La histórica banda regresa a Santa Fe, celebrando los 35 años desde su primer álbum y presentando el último, “Viva Pericos!”: una reinterpretación de canciones latinoamericanas, con invitados destacados (Carlos Vives, Emiliano Brancciari, Rubén Albarrán y La Delio Valdez). Anticipando el show, El Litoral conversó con Juanchi Baleirón, referente del grupo, sobre su debut explosivo, su presente de clásicos y las ganas de seguir.
La formación actual de la banda saca fuerza en las vicisitudes, como cuando los agarró la pandemia en gira y se recluyeron en cuarentena juntos. Foto: Gentileza producción
Los Pericos llegan a Santa Fe festejando los 35 años desde la salida de su primer álbum (“El ritual de la banana”) y presentando “Viva Pericos!”: El nuevo disco de la banda liderada por Juanchi Baleirón cuenta con invitados de lujo como Rubén Albarrán (Café Tacvba), Carlos Vives, Emiliano Brancciari (No Te Va Gustar) y La Delio Valdez. El proyecto original tenía como base interpretar clásicos del repertorio musical de habla hispana. Con este punto de partida, Los Pericos armaron una selección de aquellas canciones latinas que marcaron la historia en toda la región, a los cuales le darán una impronta marcada por un sonido que ya es marca registrada.
El desembarco en la capital santafesina será el domingo 11 de septiembre a las 20, en Tribus Club de Arte (República de Siria 3572). Las entradas están a la venta en la boletería de Tribus (miércoles a domingo, de 18 a 0) y a través del sistema Ticketway y sus puntos de venta (online y físicos).
En la previa, El Litoral habló de pasado y presente con Juanchi (guitarra y voz), referente de una formación que se completa con Diego Blanco (teclados), Gastón Gonçalves (bajo), Marcelo Blanco (percusión), Ariel “Topo” Raiman (batería) y Guillermo Luis Valentinis (guitarra).
Clásicos latinoamericanos
-Vienen presentando también de “Viva Pericos!”, algo que no sabías contado en la nota que hicimos en el 2020, sobre que estaba la idea. ¿Cómo surgió la propuesta y cómo fueron eligiendo las canciones? Van de Roberto Carlos, Miguel Matamoros y Marco Antonio Solís a Jorge Drexler, Robi Draco Rosa y Daniel Melero, un mix grande.
-Tenemos avanzado un disco de canciones originales nuevas, ya tenemos como nueve, ocho. Y entremedio surge esta idea de Sony, de Afo (Verde), que es un amigo más allá de ser el capo de Sony: “¿Qué onda hacer algo así?”. Tomando como referencia el “Labour of Love” de UB40, que tomó canciones populares y las hizo propias: desde Neil Diamond hasta Al Green. “Hagamos algo así”, y empezamos a buscar en forma ecléctica como vos dijiste; volteando un poco los prejuicios, o deshaciendo los playlists habituales nuestros. Y nos fuimos a buscar, también consultamos a gente que nos podía tirar ideas.
En esta búsqueda fuimos desde Julio Iglesias, Roberto Carlos, Damas Gratis, Shakira, Jarabe de Palo, Héroes del Silencio, Caetano (Veloso); los que fuimos eligiendo que nos gustaban cómo quedaban; porque una cosa es que te pruebes el saco, pero si no te queda, aunque sea de marca, no queda bien.
-Y que pegue con el contexto del disco.
-Sí. Al final cuando ya estábamos en un número de canciones dijimos “son esas 11”, cerraba por todos lados. Hubo canciones que fuero y vinieron: que las hicimos y las dejamos en un rincón, después las volvimos a escuchar y dijimos “no, tiene que estar”. Caso “Lágrimas negras”, o por ahí el tema de Soda, de (Daniel) Melero (“Trátame suavemente”).
El tiempo jugó a favor, porque la dejás ahí, la volvés a escuchar, y ahí tomás la real dimensión; siendo que son temas clásicos y de otros: cuáles te quedan bien, cuáles te gustan, cuáles te representan. Así sumamos canciones mexicanas, usamos mucho el cancionero popular mexicano no tan conocido acá: temas como “Tatuajes”, “Vete ya”, “El próximo viernes”; después Marco Antonio Solís con un ultra clásico (“Tu cárcel”). Con esas tres canciones que no son tan conocidas acá nos ayudó Carla Morrison, que nos tiró un par de datas que nos gustaron.
