Viernes 15.5.2020
/Última actualización 11:44
¿Qué tienen en común el recordado agente MacGyver con el superhéroe japonés Gokú? Las voces en Latinoamérica del inteligente e intrépido personaje como del salvador del anime fueron interpretadas por Mario Castañeda. De origen mexicano, este actor y locutor de 57 años comenzó su trabajo en el doblaje en 1983 y desde entonces, le pone la voz “latina” a varios actores de Hollywood como Bruce Willis, Jim Carrey, Mark Ruffalo, entre otros. Hoy, en épocas de Internet, redes sociales y streaming, Castañeda tuvo la gentileza de dialogar con El Litoral y contar sus inicios, lo que significa Dragon Ball en su carrera y otros detalles de su vida profesional.
—¿Cómo fueron sus primeros pasos en el doblaje?, preguntó este diario.
— Como toda persona que empieza en el doblaje, lo haces grabando cosas pequeñas. Frase o reacciones o estos ambientes. Como por ejemplo el sonido que hace un grupo de gente reunido en una fiesta, un restaurante o centro comercial. Hay personas junto a tí y no te sientes solo. Vas oyendo como inventan frases y también sintiendo lo relajados que están a una escena. Vas aprendiendo a sentirte a gusto y perder los miedos. Así empecé yo, con pequeñas piezas y poco a poco el doblaje te va probando. Los directores van diciendo si ya estuvo bien hecho lo que hiciste y te van dando cada vez más. Así llegás a grabar la película completa. A diferencia de la grabación de una publicidad, donde el tiempo es dinero, el tiempo es más acotado. Si te van a llamar para un spot, esperan que lo hagas en corto tiempo.
— ¿Qué significó en su carrera hacer la voz de un personaje como MacGyver?
— De Estados Unidos viene el 90 y tantos por ciento de todo lo que la industria mexicana de doblaje produce. También nos llega de Japón, Corea, Rusia, Francia, Alemania, Nueva Zelanda, entre otros. Entonces es prácticamente inmediato que grabes series norteamericanas. No todas son así de elevadas, algunas son más ligeras. MacGyver fue una gran serie, me gustó mucho. Fue curioso porque desde el principio me dijeron que iba a durar siete años y es raro generalmente no sabe cuánto va a durar una serie. El personaje estaba muy bien definido por este hombre que había sido un jugador de hockey (N. del R: hace referencia al actor Richard Dean Anderson). Fue muy especial e importante porque duró mucho tiempo. Además, era muy guapo y les gustaba a las mujeres. Entonces, pasaba que tenía atrapado a todos los niños de 13 años para abajo, por la ciencia, y también tenía atrapada a todas las madres de los chicos (risas).
El Litoral Castañeda dialogó gentilmente con El Litoral a través de una videollamada y contó detalles de su profesión y el salto a la fama con su trabajo para la serie animada Dragon Ball.Castañeda dialogó gentilmente con El Litoral a través de una videollamada y contó detalles de su profesión y el salto a la fama con su trabajo para la serie animada Dragon Ball.Foto: El Litoral
El paso a la popularidad de Castañeda sin lugar a dudas sucedió cuando los fanáticos del anime Dragon Ball asociaron su nombre al personaje emblema de la serie: Gokú. Es que el ciclo animado japonés tiene millones de adeptos en el mundo y particularmente en Latinoamérica, donde el doblaje estaba a cargo del entrevistado.
“Primero grabé el inicio de Dragon Ball. Luego hice un par de pequeños personajes durante la saga en la que Gokú es niño. Y al final Gloria Rocha, la directora encargada del doblaje, fue quien escogió el reparto y me eligió para grabara a Gokú. No fue casting o prueba de voz, ella fue quien lo decidió. Al principio yo dije que no y después le dije que sí”, contó Castañeda sobre su llegada a DB.
— ¿Cómo hace para lograr una voz para un dibujo animado como Dragon Ball? Teniendo en cuenta el origen oriental con otras costumbres y, sobre todo, la violencia que tiene en su esencia.
— Uno reinterpreta y recrea lo que ya existe. Nos basamos en el sonido original para recrear una voz. Actualmente la idea es clonar esa voz. Se busca no al mejor sino a alguien que tenga una voz parecida. Creo que esto no siempre es bueno, porque si bien se consigue la voz, la interpretación no va a ser si otra persona lo hiciera. Así es como lo manejan las compañías ahora. Antes no era así. Con Dragon Ball no fue así y hubiese sido algo extraño porque en el caso de Gokú quien le da la voz original es una mujer que actualmente tiene unos 80 años y ella le da voz a otros personajes de la serie como Gohan, Goten y otros. Pero curiosamente, Gokú para todo el mundo nunca se interpretó por una mujer, en todos lados se le dio una voz de hombre.
— Uno reinterpreta lo que ve. Los fans me dicen que que no quieren una voz aguda de Gokú porque ya es hombre, como en Dragon Ball Z. Sucede ahora que en Dragon Ball Súper, el personaje está más aniñado, más juguetón, más divertido. Entonces lo tengo que hacer así. El personaje está definido de una manera y hago lo que el original tiene. La esencia del personaje está en sus caras, sus expresiones, en sus tonos, en los matices y eso lo recreamos en español latinoamericano. Con base en el original se logra la nueva versión.
