De ciudadanos a valores económicos, la preocupación de López Luaces en "Urbanización X"
La escritora y traductora nacida en La Coruña repasó junto a El Litoral el eje central de su último libro, una de cuyas claves de lectura se encuentra en “La Naranja Mecánica”. En la obra también se abordan, desde la ficción, la crisis ecológica y los femicidios.
“Si perdemos la idea de ciudadanía, perdemos la idea de país”, plantea la autora respecto a uno de los ejes conceptuales de “Urbanización X”. Foto: Gentileza Planeta
Marta López Luaces nació en España, país en el que reside entre mayo y junio. El resto del año se divide entre Nueva York y Buenos Aires. Su escritura, fiel a ella, transita por distintos terrenos desde la academia al arte, dejando lugar a una de sus pasiones: la traducción.
Entre otros reconocimientos, fue distinguida por la ciudad de Nueva York como “Speaker for the Humanities” (2003-2005) y galardonada con los premios “International Latino Book Award” y “Pinnacle Book Achievement Award” por la novela “Los traductores del viento” y el poemario “Los arquitectos de lo imaginario”, respectivamente. La última publicación de su autoría, editada por Seix Barral, es un drama ciber-distópico sobre la crisis ecológico-social de estos tiempos, “Urbanización X”.
Investigador
La novela transcurre en un foro en vísperas del siglo XXII. Uxía, hija de un capo narco, comparece desde la urbanización D frente a un auditorio fantasma. Su diario “personal” es comentado por avatares de la compleja red de urbanizaciones, con excepción de ejemplares de A a la C y de la Y a la Z. “Quería que fuese una novela coral donde diferentes voces pusieran en duda el relato principal. No quería que el lector le creyera a nadie, en última instancia”, explica la autora coruñesa.
Hay un usuario en particular, lanaranjamecánica, que juega un rol clave. “Si hay que creerle a uno, que sea a él”, aconseja López Luaces. Pero para eso el lector va a tener que viajar -ida y vuelta- del libro al diccionario Nadsat ideado por Anthony Burgess. El universo de “La Naranja Mecánica” subtitula y marca el compás. “Buscaba un lector activo. No sólo porque el lector activo, por lo general, es el lector tradicional que va a tener que decidir cómo se termina. Yo quiero que busques y te vuelvas un investigador. Si realmente quieres saber lo que pasa, vas a tener que investigar”.
Nadie
“Talar un nogal” (Tigres de Papel, 2023) es el libro previo a “Urbanización X”. Luego del bloque homónimo, siguen “Matar a un animal” y “Asesinar a una mujer”; tres versos tristes que traman mantra. Ecocidios, femicidios, centro vs. márgenes, resuenan por aquí y por allá. Páginas salpicadas de cifras dolorosas. Gozo del mal. Marta se pregunta allí cómo vadear un tiempo macerado por el desierto.
La golondrina en tierra baldía que aparece en el poemario se refleja en su flamante novela. La urbanización A, un baldío, “es la mitología del gran vivir”, orienta la autora. “Estamos en una crisis ecológica, tanto el que vive mejor como el que vive peor. Nadie se va a salvar de esto”. En cuanto al mentado grado de participación en el foro de acuerdo al estrato social, reconoce: “Los que se encuentran en la mejor situación no tienen que hablar. Sobre todo en un foro como este que es tan abierto, entre comillas, porque alguien controla, alguien manda al archivo. Pero por otro lado, la gente que está bien no se iba a meter en el foro de Uxía, no se iba a ensuciar”. Entonces, reflexiona, ¿quién se mete? “La gente que necesita hablar”.
Espacios
La palabra de Uxía se diferencia formalmente del resto a lo largo del libro. Esto no responde únicamente a los encabezados de cada participante, hay que leer entrelíneas. “Imponerse a través del interlineado es una forma de imponer la voz”, señala López Luaces al respecto. “Los poetas y traductores sabemos muy bien la importancia de la estructura: por qué dejamos más espacios, por qué menos. Para mí era muy importante que las respuestas estuvieran siempre a la merced de Uxia y que se viera”.
