Sábado 22.4.2023
/Última actualización 18:43
Luego de haber girado en varias oportunidades por Latinoamérica, Europa y recientemente hacer su primera gira por Estados Unidos, Los Espíritus llegarán a Santa Fe para despedir la gira “Sancocho Stereo”. La banda compuesta por Maxi Prietto en guitarra y voces, Miguel Mactas en guitarra, Martín Ferbat en bajo y Felipe “Pipe” Correa en batería se presentará en Tribus Club de Arte (República de Siria 3572) el jueves 27 a las 21. Las entradas están a la venta en la boletería de Tribus (de miércoles a domingo, de 18 a 0) y a través del sistema Ticketway y sus puntos de venta (online y físicos).
Anticipando la fecha, El Litoral conversó con Prietto para saber más sobre la gestación del álbum episódico “Sancocho Stereo” y sus invitados, la amistad con el músico tuareg Bombino y sus músicos y el próximo álbum que están preparando junto a Mario Breuer y Joe Blaney, entre otros temas.
Cuna psicodélica
-Recientemente estuvieron girando por primera vez en Estados Unidos. ¿Cómo fue esa experiencia? Por un lado, es una primera vez; pero por otro para ustedes no es la primera gira internacional.
Claro, no es nuestra primera gira internacional, pero si es la primera vez que fuimos a Estados Unidos, para algunos incluso la primera vez que fuimos, también por fuera de la música.
Los shows estuvieron muy buenos. Recuerdo especialmente el que hicimos en Texas: era en un bar que lo atendía una señora que es música, tenía un grupo de afrobeat. Venía de Woodstock, tenía una trenza hasta el piso; un amor total, nos trató re bien. Tenía un bar que parecía de una película de Tarantino: estaba en medio de la ruta, había un cartel que decía “Los Espíritus”, parecía... A mí me gusta mucho un blusero que se llama Junior Kimbrough; él tenía su propio bar y era un cartel muy parecido: con las letras colgadas así, a la ruta, de un galpón. Parecía un lugar muy abandonado, pero entrabas y había mesas de pool, gente bailando, un clima muy ameno; para nosotros era como estar adentro una película de Tarantino, algo muy de película.
Tocamos para distintos públicos: había argentinos en algunas, pero no tanto como imaginábamos; había gente local y también por supuesto público mexicano. La recepción fue muy buena, así que nos quedamos muy contentos. Estuvimos recorriendo Los Ángeles y muchos lugares que desde acá absorbimos mucho esa cultura: tanto en el cine como desde la literatura y la música.
-Ustedes tienen una conexión con el rock clásico de esos lugares, y al mismo tiempo la conexión con los latinos por el castellano.
-Nosotros hacemos blues psicodélico, y la psicodelia viene de ahí: estábamos tocando en lugares en donde había posters de Roky Erickson de los 13th Floor Elevators, de Sun Ra; era estar en el lugar de donde vienen esas músicas.
Abrir el juego
-A caballo de la pandemia hicieron ahí hicieron “Sancocho Stereo”, proyecto en el que compartieron versiones de otros y reversiones de temas propios con grandes invitados. ¿Cómo fue hacerlo, con esto de conectar gente a distancia? Un poco una proeza.
-Fue fruto de la pandemia. Dijimos: “Bueno, algo tenemos que hacer”; y no se sabía ni cuánto iba a durar. Entonces pensamos: “¿Por qué no hacemos capítulos cortos, de dos o tres temas, haciendo versiones?”. Teníamos mucho tiempo también para producir cada uno en su home Studio; cuando podíamos nos juntábamos y empezamos a hacer estos experimentos de versiones propias, después salían algunas versiones de temas clásicos.
El momento también ayudó mucho a esta idea de colaborar, de juntarnos con otros: se nos abrió algo que no teníamos tan desarrollado, y nos pareció un buen momento para hacerlo.
