El 20 de abril, en la Biblioteca del Foro Cultural
"Alada": una mano que vuela por tiempos y tradiciones
Mariana Pretto realizará un concierto de piano para mano izquierda, que irá de la música más “clásica” y universal, para acercarse a los compositores argentinos que unen academia y géneros populares. El Litoral conversó con la artista, que convirtió un problema físico en una reinvención como artista, para ponerse al día con una búsqueda artística que va más allá del teclado.
“A veces puede pasar que nos falte algo; que puede ser una parte del cuerpo que no funciona bien, a veces puede ser un ser muy querido, o algo que no pudimos conquistar o concretar; pero aun así, con esa falencia, podemos volar”, afirma Pretto. Foto: Gentileza Irene Fernández
El sábado 20 de abril, a las 21, Mariana Pretto presentará “Alada”, Piano a una mano, en la Biblioteca del Foro Cultural Universitario “Dr. José Gálvez” (9 de julio 2150). La pianista santafesina interpretará un repertorio dedicado a la mano izquierda sola. El mismo se compone de obras originales escritas para esta mano, como así también de arreglos y composiciones de su autoría.
De esta manera, el programa comenzará con obras clásicas de Bach, Moszkowski y Scriabin, y luego se introducirá en la música argentina y latinoamericana con obras de Manuel Ponce, Elsa Calcagno y arreglos de la pianista sobre temas populares.
A su vez, esta propuesta intenta integrar el mundo de la música con el mundo de la moda, contando para ello con la colaboración de la diseñadora Lola Montero; realizando la producción artística junto a Maru Figueroa.
De todo esto conversó Pretto con El Litoral: de la búsqueda de un camino personal, más allá de las circunstancias personales.
Programa amplio
-¿Cómo fue planificar este nuevo desafío? Armar todo un concierto para mano izquierda, pero a la vez haciendo repertorio con arreglos originales de repertorio histórico, “de Bach a Ariel Ramírez”. ¿Cómo fue llegar a esa síntesis?
-Este es un proyecto que lo vengo pensando ya hace unos años. En su momento había tenido una distonía en la mano derecha; intenté recuperarla y no pude. A partir de ahí quise explorar un nuevo camino musical, que es ser pianista de mano izquierda. Inspirada en otros pianistas de mano izquierda, que ya existieron y existen.
Lo primero que hice fue investigar un poco este repertorio: empezar a estudiar algunas obras que ya estaban escritas para la mano izquierda, estudiar compositores y pianistas. Siempre tenía esta idea de dar un recital entero con la mano izquierda; y después también me interesó hacer mi aporte, con arreglos propios: de Ariel Ramírez, de Aníbal Troilo, de María Elena Walsh. Porque la composición y los arreglos ya son parte mía, vienen con mi esencia.
Quería unir en un mismo recital todo el repertorio que me identifica y que me representa: tanto lo clásico como lo popular.
-Venís de la tradición de Hilda Herrera, del piano académico para la música popular.
-Y poco integrada, es un mundo que a veces se lo quiere separar; a veces dicen: “Este recital o es de clásico, o es de popular”; o los conservatorios. Hay ciertos espacios donde se intenta separar esas músicas, y para mí pueden convivir perfectamente. De hecho, en Ariel Ramírez escuchamos armonías de Bach: no pierde coherencia por poder integrarlas.
-Qué loco que la propia academia discrimine más a una tradición que es académica pero vinculada a lo popular, que a lo “popular puro”.
-Por suerte eso va cambiando. Por ejemplo, en el Instituto Superior de Música ya está la carrera de música popular. Ya hay otras aperturas en distintos puntos del país, así que un poco se va a logrando esa síntesis.
Completud
-Hay una tradición que tiene incluso que ver con lo bélico, porque el Concierto para la Mano Izquierda de Maurice Ravel fue escrito para Paul Wittgenstein, que había perdido la mano la guerra.
-Sí, el hermano del filósofo (Ludwig).
