diferentes etapas: de mucha exposición, de nada de exposición, de más o menos; que conoce los picos y valles de esta carrera tan curiosa que es la música, me pareció que “Era ahora” era realmente una figura como la suya. Y le encantó la propuesta, le gustó la idea de la canción: es una idea muy concreta sobre lo que es quedarse en el tiempo, en la nostalgia de un momento muy alto en la vida, y quedarse con eso o no; o vivir el presente. Así que fue un gran regalo del disco.
Por todas partes
-Otros discos tuyos tenían alguna reversión; en este caso fue “Amada amante”, de Roberto y Erasmo Carlos, que la grabaste en Brasil con músicos de allá. ¿Como se fue armando esa propuesta?
-Eso fue a través de Mati Cella, otro productor del disco, con quien hice varios discos. Teníamos ahí dos tracks que habíamos ido a grabar con Kassin, hicimos una gira con él en el 2019, justo antes de la pandemia. Fue gracioso, porque para “Amada amante” yo tenía una guitarra bossa bien clásica: dije a los músicos brasileños y a Kassin “tengo esto” y ellos dijeron: “Bueno, nosotros vamos a hacer aquello, vamos a hacer otra cosa”. Y me tiraron algo slow funk, medio a lo Barry White, Al Green; y que buenísima la yuxtaposición de mi guitarra haciendo bossa y ellos otra cosa: los brasileños que se rehúsan a la bossa nova (risas).
-También es para correrse de decir: “Bueno, viene este argentino a pedirnos bossa”.
-Claro, se cagaban de la risa. Es como si viniera un brasileño acá y dijera: “Yo tengo un tanguito” (risas). Lo van a mirar medio: “Bueno, vemos qué hacemos”.
-En este disco participan un montón de figuras: Gastón Baremberg y Mariano Otero, que ya son como una dupla, tocando años con Fito Páez; está Gabriel Pedernera de Eruca Sativa; están Facundo Guevara y Hernán Jacinto; y, como otras veces, Kim y Wiranda, tus hijas. ¿Cómo fueron entrando y saliendo diferentes artistas, y cómo todo eso se transforma para el vivo?
-La verdad es que se cargaron mucho al hombro el disco Panda Elliot y Coca Monte, que tienen El Mejor Estudio, y yo le puse “Quiero mejor” al disco: o sea que estaba ment to be, como dicen: tenía que ser ahí. Propusieron traer a Martín Adler en teclado y Lucho Milocco para armar el Feng Shui Project, este proyecto nuevo, así que estuvo muy orgánico, como se dice.
El Mejor Estudio albergó estas canciones y estos invitados. Ellos propusieron: “Hagamos tres tracks con Hernán Jacinto y Sergio Verdinelli”. Tengo muy buena relación con Gastón Baremberg, que había tocado con Mariano Otero junto a Fito varios años; y también: hicimos ahí “Hola Need” y un par de tracks más, algunos que no vieron la luz.
Todo el trabajo del talento argentino, que levantás una piedra y sale alguien tocándose la vida es una cosa impresionante.
-El centro fue El Mejor Estudio, pero se grabó en Brasil, en España. ¿Cómo fueron esas itinerancias, y después juntar todo?
-Un lindo quilombito: nos volvimos locos. Las Migas grababan todas juntas, Panda después en el estudio se volvía loca para emprolijar, o “desaprolijar” todo. Había para elegir. Fue una labor de amor, como la famosa frase: hecha con mucho cariño por los chicos; y yo le puse todo lo que tenía para ofrecer.
Estamos disfrutando mucho del disco en vivo; tocamos prácticamente todo el disco, a veces no hacemos alguna canción; pero hacemos todo el disco y por supuesto clásicos de hoy, de ayer y nunca.
En proceso
-Vienen a Santa Fe, van a La Plata, sigue la gira. ¿Cómo sigue la actividad de cara a 2025?
-Hay de todo. Mucha grabación: tengo pendiente un disco celebratorio con los The Nada: eso también está en puerta. Y con los Feng Shui armar un segundo disco. Después veré cual ve la luz primero, cuál está más maduro para presentar.
Tenemos esos dos proyectos, y hay muchos viajes por el continente: sobre todo por Latinoamérica, y un poco de España en el verano de allá, probablemente.
-¿Cuánto de ese segundo disco de Feng Shui son esos tracks que trabajaron y no están?
-Poco: en realidad es algo que queda siempre por dirimir. Decís: “Uy, qué giles, cómo dejamos afuera esta canción que está buenísima”. Y por ahí era porque le tocaba otro disco, le tocaba otro momento; le tocaba un refuerzo de algún lado. Siempre las canciones están ahí esperando; y uno es el pescador, que tiene que tener buen timing para pescarlas en su momento.
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