Hablamos con Carca, con (Gustavo) Santaolalla; se fue dando cada vez que charlábamos con alguno, empezamos a ver la posibilidad de qué se podría hacer con ese invitado. Ahí empezamos a pergeñar esto, que era una idea que teníamos hace mucho tiempo: hacer un disco que suene como si fuese un programa de radio; en el sentido de que cuando vos pasás música en la radio cada canción fue grabada en un estudio distinto, en distintas épocas, en distintas calidades. Entonces decíamos que para hacer un disco así tendríamos que grabar en distintos lados; grabar algunos más como ensayo, otros más producidos.
Hace rato que veníamos con esa idea, pero nos parecía medio loca. Y acá se dio naturalmente, porque ya teníamos grabaciones de ensayos, de demos, otras de estudios profesionales, que habíamos hecho con Bombino. Ahí se dio esa mixtura.
Siempre nos gusta buscar un disparador, y después lo que empieza a pasar se desarrolla por sí mismo. Acá la idea era esa: tener invitados y hacer tipo un programa de radio; pedíamos muchos audios de WhatsApp a todo el mundo, diciendo cosas; algunos los usamos para separar o para presentarte temas. Ese fue un poco el trabajo lúdico.
-Entre las voces que aparecen, está inmortalizada la de Enrique Symns, que partió recientemente...
-Hace rato que nos cruzamos con él, teníamos muy buena onda, y queríamos hacer un cruce hacía tiempo. Cuando se armó esto del “Sancocho” le dijimos y se recopó: nos preguntó más o menos qué decir, yo le sugerí un texto, pero él lo cambió y mandó esa frase que ahí quedó. El capítulo se llama “Días de blues”, así que le dio todo un cierre conceptual. Pero lo más importante es haber compartido algo con él, y que su voz forme parte de la historia de Los Espíritus.
Amigos del desierto
-Con Bombino (Omara Moctar) ya habían grabado “El árbol de los venenos” en “Caldero”, y habían tocado en vivo. Es muy loco cómo la música permite construir un lenguaje en común con alguien que en principio es distante.
-De francés yo no sé nada, ni media palabra. Cuando vinieron ellos, pasamos cinco días juntos entre que a la noche tocábamos en Niceto y después a veces nos juntábamos a zapar o a comer; mucha guitarreada, muchas zapada en la sala, y la sensación simplemente de estar: estábamos en la mesa y estábamos. Entonces no había una conversación con palabras, pero estábamos; y capaz que Illias (Mohamed Alhassane), su guitarrista rítmico, agarraba la guitarra y se ponía a cantar canciones de su cultura (tuareg). Ellos se ponían a acompañar en la mesa, haciendo una base rítmica, y de pronto era estar como en una especie de ranchada, pero con otras leyes, otra cultura, otras sensaciones. Y nos sentíamos muy a gusto: para lo movido que era todo, que tocamos muchas veces y queríamos ir a grabar, la sensación siempre era de mucha tranquilidad. eso es producto de la personalidad y de la energía que ellos traen.
-Lo que salió en “Sancocho”, ¿había quedado de esas sesiones?
-Para esas sesiones llevé una letra que tenía escrita. Habíamos estado tocando en Medellín, el pueblo de Caldas, de donde es el Pipe. Ahí fuimos a un bar que se llama La Antillana, y fue una noche muy divertida y muy recordada de la gira. Hice una letra que describía un poco esa noche.
Cuando se armó una zapada con Bombino en el estudio saqué esa letra, que la tenía escrita en un cuaderno, y me puse a inventar una melodía; porque la verdad no tenía nada. Ahí quedó esa versión; después agarramos algunos elementos y los empezamos a trabajar y a pulir. Después todo eso se lo mandamos a mezclar a (el ingeniero jamaiquino) Scientist, que se dedica exclusivamente al dub. Él sube toda a la consola y de ahí a veces pone un segundo de la voz y lo usa solamente para disparar efectos, para delay. Hizo una mezcla muy experimental: a nosotros nos encanta, el audio que sacó fue como un antes y un después.