-Todo parte de asumir ese nuevo rol, o esa nueva perspectiva de ser pianista. En el medio vino la parte compositiva de lo que fue tu disco “Siempre florece”, y ahí estaba “Sin un ala”. ¿Qué complementa para sentirse nuevamente “Alada”?
-Lo pienso como una continuación o una superación de esta canción, “Sin un ala”, que está en mi primer CD. Es un poco autobiográfica, relata un sueño que tuve de verdad cuando vivía en Buenos Aires, cuando estaba intentando recuperar la mano. Había soñado que entraba un pájaro por mi ventana con el ala rota. Los sueños por ahí reflejan con imágenes, con metáforas cosas que nos pasan; había reflejado esa angustia que sentía en ese momento. El estribillo de la canción dice (referido al pájaro): “¿Por dónde vagará con sus sueños tranquilos? / ¿Por dónde caminar sin un ala y sin nido?”.
Este recital, que está enteramente compuesto para mano izquierda, viene a ser como una respuesta a esa pregunta (o una respuesta a mí misma) de que bueno sí, esa ala quizás sigue rota, pero aun con esa ala rato puedo volar. Y me gustaría que también sea un mensaje a quien escuche: transmitir esta idea de que a veces puede pasar que nos falte algo; que puede ser una parte del cuerpo que no funciona bien, a veces puede ser un ser muy querido, o algo que no pudimos conquistar o concretar; pero que, aun así, con esa falencia, podemos volar. Y que por ahí no va a ser de la manera convencional, o de la manera que hubiéramos esperado, o de la manera que otro hubiera esperado de nosotros; pero va a ser a nuestra manera, con nuestro vuelo propio, y eso es mucho más hermoso.
Arte integral
-En torno a esta idea de las alas está la confección de un vestuario especial para esto.
-Sí, estoy pensando el recital como un concepto artístico un poco más amplio, que no abarca solamente el piano y mi faceta de pianista. Estuve trabajando con una diseñadora de moda, que se llama Lola Montero; además en la producción artística estoy trabajando con Maru Figueroa, que me está ayudando a elaborar todo este concepto. Con la diseñadora estuvimos pensando en un vestuario que refleje esta idea del ala y también una idea de una cierta simetría que no es la convencional: tiene que ver con un solo brazo (no quiero spoilear mucho porque ahí se va a ver).
En el estreno del recital se va a lucir por primera vez este vestuario, que después me va a acompañar en los otros conciertos. Después de este estreno voy a trabajar en una producción visual, con fotografía y con un trabajo del cuerpo, en la que pueda reflejar también este concepto, más allá del piano.
-Habías hecho en Buenos Aires la carrera de modelo por gusto, y vinculándote con la indumentaria desde ese lado. ¿Cómo fue eso?
-Fue una experiencia relinda, lo había hecho por una necesidad personal que tenía en ese momento. Fue hasta un poco gracioso, porque lo hice en secreto: tenía miedo de que me critiquen (risas): nadie me hubiera vinculado con ser modelo en esa época (2015).
Siempre me quedo como latente esa cosa de “ah, me gustaría estos recursos, este conocimiento, ¿cómo lo puedo integrar con la música”. Y bueno, “Alada” es donde por primera vez voy a integrar esas dos facetas, el modelaje ya en la parte más artística.
-Por ahí hay cierto prejuicio de que en la música académica el vestuario tiene que ser con cierto rigor, y lo exótico queda para ciertos intérpretes que “son así”, pero son muy puntuales.
-Me inspiré en una pianista china, Yuja Wang: ella en cada concierto luce un vestuario distinto, y soy bastante provocativos en el buen sentido; y a veces hasta es criticada por eso. Me encantó el romper con esa cosa de la seriedad, de lo solemne de no, se puede jugar un poco más.
-Usa unos vestidos muy cortitos, con tacos muy altos, y hace la reverencia con un cabezazo muy fuerte. De todos modos, es un vestido que podría usar en una fiesta; no se viste como Björk.
-Es verdad. Para dar un ejemplo más cercano, de una persona que quiero mucho, me inspiré en Amorela, que es el proyecto de Cintia Bertolino: cuando vi su presentación quedé flasheada, digamos de toda esa producción visual, del vestuario. Ahí pensé: “Yo quiero ir por acá también”, aun con la música clásica y el piano.
