Gisela Mesa
El actor rosarino, radicado en Buenos Aires hace 28 años, dialogó con este medio en una entrevista exclusiva. Habló sobre sus comienzos en el teatro, su ciudad natal y esta nueva etapa donde le toca rodar una película en pandemia, "Perros del viento", dirigida por Hugo Grosso.
Gisela Mesa
Luis Machín es un reconocido actor de teatro, cine y televisión nacido en Rosario, radicado en Buenos Aires. Sin dudas el actor mantiene aún la vitalidad, humildad y la inteligencia que garantizan su rápida comunicación con el público, a partir de su gran talento artístico y original. Un reportaje que bucea por el barrio que lo vio crecer, su constancia y coherencia en su carrera y de un rodaje cinematográfico en plena pandemia que logró concretarse luego de varias idas y vueltas, hablamos de "Perros del viento", película que se filmó en Rosario de la mano del director Hugo Grosso.
Infancia rosarina
-¿Cómo fue tu infancia en Rosario?
-Rosario es el comienzo de todo, porque yo nací allí en el '68. Fue una infancia con muchos amigos, con escuela pública a muy pocas cuadras de mi casa, en la escuela Belgrano de calle Entre Ríos, entre Viamonte y La Paz donde hice el jardín de infantes hasta la secundaria. La secundaria fue en el Comercial Manuel Belgrano en el turno tarde. Una infancia con muchos amigos, con fútbol en la vereda, con deporte en la cancha de la parroquia de Corazón de María. Recuerdos muy entrañables: mi primera publicidad, sin saber que yo iba a hacer actor, la hice cuando tenía unos 10 años más o menos. Una publicidad de vino Vaschetti que ya no existe, una publicidad que se hacía en un tranvía, emulando la época del tranvía. Mis recuerdos están muy vinculados a lo familiar, a las fiestas familiares, a las reuniones, a los cumpleaños de mis abuelas, de mis tías, una familia grande de muchos tíos, muchos primos, está vinculada también a lo que era también la pasión por el fútbol, la pasión de mi padre, sobre todo por el fútbol; él jugó en Central Córdoba, era fanático de Newell's, así que nosotros fuimos criados yendo a la cancha prácticamente todos los domingos. La parroquia formaba parte del cotidiano mío porque integraba parte de la juventud de Acción Católica. Mi infancia estaba bastante relacionada con la religión también, por la cercanía del Corazón de María y por una cuestión de elección, la comunión, la confirmación, llevar la palabra de Dios a la iglesia, a las villas, a los asilos de ancianos, a la cárcel. Con los años se fue diluyendo esa pasión por la religión y fue ganando terreno la actuación que también empezó por esos años primeros de la infancia.
Iniciación teatral
-¿Cómo fue que te iniciaste en el mundo de la actuación?
-De hecho las primeras cosas que yo hice fueron hechas ahí en el Corazón de María, la primera vez que actué que hacíamos unas kermeses para juntar dinero para las obras que se hacían en las villas, en las cárceles, en los asilos de ancianos. Entonces algunas noches actuábamos ahí, estaba mi mamá que siempre iba, que siempre me impulsó para que yo hiciera teatro. Una vez ahí hubo una feliz coincidencia y es que un día llegó Miguel Franchi, actor de allá, de Rosario con una propuesta al Comercial Belgrano de empezar unos talleres de teatro en el cuarto año de la escuela secundaria. Y muy impulsado también por quien era la directora de la escuela secundaria, Mireya Bottone. Fuimos muy apañados por ella para que los talleres de teatro se hicieran de manera extracurricular. Íbamos los sábados a la mañana a la escuela Belgrano también a tomar los talleres de teatro y ensayábamos durante la semana, así que las primeras experiencias mías en el teatro estuvieron vinculadas a la escuela secundaria. Empecé muy jovencito, en el año '84, en el cuarto año de la escuela secundaria.
Público rosarino
-¿Cómo es el público de Buenos Aires y qué diferencias hay con el público rosarino?
