El dúo revelación de la escena pop/rock argentina llegará a Santa Fe para presentar en vivo las canciones que los volvieron virales en el último año. En la previa, El Litoral conversó con el cantante Tomás Otero sobre el camino que los llevó a este presente de éxito, y los planes para seguir creciendo en el futuro.
Tomás Otero (vocalista) y Jeremías Oro (guitarrista y productor) se conocieron en una clase de guitarra, y comenzaron una trayectoria que comenzó tocando covers y hoy los tiene explotando con sus propias creaciones. Foto: Gentileza producción
Koino Yokan es el dúo revelación de la escena pop/rock argentina: conformado por Tomás Otero (vocalista) y Jeremías Oro (guitarrista y productor), ya acumula más de 100 millones de views en sus videos y más de 50 millones de streams en sus canciones. En el 2021 editaron su primer disco ”Lo que ayer callé” y en 2022 lanzaron ocho sencillos, que los llevaron a los primeros puestos de los rankings virales de Argentina y Uruguay, a convertirse en referentes en la plataforma TikTok y también a ganar el premio Martin Fierro Digital al Artista del Año 2021.
Con ese bagaje visitarán Santa Fe, para mostrar la energía que despliegan en el escenario: será el lunes 1 de mayo a las 21, en Tribus Club de Arte (República de Siria 3572). Las entradas están a la venta en la boletería del local (de 18 a 0) y a través del sistema Ticketway y sus puntos de venta (online y físicos).
En la previa, El Litoral conversó con el vocalista para adentrarse en el crecimiento explosivo de unos artistas jóvenes y en constante desarrollo.
Apuesta propia
-Primero se hicieron un nombre como artistas de versiones, de covers. ¿Cómo fue después saltar a las canciones propias? Que en realidad que es lo que ustedes querían hacer en realidad.
-Nos conocimos porque fui a tomar clases de guitarra con Jere; ahí pegamos buena onda, nos pusimos a cantar, y él me propuso armar un proyecto. Me dijo: “Yo hago estas canciones”, me mostró el tipo de música que hacía, yo le mostré las canciones que hacía; a los dos nos gustó el proceso creativo del otro.
Pero entendimos que para empezar a mostrarnos quizás no era lo mejor sacar música propia de una, porque hoy hay tanto estímulo dando vueltas en las redes que por ahí para empezar a llamar la atención es más fácil hacerlo con algo con lo que la gente ya se sienta identificada desde antes. Entonces los covers eran una buena idea. y lo que pasó Empezamos a hacerlos, y empezaron a funcionar: se escucharon un montón, y empezamos a tocar en un montón de provincias haciendo covers. En un momento dijimos: “Che, pará, estamos viviendo algo re loco: tocamos en teatros (en ese momento era teatros chiquititos, igual) por todos lados haciendo covers, pero en realidad nuestra idea no era esa, sino empezar con esto”.
En un momento dijimos: “Empecemos con nuestros temas”, y el proceso fue difícil al principio; porque la gente ni escuchaba nuestros temas, quería escuchar los covers, que eran los que los que los que se hacían virales, los que todo el mundo conocía; y nuestros temas estaban ahí como en las sombras. Hasta que hace un año y medio, más o menos, se empezaron a escuchar mucho un par de sencillos que sacamos, y eso arrastró a todas las otras canciones. De repente se olvidaron por completo de los covers y fue re loco:no esperamos que fuera a pasar tan rápido, porque se veía muy complicado el hacer nuestra propia música y que llegue; pero pasó así, de repente.
Virales
-Fueron creciendo en la pandemia la pandemia, en cada video que iban sacando. ¿Cómo fue cuando volvieron a salir a tocar y se fueron encontrando con que iba mucha más gente?
