Domingo 24.11.2024
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Como entreviendo su futuro de escritora, Claudia Cesaroni conservó durante décadas documentos que suelen perderse en mudanzas, cambios de ciudad, viajes o crisis personales. Cartas, diarios íntimos, recortes, cuadernos, fotos y otros recuerdos conforman el material con el que construyó su libro “1973-1983. Crecer en tiempos turbulentos”, recientemente publicado por Paidós.
Nacida en Quilmes en 1962, Claudia vivió su niñez, adolescencia y primera juventud en un país atravesado por profundos cambios. El recorte temporal que elige comienza en la efímera primavera camporista y culmina en la primavera más duradera de la recuperación democrática. La autora arranca con 10 años y llega al final de ese período cuando ya tiene 21 años.
GentilezaEl libro hace honor a una frase de Samuel Beckett que Claudia toma como punto de partida: “vivimos demasiado poco para escribir sobre algo que no sea nosotros mismos”. Así, como en la canción de Fito Páez “Del 63”, que alude a la misma época, la escritora entrelaza vivencias personales con los hechos que sacudían al país. Es, entonces, una historia atravesada por la Historia.
Cesaroni, abogada y magíster en Criminología, ex directora adjunta de la Oficina para América Latina de la Asociación para la Prevención de la Tortura, escribe muy bien y ya lo ha demostrado en sus textos sobre temas vinculados al sistema penal. En este nuevo libro logra la difícil armonía de unir sus recuerdos personales con la memoria colectiva.
GentilezaEl resultado es estimulante, incluso para quienes desconocen la historia argentina. Vacaciones en la playa, primeros besos, peleas con amigos, tribulaciones familiares, charlas, experiencias estudiantiles y militancia se cruzan con la convulsionada vida política y social de la Argentina de finales de los años ‘70.
El aspecto clave radica en cómo Cesaroni conecta la realidad de aquellos años con la actualidad, subrayando el postulado de Karl Marx: “la historia se repite dos veces, la primera como tragedia y la segunda como farsa”, algo especialmente resonante en el convulso 2024.
GentilezaDe todas maneras, como en la mencionada canción de Fito, que culmina con un llamado “al débil y al orador, al mozo, al poeta, al músico, al peón” para unirse al banquete, Cesaroni cierra su libro con una imagen luminosa y esperanzadora: “No voté a Alfonsín pero es lo de menos, recuperamos la democracia, somos miles en la calle. Nos abrazamos radicales, intransigentes, comunistas y peronistas. No importa nada más que nuestra alegría. El aire huele a jazmín, tengo 21 años y todo, absolutamente todo, es posible”.