-Tuve el privilegio, la suerte, de poder viajar por el mundo, por muchos lugares, muy distintos por culturas muy diferentes y percibir esas variedades tan marcadas de los públicos, cada ciudad, cada pueblo de nuestro país, que también lo pude recorrer bastante haciendo distintos espectáculos, tiene su particularidad y haber podido cortejarlo también con públicos de otras lugares del mundo es muy enriquecedor. Yo entiendo que el público en Rosario tiene como históricamente la palabra "exigente". Yo creo que eso nace un poco del luthier que estrenaba sus obras en Rosario, porque ellos consideraban que el público de Rosario era muy exigente, yo no puedo hacer esa diferenciación tan grande. Creo que es un público agradecido, pero yo opino que ha perdido bastante la cultura teatral, el rosarino, me parece que se ha quedado un poco. Lo que si me doy cuenta es cuando vienen acá y ven las obras que hay, vienen muchos y se quedan a saludarme se sigue observando que tienen esa calidez y ese valor por el rosarino que se fue, hay algo de reconocimiento que tiene el espectador de Rosario, en el rosarino que se fue, como que le dan más ganas de que se hubiera quedado: "Qué pena que no te quedaste, porque sos nuestro", hay un sentido de pertenencia muy grande en el rosarino, me parece que a veces eso atenta un poco, hay como un valor y un orgullo por una ciudad preciosa como es Rosario, que tiene tantos atractivos. Estuve filmando hasta hace poco ahí, y tengo familiares: mi hermana, mi sobrino. Hasta hace muy poco tiempo mi madre. Entonces estoy muy vinculado a la ciudad.
Covid-19
-¿Cómo estás viviendo esta pandemia? ¿Considerás que son tiempos en los que uno se debate entre la alegría y la tristeza?
-La pandemia creo ha sacado los aspectos más positivos y negativos de las personas. Creo que hubo muchos casos en los que la solidaridad se expresó de manera muy concreta y que también los egoísmos, y las mezquindades se mostraron de manera muy brutal en un mundo donde hay países que no reciben vacunas porque no tiene poder adquisitivo, y otros tienen el triple de las cantidades de vacunas para vacunar a sus habitantes. Uno no puede decir que es un planeta que se haya puesto solidario cuando existen estas tiranteces en relación a que una vacuna sí, una vacuna no, cuando ya sabiendo que las vacunas cumplen con su función, eso es lo que se necesita para tener la tranquilidad de vacunarse y que todavía haya gente que pongan en tela de juicio el estudio de cientos de miles de científicos y científicas que están en la búsqueda de una solución a este problema planetario me parece que es una mezquindad inusual que ha sacado lo peor de mucha gente. Y que también ha habido gestos de otros tantos que ha sido muy positivo y de un desprendimiento muy grande, me parece que la pandemia deja al descubierto lo que somos y la gente que era buena antes de la pandemia yo creo y que tiene buen corazón o tenía buen corazón lo sigue teniendo en la pandemia y los que no, no.
Cine argentino
-¿Cómo ves el cine argentino en la actualidad?
-Tuvo hace unos años un momento de mucha expansión y de muchísima producción. En los últimos cinco o seis años, ha sido muy difícil. El Instituto Nacional de Cine ha priorizado a películas más comerciales que a las películas de autor, entonces eso ha complicado muchísimo la posibilidad de hacer cine con temáticas personales a lo que se conoce como cine de autor, un cine que recorre los festivales internacionales y que ha conseguido premios importantísimos en el mundo. Me parece que todavía es una deuda que se tiene, pero eso tiene que ver con las políticas de Estado, políticas culturales, y que esta pandemia ha destrozado, ni que hablar del teatro, ha desaparecido durante un año, ahora esto de volver con un 30, 50% de a poco se está haciendo que vuelva al ruedo, a funcionar, pero sigue siendo muy poco. Estando dentro de nuestras casas hemos tenido que buscar alternativas para generar contenido y recursos y ha sido muy complejo, muy triste, creo que el teatro está atravesando uno de los momentos más tristes de su historia. El cine argentino siempre ha dado muestras de que tiene mucho por contar y eso es una buena noticia.