-Aparte los conecta a ustedes con México, que es un lugar muy fuerte para ustedes.
-Sí; y aparte con ese México de adentro: no es que hicimos solamente Marco Antonio Solís o Luis Miguel; hicimos cosas que son muy de señores con sombrero y bigotes, a caballo, con un taco en la mano y un tequila en la otra (risas), para decirte una imagen divertida de dónde fuimos a buscar.
Nos gustó esa búsqueda, de hecho muchos mexicanos nos decían “¿por qué ese tema?”. Como que venga Café Tacvba y te haga temas de la Mona Giménez, el Chaqueño Palavecino y de Atahualpa (Yupanqui). Se desconciertan algunos, y otros dicen “guau, qué bueno que se metan con esto”. Pero con la impronta nuestra: la del disco es la impronta perica cien por cien en todos los temas, y sobre eso ese variopinto de canciones eclécticas y que nos quedan lindas (a nuestro criterio, obvio).
Entre amigos
-Decías recién Café Tacvba y está como invitado Rubén Albarrán, con el que han compartido mucha carrera. Está Carlos Vives, Emi Brancciari y La Delio Valdez.
-Está buenísimo. Los invitados fueron surgiendo a medida que nos parecía que tenían que cantar esos temas. Carlos fue el último, fue genial convocarlo: se re copó, a él le gusta mucho el rock nacional argentino, era fanático de Soda, y le encantó participar. Además metió mano, no solamente cantó: hizo producción, metió acordeón, guitarra, instrumentos de viento, percusión; le metió posproducción.
-Se metió en serio.
-Sí, le metió su impronta completa. Divino, estamos chochos, el disco viene muy bien: hicimos gira por España, que anduvo muy bien; también por México y Estados Unidos, muy grandes, hicimos Costa Rica... En lo que va del año ya hicimos Uruguay dos veces, Paraguay, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador; ahora vamos de vuelta para Colombia, para Venezuela, México. Pericos está en buen momento. La verdad, muy felices.
-Es de imaginar, porque estuvieron mucho tiempo sin tocar. El aislamiento los agarró viajando, hicieron cuarentena juntos a la vuelta, se animaron al streaming: las vivieron todas.
-Sí: lo que se podía hacer y lo que fuese digno de hacer, lo hicimos. Hicimos streaming primero para el Cosquín Rock: estuvo buenísimo, hicimos algo especial con invitados, vino el “Ruso” (Mateo Sujatovich) de Conociendo Rusia, vino Santi Motorizado, Ale Sergi, Juliana Gattas, Lula Bertoldi; Matamba, un artista de Bolivia; cantó Germán (Daffunchio) de Las Pelotas. Hicimos todo lo que se pudo, con dignidad y con calidad.
Después empezaron los shows con autos, los shows con corralitos, y después arrancó. Así que estuvimos en todas las que se pudieron hacer.
-Ahora a full.
-Ahora hay mucha demanda, está buenísimo, estamos re felices. Todos los artistas que tocan, sean de rock o de trap, de afuera o locales, revientan.
Vida en canciones
-Están también festejando los 35 años en la música. ¿Cómo fue y cómo es sostener un proyecto a través de tantas épocas y de los cambios de formación?
-Sí, son 35 años del primer disco en realidad: vamos a cumplir 37 a fin de año. Es muy loco: sos consciente del calendario cuando te lo recuerdan como ahora. Un flash: 35 años son una vida, de un primer disco. Y después lo que hemos pasado, muchas cosas, como pasás en una vida: algunas muy duras como la muerte de Horacio (Avendaño, saxofonista). Como toda muerte es lo más duro, porque es irreversible, porque un compañero no está más. Hemos pasado por momentos de cambio de estilo en la música, en la industria; hemos tenido que reinventarnos. Obviamente la partida del Bahiano, que fue un cimbronazo y un desafío...
-Para vos.
