Martes 8.6.2021
/Última actualización 12:11
Aunque tiene apenas 11 años, Macarena Sandoval Ferrari sabe perfectamente lo que quiere hacer con su vida. No tendrá que esperar hasta ser grande para conocer su vocación. “Lo único que quiero hacer es bailar”, cuenta. La joven, una de las promesas de la danza santafesina, entrena varias horas por día luego de asistir a su formación escolar (hoy virtual) y dice que le encanta moverse al ritmo de la música. “Me da una sensación rara, me encanta”, cuenta. Admira a la bailarina Marianela Nuñez y sueña con poder actuar alguna vez en la Ópera de París.
Alumna de la profesora María Elizabeth “Betty” Sture y de Luis Baldasarre, a través de clases on line, Maca vivió todo tipo de emociones durante el último año. Participó, en forma virtual, en varias audiciones y finalmente fue aceptada para integrar las filas de dos prestigiosos espacios relacionados con la danza a nivel internacional: las Summer Schools (Escuelas de Verano) del American Ballet Theatre’s (ABT’s) y de la Ópera de París correspondientes a 2021.
“Ella prefiere por sobre todo el de París, su sueño es bailar ahí. El problema es que no es virtual, es presencial y no podemos viajar por la pandemia” cuenta Vicky, mamá de Macarena. De modo que tendrán que aguardar, como mínimo, hasta el año que viene. Sin embargo, las del American Ballet comienzan el 14 de junio en forma virtual y ahí si podrá participar. “Lo loable es que estos espacios de formación intensiva para los cuales audicionó seleccionan unas 200 personas de todas las edades y las analizan para que luego puedan entrar en la escuela. Y Maca está entre ellas”, destaca su mamá, sin disimular su orgullo. “El camino está abierto para París, ni bien se pueda. Tenemos que ir de a poco, pero dio un paso muy importante al quedar seleccionada, son dos de las compañías más importantes del mundo”.
Gentileza Charly SotoFoto: Gentileza Charly Soto
Macarena tuvo claro desde muy chica que lo suyo era la danza. A los 3 años empezó su formación en una academia del barrio, a la cual asistía dos veces por semana. Y si bien era como una especie de juego más, no se quería perder ni una sola clase. “Iba y le preguntaba a la profesora: ‘¿Cuándo voy a bailar ‘El lago de los cisnes’. Siempre me sorprendió la convicción que tenían, siempre traté de escucharla. A veces tenía fiestas de cumpleaños pero quería ir primero a danza”, recuerda Vicky, quien desde su rol de madre siempre acompañó a su pequeña para que pueda ejercer su vocación.
El arribo al ballet, que hoy representa el universo de interés de Maca, fue cuando tenía 8 años. “Empezó en una academia que luego cerró y entonces decidimos enviarla a tomar clases con Betty Sture. En un año con ella, participó en un montón de concursos y realizó muchísimas coreografías. Eso fue en 2019 y a sus 9 años ya lo toma como una profesión. La danza está, para ella, por encima de todo”, rememora su mamá.
Gentileza Charly SotoFoto: Gentileza Charly Soto
La familia de Maca la acompaña en su gesta cotidiana para convertirse en una gran bailarina. De hecho, adaptaron una parte de la casa con la incorporación de una barra y un piso especial para que ella pueda continuar con sus entrenamientos, independientemente de las restricciones que existen por la pandemia.
Todo esto implica un desafío para la organización diaria de la familia. “La verdad es que desde el año pasado la casa es un caos, es imposible pasar por el living. Además, la danza es muy cara. Por ejemplo, las zapatillas de punta son muy caras y ella utiliza un par cada 15 días”, admite Vicky.
El camino emprendido por la familia para que Macarena pueda seguir bailando no estuvo exento de sinsabores. Por ejemplo, hace pocas semanas, días antes de las duras restricciones que impusieron las autoridades, viajaron a Carlos Paz para un concurso presencial. Dos horas después de haber llegado a la villa cordobesa les avisaron que la actividad se había suspendido.
Gentileza Charly SotoFoto: Gentileza Charly Soto
Sin embargo, en la casa de los Ferrari existe el compromiso de que Maca pueda mantenerse activa y con un objetivo bien claro en el horizonte. Su historia como muchas otras que andan dando vueltas en estos tiempos pandémicos, sirve para demostrar que a pesar de las dificultades, luchar por los sueños es el aliento vital más necesario.