El foro de “Urbanización X” fue construido con células discursivas de Facebook e Instagram. Parece una bandera hecha de miles de retazos distintos. O un grafiti que tapa a otro y así podría ser tapado ad infinitum. “Alguien pone una cosa y después tú ves que contestan. Pero, ¿qué tiene que ver esto con lo que estaba diciendo? Esa sensación de diálogo en las redes es muy problemática para mí. Otras veces se vuelven melodramáticos: es que el amor nos va a salvar a todos -ríe-. Un poco me río de esas frases hechas que aparecen constantemente. No son diálogos intelectuales profundos, serios. Son, en casi todos los momentos, superficiales y trillados. Pero a la gente le encanta”.
“Quería que fuese una novela coral donde diferentes voces pusieran en duda el relato principal”, cuenta López Luaces. Foto: Gentileza Planeta
Pistas
Doctora en Filosofía por la New York University, Marta López Luaces redacta impulsada por los vientos de lecturas variadas. Deja ver, a través de los usuarios del foro, conceptos de Huxley, Sábato, Lyotard y Bifo, entre otros. Decanta, en la acción, lo fichado previamente. “Tuve que publicar dos libros académicos para poder ascender y ganarme la vida. Pero no me interesaba”, reconoce. “Así que dije: ‘Lo voy a meter en la novela porque me costó tanto’. Mi interés siempre ha sido la creación, tanto en poesía como novela”.
Asimismo, la estrategia de la escritora e investigadora fue dar pistas al lector, tal el gesto de recuperar vocablos de la jerga Nadsat. “Si tú quieres realmente ir más allá de esta novela, tienes estos libros que profundizan en los problemas de forma muy seria, muy interesante y que te hacen pensar. Sobre el problema ecológico, sobre el problema de la personalidad, sobre el problema del lenguaje y la creación del ser, sobre el problema de los feminicidios”. Pensadores y pensadoras como los citados en la entrada al libro (Sergio González Rodríguez, Sayak Valencia) “han conectado el problema del capitalismo extremo con los feminicidios. Creo que es importante que la ficción lleve a la no ficción y viceversa. Es un diálogo muy importante en este momento”.
Preocup-acciones
Marta López Luaces enseña Escritura Creativa en la Universidad de Montclair. Le pidieron que dictara un curso de Género. Se le ocurrió una idea: que el alumnado realizara una serie de presentaciones acerca de las preocupaciones que los aquejaban. Así llegó al artículo del New York Times sobre el autoholocausto de mujeres en Afganistán. Y al asesinato de bebés niñas en China “porque sólo podían tener un hijo y querían un varón”. Y a las alarmantes cifras de femicidios en El Salvador y México. Un escalofriante panorama, sumado a las muertes por crisis ecológicas en África y en partes de Latinoamérica. “Los alumnos me abrieron los ojos. Entonces, empecé a leer”, cuenta sobre el inicio del proceso que derivó en “Urbanización X”.
Una de las figuras más contundentes de la época graficadas en la obra es la de la Bolsa Internacional de Acciones Humanas. La autora explica que “si antes éramos súbditos de un rey y luego nos volvimos ciudadanos, hoy somos valores, unidades, acciones”.
“Si perdemos la idea de ciudadanía, perdemos la idea de país. Y si perdemos la idea de país, los grandes intereses económicos son los que están en control. Entonces, todas estas lealtades simbólicas de conciudadano, de vecino, hasta de familia, no importarán porque la identidad más importante será la económica. Hasta cómo nos uníamos al otro a través de este imaginario está transformándose. Por eso se dice que los grandes bancos vendieron los países a las grandes compañías”, reflexiona López Luaces.
Al desaparecer los lazos emocionales más importantes, prosigue, se incrementan los crímenes. “En un mundo donde solo eres valorado por tu capacidad económica, se deshumaniza totalmente a las mujeres. Se pueden matar mujeres tras mujeres. De hecho, la mayoría de la pobreza mundial está en mujeres con hijos. Son el menor valor económico. Esta necesidad de controlar que tenemos lleva a la destrucción: si no te puedo controlar te mato”.