-Fue re loco, pero no fue tan loco como cuando como cuando sucedió el boom con nuestras canciones propias. Cuando terminó la pandemia el contenido que hacíamos era de covers: subíamos todas las semanas un cover diferente a YouTube; pero sí nos sirvió un montón la pandemia, porque pudimos trabajar desde nuestras casas y sacar contenido, que era lo que muchos músicos no podía hacer, porque no se podían juntar con sus otros compañeros. Pudimos capitalizar ese tiempo encerrados, todas las versiones que hicimos ese año se hicieron muy virales, y sí, como decís: cuando se pudo volver a salir a tocar, y vimos la cantidad de gente que se había sumado al mundo de Koino y nos iba a ver, fue súper emocionante, muy shockeante. Estuvimos en ese momento súper enloquecidos.
-Recién hablabas del boom de las canciones propias. Una “Lo que hoy quieras” se volvió viral en TikTok. ¿Cómo vivieron ese momento, y saber que el videoclip tiene más de dos millones de reproducciones?
-Antes salió “Lo que ayer callé”, el único álbum que sacamos, en 2021, con todas las canciones acústicas; no dio tanto frutos: era difícil al principio, fue lo primero que sacamos. Y recién en 2022 empezamos a sacar sencillos, uno atrás de otro; y uno de esos fue “Lo que hoy quieras”, que salió hace un año y pico.
Y sí, tiene como dos millones de reproducciones en YouTube, 11 millones en Spotify. Ese fue el momento más drástico a nivel emocional: tomar conciencia de que una música que nosotros estábamos haciendo (de la cual nos sentíamos súper orgullosos porque nos gustaba) estaba llegando un montón de gente de la misma manera en que llegaban los covers. Algo que pensamos que quizás no pasaba nunca terminó pasando; ahí me sentí súper agradecido con la vida, porque eso traccionó después a que la gente empiece a escuchar todas las otras canciones, que estaban como escondidas.
Ahí pudimos empezar a vivir de nuestra propia música, porque se empezó a escuchar mucho ese tema y todos los que sacamos posteriormente. Eso hizo que incluso nos vaya a ver mucho más gente, empezamos a tocar en lugares mucho más grandes y con mucha más gente y encima con nuestra música. Ese tema hizo que cambiara todo: me sentí muy feliz, cuando pasó eso.
-Hay una continuidad en la onda reggae entre ese tema y otros que habían versionado y funcionado muy bien, como “Casi que me pierdo” (Los Cafres) y “Pupilas lejanas” (Los Pericos); si bien no es el único estilo en el que se mueven.
-Sí, totalmente; tenemos varios reggaes. En un momento era como bueno, hacemos tanto reggae, a la gente le gusta tanto (y a nosotros también), hagamos uno a ver que a ver qué pasa. Y terminó sucediendo que gustó. Pero como decís, nos encanta música de todo tipo, entonces tratamos de hacer de todo.
En el estudio
-Decías que sacaron varios singles desde el año pasado; el último salió hace unos días, “Para crecer”; pero no quisieron cerrarse a un formato de álbum: fueron de tema en tema.
-Empezamos así el 2022, porque no sabíamos bien hacia dónde queríamos ir. Íbamos probando: ahora un reggae, ahora esto, ahora lo otro; pero después decidimos este año hacer un disco: estamos grabando un montón de canciones, suponemos que va a salir en más o menos en julio; siempre son medio inciertos los lanzamientos para nosotros, porque al ser independientes hay cosas que nos llevan mucho más trabajo de lo que esperábamos. “Para crecer” y un par de temas que salieron antes (como “Lejos de todo” y “Nada más que vos”) son adelantos de este disco que va a salir.
-Hay muchas canciones inéditas también.
-Sí, creo que adelantos del disco, irán cuatro; y la idea era que el disco tenga 23 temas.
-Un disco grande.
-Un disco largo, que nos está llevando mucho laburo; pero viene avanzando bastante rápido. Lo que pasa que los últimos detalles siempre son muy engorrosos: el proceso de la mezcla, escuchar y re escuchar, darte cuenta de que no te gustó algo. Por ahí se hace mucho más largo de lo que de lo que esperamos, pero creo que para julio va a estar.