-Siempre existe alguien que nos inspira y empuja a recorrer un trayecto. ¿A quién o a quiénes admiras en tu profesión?
-Yo he admirado y admiro a mucha gente, artistas nacionales e internacionales que han sido referentes y que lo siguen siendo. Cuando vine a vivir a Buenos Aires, recuerdo haber ido a ver una obra que se llamaba "Corrupción en el Palacio de Justicia" y ver ahí a Patricio Contreras, Héctor Bidonde en una escena final memorable, eso a mí me dio muchísimo entusiasmo, deseo y ganas de estar en un escenario con ellos, tuve la suerte de que sucediera con los años. Actué de hijo de Héctor Bidonde en "A Cada Lado" una película que filmé en Rosario y que dirigió Hugo Grosso, mismo director de "Perros del viento", y con Patricio Contreras en televisión en un ciclo que se llamaba "Ilusiones"; después en una obra de teatro que éramos nosotros dos, una obra que se llamaba "Ella" que también la llevé de Rosario. Admiré y admiro, aunque ya no esté, a Eduardo Tato Pavlovsky, ver sus obras, escucharlo a él, haber trabajado con él en la versión cinematográfica de "Potestad", la película que se hizo sobre la obra de teatro que él escribió y que hizo durante muchos años, actrices como Mirta Busnelli, Leonor Manso, con quién trabajé, con Mirta en una adaptación de "Los Padres Terribles" de Jean Cocteau, directores como Ricardo Bartís que fue y es maestro mío, cuando vine a vivir a buenos aires estudié con él, trabajé con él como actor en cuatro obras en una adaptación de "Los Siete Locos y Los Lanzallamas" de Roberto Arlt que hicimos durante casi 4 años y que recorrimos gran parte del mundo, en los festivales internacionales de teatro de los más importantes del mundo. Después hicimos unos textos de Osvaldo Lamborghini, donde yo hacía de niño proletario, un texto muy revulsivo, muy complejo. "La pesca", que fue otra obra que hice con Bartis y que también lo llevamos a España, Italia, Francia, Alemania, y la que quedó trunca que fue "La Gesta Heroica", que no se pudo estrenar, porque se estrena en la semana en la que se declaró el cierre de todos los teatros y de todo el mundo y que quedó ahí, habiendo hecho solo un ensayo general abierto a algunas personas en la sala mayor del teatro Cervantes se iba mirando a toda esta gente que han sido fundamentales en mi entusiasmo por seguir formándome. Miro mucho cine internacional, tuve la oportunidad de ver a grandes directores de teatro como Peter Stephen Paul Brook, en Canadá, en Bélgica, en París, ver distintas obras de él, ver a otros directores, también en festivales internacionales y nutrirme y comparar y darme cuenta que el teatro argentino no tiene nada que envidiarle al teatro internacional y habiendo visto a Thomas Ostermeier en el Festival de Aviñón y a directores que tienen un recorrido internacional muy importante. Actores internacionales de la talla de Philip Anthony Hopkins. Y todavía sigo admirando a muchísimos actores y directores de cine que no he conocido, pero los conozco a través de sus obras, como Pedro Almodóvar. Es muchísima la gente que admiro, ni qué hablar de Marlon.
Los simuladores, serie de culto
-Todos recordamos ese memorable capítulo de "Los Simuladores" donde tu personaje cobra vida siendo Romagnoli. ¿Cómo fue hacer ese rol?
