Mariano Rinaldi
En 1985, Estela Figueroa conversaba con El Litoral presentando su libro “Máscaras sueltas”. Una poesía que recupera sustancialmente aquellas imágenes que pueden pertenecernos a todos.
Mariano Rinaldi
La semana pasada falleció la escritora santafesina Estela Figueroa dejando un fuerte legado en el mundo de la literatura local y nacional. Indagamos sobre su trayectoria de la mano del archivo del diario El Litoral.
En 1985, la obra poética “Máscaras sueltas” formó parte de un interesante plan editorial que puso en circulación autores locales de la mano del Departamento de Extensión Universitaria de la Universidad del Litoral. El programa buscaba “publicar obras literarias que por sus características no tengan acceso al mercado editorial y que inicialmente rescate la producción local”. Los primeros títulos pertenecieron a Estela Figueroa, Juan Manuel Inchauspe y José Luis Pagés. Todos ellos destacados escritores santafesinos que publicaron por esos años textos inéditos. Inchauspe publicó el célebre poemario “Trabajo Nocturno” dividido en dos secciones y Pagés los cuentos en “El hombre de los perros dálmatas”.
En ese momento y en una conversación, larga y tendida con los tres escritores, de la mano de Enrique M. Butti, otro destacado escritor y periodista santafesino, Estela Figueroa, hablaba de sus poemas reunidos en “Máscaras sueltas” reflexionando maravillosamente sobre el oficio del poeta: “El poeta está atento a los cambios. Es decir, en una situación cotidiana, hay un salto emocional y hay un trabajo sobre ese estado, el resultado es el poema”.
La reconocida docente, Mari Hechim, por estos días recordó a Estela, o mejor dicho, recordaba el contexto político y cultural en donde ella y Estela fraguaron su juventud. Aquella tumultuosa transición de los sesenta a los setenta en Santa Fe: “(…) entre Cine y Letras había diferentes pasadizos por los cuales circulaba la militancia, la amistad y el amor. Reuniones para las jornadas del 69, en el humo de los Parisiennes, jornadas semanales en cine club para ver todo, reuniones de los grupos de filosofía de Aldo Oliva (…) Nos hicimos amigas durante los tiempos de la dictadura. Yo ya me había recibido. Ella tenía una hija”.
La investigadora Analía Gerbaudo advierte en la escritura de Estela Figueroa ciertos elementos que conforman un paisaje fundado en parte por una "poética del despojo". En uno de sus artículos, la investigadora expande una conjetura que Aldo Oliva, escritor y docente argentino, expone en 1986 en el marco del Primer encuentro Nacional de Literatura y Crítica, organizado por la Universidad del Litoral. En esa ocasión, Oliva, define a Estela Figueroa como una representante de la “nueva poesía argentina”. Rótulo que Analía Gerbaudo explica en su trabajo de investigación en base a la singularidad que posee la poesía de Estela Figueroa.
En 1985, en aquella entrevista que brindó a El Litoral, Estela decía sobre su primer libro: “Lo llame así pensando en las máscaras de carnaval, las máscaras pobres que salen de los barrios y que no encajan en las comparsas, que se prepararon muchos meses para una sola noche y que a veces se desbandan y cometen transgresiones y terminan presas”.
“Máscaras sueltas” estaba integrado por cuatro bloques, el primero se llamaba “Tiempo pasado” donde hay trabajos que la escritora etiqueta como parte de su propio ayer; luego “La experiencia de los otros” en donde, en uno de sus poemas, imagina que puede haber sentido una mujer que estando en un campo de concentración de nuestro país, de pronto escucha la voz de un niño; un tercer momento titulado “La experiencia de la muerte” en base a un momento personal pero que también, a pesar de no expresarlo de manera directa, se encuentran los años oscuros del Proceso militar; y por ultimo “Tiempo presente” en donde se alojan las producciones más recientes por aquellos años.
Al final de la entrevista, la escritora santafesina le transmite personalmente a Enrique M. Butti, lo siguiente: “Algunos poemas no los publique, porque un poeta es experto en experiencias y cambios; pero también lo es en timidez y esconderse”. Una hermosa ilusión para poder seguir publicando y escribiendo.