-Para todos, en realidad. Pero yo pasé a ese rol, y la verdad es que son pruebas de que somos lo que somos: un grupo firme, sólido, compacto pero flexible, que se adapta a todo. A los cambios internos, externos, lo que fuera; con una música que es muy propia, muy característica: es un reggae al estilo nuestro. No buscamos nunca recrear el género original, siempre le metimos lo nuestro: coqueteamos con rock, pop, lo que venga, porque somos así.
Ya con tanto tiempo tenemos esta categoría de banda clásica de varias generaciones: podés tocar en cualquier festival, en cualquier lugar, antes o después de cualquiera, que estás en un lugar en el que la gente te conoce; les preguntás y no te saben nombrar una canción o un disco, o los integrantes de la banda, pero cuando arranca el show de Pericos salen todos en trencito cantando a bailar. Eso sucede siempre en todo tipo de shows, festivales. O en este tipo de shows en el interior, que es el aniversario de una ciudad, ahí tenés un público amplio: hay gente que no es de nuestro público, pero de repente salen cantando y las saben todas (risas).
Aquel boom
-Empezaron muy jóvenes. ¿Se imaginaban por ahí todo lo que podían llegar a ser, hacer y vivir como grupo y cómo banda?
-Ni en pedo. En principio éramos un grupo de amigos que nos divertíamos; de un día para otro nos encontramos con que el disco explotó, era un disco tremendo. Nunca planeabas lo iba pasar. Primero con la explosión inmediata de ese primer disco, y segundo con la proyección de años. Que la frase “ni en pedo” no suene dura, sino como impensado. Éramos pibes jóvenes, estábamos en otra, la vida era otra; el futuro era algo muy lejano, la proyección menos, y de repente te encontrás que convertiste esto en algo muy especial: una forma de vida, 37 en este proyecto es mucho más de la mitad de nuestra vida. Somos familia, amigos, gente querida; el equipo, mezcla de equipo de fútbol y grupo de amigos; compañeros de colegio, matrimonio múltiple, socios. Es increíble, son muchas cosas.
No me detengo tanto: siempre estamos con el culo inquieto pensando en lo que se viene: y parte de cómo somos tiene que ver con eso. Más allá de eso que decía de sólidos, compactos y flexibles: somos como una palmera del Caribe, que son fuertes, se bancan los vientos y no se rompen. Nos doblamos pero no nos rompemos.
-Si bien Sumo ya había hecho canciones de reggae...
-Sí obvio, Los Abuelos de la Nada, otras bandas también. Había mucho reggae en un nichito chiquito. El nicho dentro del nicho, porque el rock en esa época no era el de hoy, que está en todos lados: estaba en un rincón, con ciertas publicaciones, no había canales, nada; era de boca en boca. Y el reggae estaba ahí adentro de ese rincón.
-Ustedes fueron como la primera banda “de género”, si bien como decías recién, a su manera. Pero eran referentes, identificables, y una novedad: los llevaban a la tele, estuvieron “El profesor punk”, la película con Jorge Porcel.
-En el programa de Susana: íbamos a programas de televisión no iban bandas, no iba Soda. En ese momento una banda nueva como esta no era habitual. Tapa de revistas del corazón, “El profesor punk”, esas cosas nos pusieron en un mainstream tremendo, cortamos por la mitad todo. Ese año fue nuestro año, el 88.
Hacia adelante
-Decías que un poquito antes de este disco habían empezado a planear el disco de canciones originales. ¿En qué estado está, y cómo como quedan en la grilla de producción? Siendo que están defendiendo este álbum todavía.
-Estamos recién defendiéndolo, está andando, estamos tocando mucho. Calculo que vamos a retomar para antes de fin de año para ver en qué está, volver a escuchar todo con este oído de hoy, post pandémico y post “Viva Pericos!”. Seguramente sumaremos y cambiaremos algunas canciones.
Pero queremos aprovechar este envión creativo y esta exposición que te hace este disco y todo lo que está pasando con Pericos a 35 años del primer disco y los 37 de banda; como para coronarlo con un disco nuevo que siempre es importante y a los artistas nos gusta. Por más que la gente te vea como “banda clásica”: si querés compararte con U2 o los Stones, donde la gente aplaude los discos nuevos pero siempre quiere escuchar los clásicos. Pero siempre necesitás un disco nuevo, es súper importante.
-A muchas bandas les pasa eso, pero después sale el disco nuevo y meten un clásico nuevo.