Viene como por arte de magia el primer posteo de Uxía en el grupo privado administrado por Antia, data de un 8 de agosto de 2099. Textual: “Allí donde quedan muy pocas mujeres, quedan muy pocas esperanzas”.
¿Todo bien?
“Urbanización X” es una novela, claro. Pero, por lo comentado más arriba, opera también como un ensayo velado. Junto a problemáticas como la identidad comercial o la sociedad organizada en torno a la violencia, a López Luaces le preocupa la función de la cultura en este escenario.
“¿Cómo se crea el deseo y cómo lo controlamos?”, se pregunta ante el interrogante puesto sobre la mesa. “Más que nada, a través de la cultura. Para eso, el marketing tuvo que tomar mucho del lenguaje y las imágenes de la cultura para controlarlo y poder venderlo. Volver la cultura parte de ese poder económico. La fuerza revolucionaria cultural se disipa a través del marketing”.
La autora de “El placer de matar a una madre” se detiene en discursos heredados de los siglos XVIII y XIX que se unieron al marketing, especialmente el discurso amoroso, que va desde las telenovelas hasta la literatura. “Es una forma de suavizar este nuevo ser que está convirtiéndose en un ser de unidad económica. Hablan del amor como un mito más que como una realidad. No como una constante construcción que tienes que hacer con el otro a través de los años, sino como una catarsis que nos salva. Tú te enamoras y ya está todo bien”, redondea.
“Esto le ha servido, más que nada, a las minorías, tanto a mujeres como al mundo gay”, añade Marta. “Si tú tienes resuelto la cuestión amorosa, ya está todo bien. Tú concéntrate en eso y olvídate de las cuestiones políticas, de las cuestiones económicas. Eso, por un lado, nos vuelve extremadamente individualistas porque una vez que tienes tu pareja ya has resuelto el problema social. Y por otro, no nos deja conocernos a nosotros mismos en todas nuestras dimensiones. Nos vuelve unidimensionales. El amor es todo, ya está. Somos simplistas. No hay otros tipos de problemas, preocupaciones o miedos”.
Se pierden
Si no se cuidan, se pierden. Con esta frase, Marta López Luaces problematiza el ataque a los derechos de la clase trabajadora en distintos puntos del mapa. “La izquierda creyó que la derecha era tonta. Para nada. Estarán más locos, menos locos, pero están bien dirigidos. Es un movimiento global contra todas las minorías y con muchísimo dinero que viene de gente rica. Hay intereses económicos, pero también intereses del ser”.
Prosiguiendo con el análisis, la escritora española explica: “Hay muchos hombres que ven a sus abuelos y a sus padres y dicen: “¡Tenían todo esto!”. Tanto en Estados Unidos como probablemente en la Argentina, en los años ‘50 un hombre no necesitaba un título universitario para conseguir un buen trabajo. Se metía en la construcción o su papá lo metía en una oficina con él y ya estaba hecho. Tenía el sueldo para el resto de sus días. Hasta que un día se jubilaba. La globalización complicó todo eso. Vemos en los Estados Unidos, en la Argentina y en España, hombres que tienen dos y tres trabajos y no son capaces de ganar lo suficiente para poder vivir. Por supuesto que tienen un cabreo de aquí a mañana”.
En este punto ciego, López Luaces entiende (ponima, en Nadsat), que la derecha y los grandes poderes económicos “han tomado la ira” como combustible discursivo. “En lugar de decir que la economía que han creado os ha dejado sin trabajo o con unos sueldos de asco, dicen que las mujeres o los inmigrantes les están robando el trabajo. Han sabido muy bien manejar esa ira a su favor y culpar al chivo expiatorio. Derivar la culpa a otro y no a un sistema económico global. A las economías nacionales les es imposible competir y salvaguardar su clase trabajadora”.
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