Divulguemos lo que dice Wikipedia: “‘La divina familia’ es una obra del autor argentino Ismael Hase.
Divulguemos lo que dice Wikipedia: “‘La divina familia’ es una obra del autor argentino Ismael Hase.
Una familia tipo de clase media-baja argentina recibe una invitación a vacacionar en Mar del Plata y sus planes comienzan a desvirtuarse al descubrir que no pueden llevar a su perro Betún.
¿Quién se queda con el perro? el asunto se complica más cuando caen en la cuenta de que el perro no está en la casa”.
Repitamos lo que dice la gacetilla: “‘La divina familia’ es una comedia costumbrista que relata los problemas cotidianos de la familia con mucho humor y emoción.
Contando con un elenco de lujo encabezado por Fabián Vena, Viviana Saccone, Héctor Calori, Kitty Locane, Pablo Sorensen y la actuación especial de Enrique Liporace.
Junto a la dirección de Roberto Antier y la producción de Aldo Funes, garantiza un espectáculo de calidad en cada una de sus funciones”.
En una copia con saltos vi “Así es la vida”, versión de Enrique Muiño como actor, el resto comportan todos nombres que están en la historia del cine como arte en Argentina, como el de Muiño, quien cito porque es suyo aquello de “pero socialista, che...”.
Después vi esa parodia tonta con Sandrini, una segunda versión, muy mala de aquello. A continuación la comedia costumbrista fue por la tontería, la pavada y el melodrama. Poca comedia y burla de las costumbres. Cada tanto retomaba su senda.
Los actores y los años salvaron a “Esperando la carroza” que reivindicaba mas el grotesco que la comedia costumbrista pero allá fue, todos comimos las tres empanadas y nos quejamos que nos imitaban haciendo ravioles.
Lo que se ve en Mar del Plata (tuvo versiones en Buenos Aires) es una lavada, lavadísima versión de esos problemas cotidianos, el habla popular, las situaciones de los integrantes y sus dramas menores, melodramas y quejas del día mientras la vida va... y quien, pero quien puede decir que esos son los dramas menores si la comedia, a lo que apunta, es a reflejar el tropiezo nuestro de cada día... y convertirlo en el eje, por ése instante, del verdadero drama: vivir con poco y entender que es todo. Eso va por debajo y eso, en los buenos textos y las buenas actuaciones, es lo que uno espera. La queja, la verdadera queja que toda comedia encierra porque allí está el punto incandescente: te lo cuento entre sonrisas pero esta es mi vida, así de simple, de tonta de menor, de única... entendés... así es mi vida.
Si alguna paloma franca sobrevuela el teatro, con el texto del santafesino Ismael Hase, es el de “Los Campanelli”, que llevó el tema comedia costumbrista/familia numerosa/nos queremos poco pero nos amamos mucho/ a la burda solución de un mediodía televisivo con poco en que distraerse.
Todo lo mencionado tenía rating, así como esta comedia en Mar del Plata tiene aplausos.
Aplaudiría a la señora Saccone y a las ganas que le suma Fabián Vena. Y sonreiría con un guiño a Enrique Liporace. Bien, Enrique. Te queremos.
Están todos en un teatro, haciendo una obra de teatro de texto y con público que aplaude, qué mas pedir... la definición ya fue dicha: Así es la vida.