Hilo conductor
-Había un repertorio que ya estaba arreglado y cosas que querías incluir. ¿Cómo fue la selección para este concierto?
-En principio obras que me guste tocar, que sienta una conexión. Después en donde esté reflejada esta variedad de las posibilidades del repertorio para mano izquierda. Por ejemplo: en algún momento hago unos estudios que son sólo para la mano izquierda, que en realidad están escritos para pianistas convencionales, que tocan a dos manos, para desarrollar más la mano izquierda.
Después hay una obra de (Aleksandr) Scriabin, escrita para mano izquierda, que no es un estudio, es una obra compuesta original para la mano izquierda. El primer preludio de Bach, por ejemplo, es una obra que está escrita para las dos manos, y se puede tocar con una sola: también pasa eso con algunas composiciones.
Hay un poco de repertorio argentino y latinoamericano: hay una compositora, Elsa Calcagno, que no es muy conocida, y tiene obras para mano izquierda; así que también está esto de recuperar compositores y compositoras argentinas. Hay una obra de Manuel Ponce, que también es representativa: se la escribió a un escultor que perdió un brazo y siguió esculpiendo el resto de su vida con un solo brazo. Esa obra se llama “A pesar de todo”.
Algunos son arreglos que había hecho con Hilda Herrera en su momento, a dos manos, y ahora los adapté a mano izquierda, tratando de mantener más o menos las mismas ideas.
-Están representadas las dos cosas: la interpretación a mano izquierda y vos como artista.
-Claro. También hay un preludio mío, que forma parte del CD, uno de los “Reflejos”. Traté de que en el orden haya un hilo conductor, lo mismo que en el CD. Lo veo como que va viajando del Cielo a la Tierra: empieza con Bach, con algo más universal; después va descendiendo hacia lo más argentino, termina con nuestro folclore. Me interesa trabajar esos conceptos: el Cielo y la Tierra.
Algo muy especial es que voy a toca en el piano que fue de Nelita Kuster, que fue profesora del Instituto Superior de Música, ahora ya no está con nosotros. Es muy significativo: si bien no fue mi profesora (yo rendía libre en el Instituto), ella me apoyó mucho a trabajar este repertorio, me había habilitado a poder rendirlo en el examen (después no se pudo dar). Siento que me está acompañando también en este momento.
-Estudiaste con Lilia Salsano, con Hilda Herrera, con Graciela Reca...
-Sí, empecé con Lilia, junto con Mario Spinosi: éramos los alumnos de “la teacher”, como le decíamos. Ella nos incentivó a que vayamos a estudiar a Buenos Aires con Pía Sebastiani, los dos. Después también con Graciela Reca y con (Aldo) Antognazzi más recientemente.
-La Biblioteca estuvo muchos años desactivada para espectáculos, y ahora vuelve.
-Sí, también es lindo participar de esa reapertura.
Proyectos en curso
-¿Cómo sigue después del 20?
-La idea es llevar este concierto a otras salas del país. Por lo pronto tengo agendado el 26 de abril en Buenos Aires, en el Conservatorio Astor Piazzolla, y el 27 de abril en Zárate, en la Asociación Amigos de la Música. La idea es que siga caminando hacia otras salas del país.
-Y seguir planeando arreglos nuevos.
-Sí, ya voy pensando en el próximo programa (risas), uno ya se va adelantando. Pero sí, la idea es seguir produciendo, seguir estudiando, y quizás el año que viene mostrar otro programa.
-¿La composición cómo va?
-Por ahora está como más abocada a lo instrumental, a esto de los arreglos, de las adaptaciones. No he seguido por lado de las canciones, por ahora: lo tengo latente. Sí quiero, una vez que estrene este recital, seguir mostrando “Siempre florece”, que es el proyecto de mis canciones; buscando hacer alguna gira, en otras salas: ya se estuvo presentando el año pasado, luego la presentación, Son mis dos proyectos en paralelo, que quiero que sigan caminando, volando.
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