Son un montón de temas, y de género súper diversos: va a haber temas que no tienen nada que ver con lo que se escuchó de Koino hasta ahora: es lo divertido de todo este proceso.
Equipo propio
-Recién hablabas de poder vivir de la música. ¿Cómo están viviendo esta oportunidad de vivir de lo que a uno le gusta?
-Con alegría, no lo puedo vivir de otra manera. A veces estás con mucho cansancio, porque demanda mucho tiempo de laburo. Siempre elegimos no laburar en relación de dependencia con ninguna discográfica, que quizás tienen intenciones muy persistentes de querer firmar; pero nosotros no queremos, porque nos gusta hacer las cosas a nuestra manera.
Eso también lleva su tiempo; armamos nuestro propio grupo de trabajo, somos un montón de personas, estamos gestionando todos nosotros todo el tiempo. Siempre hay problemas que suceden y capaz estamos la gran parte de todos los días resolviendo cuestiones burocráticas, de laburo interno, y no tanto haciendo canciones, que es lo que todo el mundo por ahí piensa: que estamos todo el día tocando la guitarra.
Tenemos ocho o nueve grupos de WhatsApp: “Koino vestuario”, “Koino mezcla”, “Koino master”, “Koino management”; y estamos todo el día hablando por todos los grupos, hay un Zoom con el otro. Y además hay que hacer lo musical, nos tenemos juntar a producir, a grabar, a seguir componiendo; además están las fechas, las notas. Hay un montón de cosas que no tienen que ver estrictamente con sentarse y hacer una canción, que son como un trabajo más normal.
Esa es la parte más tediosa, pero cuando me siento un poquito abrumado por estar tanto tiempo laburando así, digo: “Che, pará, mirá lo que hemos logrado después de tanto esfuerzo”, y se disipa en un santiamén. Me siento orgulloso de haber tomado la decisión de emprender este camino, que haya pasado tanto tiempo, y poder estar viendo estos frutos.
En expansión
-¿Qué metas que se hayan puesto ya cumplieron, y cuáles se ponen para él un mediano plazo?
-Nuestras metas nunca son tan concretas; pero al fin y al cabo si son metas. Nuestro objetivo siempre es hacer lo que nos gusta cada vez mejor; tratamos de que el resultado sea cada vez más profesional, que esté cada vez mejor logrado. Y nos tomamos el tiempo de ponernos a estudiar mezcla, porque producimos nosotros, estamos mucho tiempo tratando de entender un montón de cosas que están alrededor de la producción de la música, y de los procesos posteriores; que quizás muchos músicos (me incluyo, el Tomi del pasado) no le dan bola.
Ahora estamos súper emperrados con la idea de hacer esto cada vez mejor, Es un gran objetivo que es interesante, y en realidad no es tan concreto; porque no es que llegás a un lugar y listo, “ya llegué”: siempre querés un poco más. Y después llegarle con esa música, cada vez mejor lograda y cada vez más transparente y sincera, a la mayor cantidad de gente posible.
Ahora vamos a hacer en Buenos Aires (que lo tengo como un punto de referencia, por ser la ciudad más grande de Argentina) tres Vorterix; que me pongo a pensar y son más que un Gran Rex en cantidad de gente (será un Gran Rex y medio). Lo pienso y digo: “Después de esto sigue el Luna Park”. Ponele que ese podría ser un objetivo, pero a veces también da miedo decirlo, porque no quiero quemar nada.
Siempre el objetivo es ese: hacerle llegar las canciones a la mayor cantidad de gente posible, irnos a tocarlas afuera: ese es un gran objetivo que tenemos este año. Salir por primera vez: hay un 90 % de probabilidades de que vayamos a México, Chile, Paraguay, Colombia, España, otras ciudades de Latinoamérica (vamos a ver en cuáles se nos abren las puertas y en cuáles no).
Hay un montón de objetivos pero todos tienen que ver con lo mismo: con avanzar con la música y hacérsela llegar a más gente. Ese fue el objetivo primario, que siempre fue creciendo.
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