El luthier Pablo Lara contó detalles del oficio que define su vida, al cual llegó por las ganas de tener un bajo. Señaló su predilección por los instrumentos con maderas a la vista, que es una de sus marcas. Y su trabajo dentro de la Cámara de Fabricantes de Instrumentos Musicales. “Es un lugar de aporte”, aseguró.
Captura de pantalla / Capital Cultural Tengo un interés profundo en establecer redes con los colegas y con las personas que fabrican accesorios a la luthería en la ciudad y las zonas aledañas , remarcó Pablo Lara en su charla con El Litoral.
Dentro de la plataforma digital Capital Cultural, diseñada por la Municipalidad de Santa Fe, hay un apartado que se llama “Oficio de las artes”. Allí se indica textualmente que “en el recorrido de cada artista y en los entretelones de cada obra hay oficios que brindan herramientas para el desarrollo y la creación”. Y se pone énfasis en la necesidad de “visibilizar a quienes producen estas herramientas”. Entre los artesanos que dejaron su testimonio allí, figura Pablo Lara, quien desde hace más de una década fabrica guitarras para diversos músicos santafesinos, quien compartió con El Litoral los pormenores del apasionante proceso de convertir maderas en instrumentos musicales y las perspectivas del sector.
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La primera creación
“Empecé en esto por ‘seco’, para decirlo mal y pronto”, cuenta Pablo al recordar sus inicios con la luthería. “Tenía una guitarra criolla pero quería un bajo. Y no había posibilidad familiar de comprarlo. Demoré mucho tiempo, fueron años de cortar maderitas. En esa época no había Internet ni mucha información. Para aprender conseguía partes de instrumentos o desarmaba instrumentos rotos. Hasta que finalmente, con Internet, llegó la información. No fue inmediato pero sí de a poco. Me pude dar cuenta de que era lo que estaba haciendo mal y hacer más metódico el trabajo. Me ayudó mucho la experiencia de trabajar la madera para la fabricación de otras cosas, como muebles”, contó.
Pero pasó mucho tiempo hasta que Lara consideró en hacer de la luthería un medio de vida. “Hasta el día en que un amigo me preguntó si le podía fabricar un instrumento, no lo pensé como una profesión”, admitió. “Tenía ciertas limitaciones tecnológicas y de conocimiento hasta que lo pude resolver yendo a un curso con un luthier, con quien yo quería estudiar, que se llama Alejandro Garro. Fui varios meses a su taller y en forma aceleradisima pude sacarme todas las dudas que arrastraba”, explicó.
Madera a la vista
Una de las características de las guitarras que desarrolla Pablo es que tienen, en general, las maderas a la vista. “Me gusta mucho la madera. Entonces, que se vea está bueno. De por sí es tan linda que me parece es un extra que se vea. Y diseñar a partir de ahí, desde los contrastes entre los distintos tipos de madera y sus colores y texturas”, afirmó. “En algún aspecto, hay maderas que son irremplazables por ciertas características acústicas y mecánicas como el arce o el ébano. Ese tipo de maderas, no por capricho, son usadas por todo el mundo. Después, hay otro rango de maderas que tienen prestaciones acústicas y mecánicas similares a las establecidas en el mercado y ahí no hay ningún problema en cambiar. Es todo un juego de diseño”, detalló
Pablo, que fundamentalmente trabaja para músicos de Santa Fe y la zona en función de sus necesidades, pone énfasis cuando puede en sus diseños propios. Pero sostiene que si todo el proceso se produce en sintonía con el músico, los resultados tienden a ser mejores. “Mis instrumentos tienen un amplio rango de versatilidad y son muy cómodos para tocar. Creo que a los músicos les gustan porque los usan todo el tiempo”, manifestó.
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Cámara
Desde su rol de luthier Pablo Lara forma parte de la Cámara Argentina de Fabricantes de Instrumentos Musicales de la República Argentina (CAFIM). “Es muy interesante el trabajo porque es un lugar de aporte, no de demanda. Cada uno está para aportar algo, no para ir a pedir por sí mismo”, señaló.
Si bien tiene alcance nacional, todavía hay poca gente que participa fuera de Buenos Aires. “Está bueno juntarse con personas que tienen tus mismas problemáticas. En el caso mío, que soy más nuevo, me nutre mucho intercambiar con gente que ya hizo un recorrido. Y sirve mucho al momento de pedir políticas para el sector”, afirmó. En este sentido, Lara destacó su interés en establecer redes con los colegas y con las personas que fabrican accesorios a la luthería en la ciudad de Santa Fe y las zonas aledañas.