Jueves 1.4.2021
/Última actualización 10:20
Los héroes de la mitología tenían armas mágicas que les permitían moverse por el mundo. Thor tenía su martillo, Ninurta su maza y el Rey Arturo su espada, la famosa Excalibur. La pequeña heroína del libro del escritor rosarino Federico Levín y el ilustrador Nicolás Lassalle que acaba de presentar la editorial Limonero también empuña un elemento que, sin propiedades sobrenaturales, le confiere un poder especial: un lápiz.
El punto de partida del flamante texto (que lleva por título “Una niña con un lápiz”) es a la vez prometedor y un poco sombrío. Hay una niña sola en el vacío de la hoja de papel. Pero no está tan sola al contar con una herramienta que le permitirá empezar a construir.
Gentileza Limonero“Es un cuento del que casi no se puede contar nada sin spoilear. Cada pedacito de texto hace avanzar la trama”, contó en dialogo con este medio Federico Levín, casi al unísono de la recepción de los primeros comentarios tras la publicación.
El proceso que desembocó en “Una niña con un lápiz” fue extenso. “Cuando a la editorial le interesó, buscaron un ilustrador. Apareció Nicolás Lasalle y fueron muchas conversaciones para intercambiar sugerencias e ideas y ver como contar ciertas partes de la historia en imágenes. Estuvo bueno, porque a veces los ilustradores son más celosos o cerrados en su trabajo y solamente reciben el texto y hacen lo suyo. Nico fue totalmente abierto a pensar conmigo y escuchó mis sugerencias. Lo que quedó fue muy similar a lo que me había imaginado cuando lo escribí”, aseguró Federico.
La imagen que da arranque al libro despierta la curiosidad, el lector no sabe hacia dónde irá la cosa. “Hay dos caminos de lectura. Uno es, que es el que más me interesa y tiene que ver con sentir ese vacío del principio. Que implica soledad y es apremiante. Me gusta pensar la historia así, porque el efecto que tiene cuando la niña puede construir su mundo con el lápiz es más fuerte. Es una manera de salir de la soledad, construir una compañía”, asegura Levín. El otro sendero posible, que al autor le interesa menos, es pensar el libro como una herramienta para estimular a los chicos para que sean creativos.
Gentileza LimoneroEn tiempos en que términos como “pantallas” y “aplicaciones” han ganado un amplio terreno, Levín y Lassalle se inclinan por una historia que revaloriza un instrumento tan simple como el lápiz. “El cuento se me ocurrió mientras le inventaba algo a mi hija más chiquita, que no paraba de llorar. Y recurrí a lo que tenía más a mano. Entiendo las lecturas que puede tener. Pero me parece que se puede leer no solo en oposición a las pantallas y a lo digital, sino por oposición a todas las cosas que uno deja sin llevar a la práctica. El lápiz es algo noble en el sentido en sirve para hacer cosas concretas”, señaló el autor.
Levín escribió y publicó novelas, cuentos, poesía, ensayos y hasta guiones. Pero esta es su primera experiencia en el campo de la literatura infantil. “Hace algunos años, cuando la práctica de leerle a mis hijas se convirtió en una de las más importantes para mí, empecé a indagar en este universo. Naturalmente, ahí comenzaron a aparecer ideas. Empecé a entender que tipo de lector es el que elige estos textos. No solo los niños, sino los padres y las madres que se los leen en voz alta”, apuntó Federico.
Dado que “Una niña con un lápiz” abarca un espectro de edad tan amplio, el texto está pensado para ser leído en voz alta. “De eso me ocupé bastante. De usar frases cortas y apelar a la repetición. Es algo que cuando es padre y lee a la noche, agradece. Está pensado también para el disfrute del que le pone la voz al texto. Y está hecho en imprenta mayúscula, lo cual favorece a los chicos que están empezando a leer”, detalló Levín.
Gentileza LimoneroSeguir dentro de ese mundo
Con el libro recién salido de la imprenta, Federico considera que sus próximas producciones literarias irán por el mismo camino. “Me gusta el género y tengo bastante material. Espero que a este libro le vaya bien para poder publicar otras cosas”, se entusiasmó. “En estos libros, todo el trabajo previo deriva en la realización de objetos que son muy bellos. Habrá que ver cómo cada uno de los textos que tengo escritos encuentra su formato”, finalizó.