El doblaje es actuación y la actuación es crear mundos que no existen. Después permitirte vivir dentro de esos mundos. Tú los creas y vives dentro de ellos.. Yo lo voy a crear con elementos propios. Dragon Ball es mundo en el que existen los Saiyajin, los dioses de la destrucción, los ángeles, salen poderes de las manos, vuelan, se teletransportan, etc; todas estas premisas van a crear un mundo y uno tiene que creer que todo es verdad. Tu personaje se llama Gokú y tiene esos poderes y tú lo tienes que creer dentro de tí. Tú eres Gokú, vives en ese mundo y tienes que salvar el universo. Entonces vives como él. No estás jugando, todo es verdad. Aparecen los villanos, Freezer, Cell, Majin Boo y tienes que enfrentarlo. Si tú no lo crees la gente no lo va a creer. Tienes que ser verdadero y eso el público lo va a sentir. Todos los que trabajamos en Dragon Ball lo creemos. Es algo que se vive verdaderamente.
La vuelta de DB y las redes sociales
La saga de Dragon Ball GT (la tercera emitida cronológicamente) finalizó a mediados de los ‘90. Más de una década después, la compañía japonesas con los derechos de producción ideó una manera para volver a darle vida a Gokú y sus amigos. Y entonces pusieron a prueba una película (Dragon Ball Z: la batalla de los dioses, 2013). El film tuvo una aceptable repercusión y estuvo secundado por otro (Dragon Ball Z: la resurrección de Freezer, 2015). El éxito fue tal que la decisión estaba tomada, la historia volvería en forma de serie y así nació Dragon Ball Súper.
— Y un día volvió Dragon Ball...
— Pasaron 13 años y la verdad es que es mucho tiempo. Para Gokú y compañía no pasaron, ellos siguen siendo los mismos. Pero para nosotros sí pasaron los años. Entonces la voz sufre, se coloca diferente, utilizando una energía diferente por la edad. Tuvimos que escuchar un par de los episodios nuevos para encontrar el tono. Pero después nos dimos cuenta que tenía un estilo más de comedia la nueva saga. Los fans se molestan, no entienden o no comprenden lo que está pasando. Pero lo que no se dan cuenta es que los 13 años también les pasaron a ellos. Cuando terminó Dragon Ball GT eran niños o a lo sumo adolescentes y ahora son adultos .
— ¿Con la revolución de las redes sociales, su trabajo se hizo más reconocido?
— Si. Las redes sociales e Internet sacaron del anonimato no sólo mi trabajo sino el de todo el doblaje. Vivíamos en este anonimato que era parte del negocio, a nadie le extrañaba nada. Pero de repente se publicaron en la web nombres, fotos, biografías; entonces la gente ahora tiene la facilidad en la palma de su mano de escribir ‘¿quién le da la voz de tal persona en tal serie?’ y aparece. No solo eso, también te muestran toda la filmografía y lo que hemos grabado, voces adicionales, series, películas, documentales, todo. Por supuesto esto nos ha dado la posibilidad de contacto con la gente y que nos reconozca.
Entre lo real y lo animado
— También es reconocido por doblar al español a actores de Hollywood como Bruce Willis y Jim Carrey, cómo se componen esos personajes, hay diferencias en el trabajo con relación a un animación?
— ¡Se trabaja de la misma manera! Es curioso porque creo que están a la par de fama Gokú y los actores. Por ejemplo, en Estados Unidos, no les importa que yo doble a Bruce Willis, porque ellos tienen al ‘original’. Que yo doble a Jim Carrey para los norteamericanos es intrascendentes y lo mismo con otros actores de Hollywood. Tal vez a Latinoamérica le interesa porque uno llega a ser la voz de Hulk en The Avenger. Pero para los estadounidenses es igual de importante que un actor de doblaje le de la voz a un personaje como Gokú o cualquier personaje de animación. Para ellos es un ‘original’. Valoran mucho más nuestro trabajo en animación que el doblaje de una película.
Las condiciones entre una película o serie y una animación son diferentes porque en “liveaction” obedece a las leyes físicas que me controlan a mi, por ejemplo no vuelan a menos que seas un superhéroe. Está sujeto a los problemas que uno puede tener, como chocar en la calle, resbalarse, caerse, golpearse, problemas en casa, con los hijos, etc. Es una persona “normal”. Y una animación no sufre de todo esto, la vida es perfecta, las emociones son directas, puras. Pero básicamente es el mismo trabajo para nosotros.
— ¿La consolidación de la TV por cable y la irrupción de plataformas como Netflix modificaron su trabajo?
— Aumentó muchísimo la producción. Antes los canales de las productoras no existían, como Warner Channel, Universal, etc. Para que algo de su contenido llegara a la TV latinoamericana primero tenía que doblarse y luego tenían que analizar qué tipo de producción era para ver en qué canal se emitía. Había series que no llegaban. Ahora ellos tienen sus canales y se estrena por allí todo el tiempo. Entonces el doblaje creció. La producción es diaria de cada canal; de la mano creció este tipo de industria no sólo aquí en México sino también en Argentina, Chile, Colombia, Venezuela. No damos abasto con todo lo que hay que doblar.
Entonces esto le ha pegado un poco a la calidad. La máquina del doblaje tiene dos botones: calidad y velocidad. Si tú quieres hacer un doblaje más rápido va a tener menos calidad, por lo contrario si quieres más calidad, vas a tardar más tiempo. En Latinoamérica, esta máquina está perfectamente calibrada, no hay que tocarla. Si alguien decide tocar uno de esos botones, se altera. Esta velocidad del trabajo que tenemos ahora, le pegó a la calidad porque ya no tenemos el tiempo que antes teníamos para pensar, imaginar. La única diferencia son las películas que se estrenan para cine, fuera de eso el doblaje se hace muy rápido.
— ¿Tuvo la oportunidad de conocer a los actores que interpretan los personajes que usted hace la voz en español, en el caso de Dragon Ball a sus creadores?
— No, nunca fui a Japón. De hecho no conozco a Bruce Willis, Jim Carrey, Mark Ruffalo, Richard Dean Anderson. No conozco a nadie (risas).