-Cuando se hizo "Los Simuladores", todavía no se conocía tanto a Damián David Szifron, no era tan conocido y la serie fue y sigue siendo una serie de culto. Yo me di cuenta, filmando ese capítulo, después hice con Damián Szifron "Hermanos y Detectives", que era alguien que en televisión era un distinto. Los tiempos que él se toma en pantalla no se los puede tomar nadie para hacer el capítulo "Hermanos y Detectives". Yo, que era el actor invitado de ese apartado, te confieso que debo haber grabado 14 días, lo cual para hacer un capítulo para un actor invitado es algo que no lo resiste ningún productor en televisión, pero como él ya venía de Los Simuladores y había sido un éxito tan grande, también supo ganarse su lugar. Es un director extremadamente puntilloso y que pide algunas cosas muy específicas, pero que a su vez permite una libertad de actuación que no es muy habitual en la televisión argentina. Me siento orgulloso de haber participado de ese ciclo. Y de "Hermanos y Detectives", que por ahí es menos recordado pero que también es extraordinario, incluso lo estudian los chicos en la escuela secundaria. Mi hijo, por ejemplo, tiene una materia donde está incluido ese capítulo de "Hermanos y Detectives" porque está planteado un trama de detectives y lo que hace ese profesor para robar la novela de su alumno está muy bien contado como arma, coartada para que no se sepa que el asesino es el profesor, pero en el caso de Romagnoli en ese momento por supuesto nos dábamos cuenta que estábamos haciendo una serie muy buena, pero que no teníamos la magnitud de lo que después cobró con los años y además estábamos grabándola con la corrida del corralito del 2001. Estábamos grabando ese capítulo en medio de las corridas cambiarias, bancarias, así que estaba todo teñido de una situación social desgraciada.
"Perros del viento"
-Comenzaste a rodar una película llamada "Perros del viento", en Rosario, ¿Cómo es esta experiencia de filmar en pandemia? ¿De qué trata la película?
-"Perros del viento" es la concreción de un sueño fantaseado desde hace muchos años, desde aproximadamente hace 10 años. Poder realizarlo es casi un milagro porque tuvo muchísimas vicisitudes, estuvo por filmarse en varias oportunidades, la última fue el año pasado, estábamos por empezar a filmar en Rosario y no solo tuve que bajar una obra que estaba estrenando en el Cervantes sino que también no pude ir al estreno de Milagro de Otoño en Rosario porque no se pudo estrenar finalmente y no se logró empezar el rodaje de Perros del Viento, finalmente cuando este año se iba a rodar, comenzó la cuarentena de diez días y eran esos días que teníamos que filmar en Rosario y volvió a postergarse otros diez días, fue poder concretar algo que veníamos pensando e imaginando desde hace mucho tiempo, a tal punto que a medida que se iba postergando, decíamos "si se sigue postergando así, el chico lo va a hacer Lorenzo". Lorenzo es mi hijo, quien finalmente es el personaje del chico en la película, porque además durante todos estos años le empezó a gustar la actuación, trabajó conmigo en Milagro de Otoño, hicimos un videoclip juntos, e hizo un corto, estuvimos haciendo teatro en el living de mi casa el año pasado con mi mujer y Hugo Grosso, el director de la película, nos propuso a mi mujer y a mí si queríamos que lo haga Lorenzo, que finalmente tenía la edad del personaje de la historia. Fue una filmación con mucha suerte dentro de todo. Filmarla en una situación pandémica finalmente fue especial porque sorteamos todos los inconvenientes, armamos todas las burbujas, nos cuidamos como hay que cuidarse, nos hisopamos todos los viernes, el equipo se cuidó muchísimo, llegamos al final sin ningún contagio. Ahora tenemos un material hermoso que empieza a editarse allá prontamente y ojalá que rápido podamos verla en pantalla grande. La película no está basada en el acontecimiento de la década de los 90' sobre los perros que se tiraban por la baranda del Parque España, sino que se toma como punto de partida para contar una historia de amor, pero ese hecho es que algunos lo piensan como una mitología urbana, sin embargo los rosarinos sabemos que no es mitológico, es la cuarta vez que trabajo con Hugo, hemos hecho "A cada lado" primero, hicimos "Balas perdidas" sobre el robo al Tesoro Regional de Rosario, que fue emitido por la televisión pública y también por el canal de Santa Fe. También hicimos un cuento de Fontanarrosa, por los 10 años de la muerte del Negro, y ahora "Perros del viento", así que un poco de eso se trata esta historia que nos tuvo allí un mes volviendo a compartir, entonces esperamos que pronto se pueda estrenar y podamos verla allá con todos los que la hicimos.