Exploraciones
-En la gira que los va a traer a Santa Fe están adelantando algunas canciones de lo que va a ser el próximo álbum, que está grabado y lo está mezclando Joe Blaney, que es una leyenda, ¿Cómo fue el proceso de este nuevo material?
-Grabamos diez canciones en estudio ION con Mario Breuer. Con Mario ya habíamos trabajado, pero siempre en mastering y él acomodando un poco la mezcla, pero no al 100 %. En este caso ya arrancamos con él en la grabación; entonces ya en el estudio mismo sonaba con un carácter no sólo de mucha calidad, sino que también antes nos juntamos, le pasé algunas referencias, discos que me gustan, y más o menos por donde queríamos abordar el audio.
Después él sugirió mezclarlo con Joe, y más vale: ya con el material que teníamos nos parecía que era una ocasión muy especial. Así que estamos en contacto con él, trabajando la distancia: mandando mails todo el tiempo, con sugerencias, con ideas; y él nos va mandando propuestas, que son todas muy superadoras. Estamos muy contentos con los resultados.
-¿Para cuándo más o menos puede estar saliendo?
-Me gustaría que saliera antes de fin de año.
-Como decías, es blues psicodélico: hay elementos del rock de los 70, también hay cosas de música latinoamericana; hay muchos elementos que son clásicos, pero ustedes siempre tienen una mirada hacia adelante. ¿Cómo se busca eso? ¿O es algo que va saliendo en el tocar?
-Escuchamos música de todas las épocas. Me gusta mucho el blues, sobre todo el blues de raíz; pero también me gusta mucho la música latina: la salsa, el bolero, el son cubano. También nos gusta el hip hop, la incorporación de sampleos, que le dan esa onda collage; quizás en “Sancocho” es donde más lo desarrollamos, pero ya viene de hace rato.
Es como algo que no nos damos cuenta, porque en la gira vamos escuchando música, no vamos siempre compartiendo discos, charlamos todo el tiempo de que estamos escuchando; y siempre tratamos de que algo de eso se vaya metiendo en lo que hacemos. A veces también nos meten nuevos desafíos, en los cuales de pronto nos gusta un cierto tipo de música que jamás tocamos, tenemos que empezar a meternos de a poco, y hasta que eso se materializa pasa un pasa un tiempo largo. Pero estamos todo el tiempo haciendo eso, porque en esa incomodidad en la que te ponés, de buscar algo nuevo, es incómoda la sensación, pero después siempre el resultado es algo que no te lo esperabas.
Catálogo
-¿Qué más se viene para lo que queda del año?
-Estamos con la producción del disco, es lo primordial. Tenemos ya toda una gira armada, con la que para que vamos a estar ahí. Estamos haciendo una lista de temas que combina todas las distintas etapas de Los Espíritus, desde los inicios hasta ahora, y los últimos shows se disfrutan mucho: por la energía de la gente, sobre por sobre todas las cosas. Pero también porque sin darnos cuenta ya van 12 o 13 años de historia.
Entonces tratamos de armar una lista que más o menos represente lo que más nos conmueve a nosotros, equilibrando con lo que más pide la gente: se está armando algo que es muy disfrutable.
-Ya es un momento en que uno puede mirar para adelante, pero al mismo tiempo mirar un poco para atrás y ver lo recorrido.
-Va cambiando. Cuando sacás el primer disco decís: “¿Cómo hago para estirar un recital, con solamente esas canciones?”. Entonces tenés que empezar a zapar, a estirarlo, porque si no vuelve muy cortito el show. Después tenés dos y decís: “Uh, tengo que empezar a dejar alguna canción afuera”. Y ahora ya que van cinco discos, y que estamos adelantando temas del sexo, ya la cuenta no cierra por ningún lado. Así que solamente hay que seleccionar las canciones que, combinadas de cierta manera, en cierto orden, generen una noche con la que todos nos volvamos contentos: el público y nosotros. Así que estamos ese estadio de disfrute y celebración.