Juan Ignacio Novak
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Fue filmada en Santa Fe, con Julieta Zylberberg en el papel protagónico. Describe los cambios que se producen en una mujer cuyo hijo padece el síndrome de Asperger, cuando enfrenta una situación inesperada. “Me gustan las historias con personajes así, que se transforman internamente a través de la lucha que llevan adelante”, explicó el director a El Litoral.
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El jueves 1º de noviembre se estrena “Aire”, una película dirigida por Arturo Castro Godoy que se filmó íntegramente en la ciudad de Santa Fe con la producción de Aleph Cine SA y la Cooperativa MuchaSiesta. Los papeles protagónicos están a cargo de Julieta Zylberberg, Carlos Belloso y María Onetto, secundados por actores que en su mayor parte son santafesinos y rosarinos. La iniciativa contó con apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), la Municipalidad de Santa Fe, la Liga Asperger 7 y la Asociación Argentina de Asperger.
La sinopsis señala que “Lucía es madre soltera de un niño con Asperger. Tiene un trabajo precario y una muy mala relación con su madre. Pero cree que puede con todo. Ese día recibe una llamada de urgencia del colegio: su hijo se dio un golpe y debe ir a buscarlo. En medio de la angustia, llega a la escuela y le informan que Mateo fue trasladado al hospital. Y toda esa estructura tambaleante que es su vida explota en mil pedazos. Sin poder calmar su ataque de asma, Lucía deberá atravesar la ciudad en busca de Mateo. Y sólo podrá encontrarlo si cede ante fuerzas más poderosas que ella: la vida”.
“Es un guión en el que vengo trabajando desde hace muchos años. Tenía la idea de hacer una película que transcurriera en un intervalo corto de tiempo, con un personaje principal bien definido y un objetivo más o menos simple. Y después ir viendo cómo generarle obstáculos para llegar a ese objetivo. Me gustan las historias que tienen personajes como el de esta película, que se transforman internamente a través de la lucha que llevan adelante. Y la relación entre una madre y su hijo me pareció un punto de partida interesante para después complejizarlo a través del resto de los elementos que fuimos agregando”, explicó Castro Godoy a El Litoral.
Al respecto, el director admite cierta influencias del cine iraní. “Te podría nombrar dos películas. Una de Abbas Kiarostami que se llama ‘Dónde está la casa de mi amigo’, que tiene una trama de este tipo. Transcurre a lo largo de un día y hay un niño que busca a un amigo que vive en un pueblo cercano para devolverle un cuaderno que se llevó sin querer. Es una película sobre la amistad pero atravesada, como ‘Aire’, por cuestiones sociales que mezclan con el relato y condicionan a los personajes. Otra película iraní de ese estilo es ‘Globo blanco’ de Jafar Panahi, protagonizada por una niña y su hermano, en la que también tienen un objetivo muy simple. En este caso ella quiere comprar un pescadito. Y lo que ocurre es que se le van poniendo un montón de obstáculos enfrente. En ‘Aire’ los personajes protagónicos son fuertes, muy marcados, con objetivos claros desde el comienzo, que parecen ser simples, pero que después se van complejizando cuando comienzan a jugar subtramas vinculadas con cuestiones sociales. En ‘Aire’, el abandono de las instituciones a personas que necesitan un apoyo especial por situaciones particulares, como en el caso de la película el Asperger”.
—¿Investigaste aspectos sobre este síndrome para escribir el guión?
—Una vez que comenzamos a meternos de lleno en el mundo del Asperger como posible subtrama, investigamos con diferentes asociaciones, cómo la Liga de Asperger, para ir releyendo el guión y agregando pequeñas pinceladas que fuera dándole verosimilitud. Y también para reestructurar y reescribir los aspectos en los que estábamos un poco corridos de la realidad. Si bien el tema del Asperger es una subtrama, es muy importante, por eso nos interesaba que tuviera verosimilitud, para que una persona que conozca del tema sienta que lo que se está contando es real, ocurre de esa manera. Eso enriqueció muchísimo el guión porque le otorga a esa subtrama complejidad y nivel de detalle. En la película, el personaje que tiene Asperger es hijo de Lucía. Entonces hicimos un trabajo muy fuerte para lograr darle a su interpretación el tono más cercano posible a lo que sería la personalidad de un niño con Asperger. Hubo un trabajo muy fuerte de coucheo actoral con Ceferino, el niño actor. De esa investigación, surgieron muchas cosas que están en la película y hacen que el personaje de Lucía opere y actúe de la forma en que lo haría una madre en su lugar, o esa madre en ese lugar. Por eso, la subtrama toma un papel fundamental, porque termina tiñendo el resto del relato y lo que hace es darle una verosimilitud que a la película le viene muy bien.
—En ese sentido, se puede observar es un compromiso muy fuerte por parte de la actriz Julieta Zylberberg en el proyecto.
—Es una película que descansa completamente sobre sus hombros, porque está en cuadro prácticamente todo el tiempo. Es un personaje que sufre una transformación interna fuerte a lo largo del relato y tiene que ir llevando todo eso y lo tiene que ir expresando de a poco, de manera muy sutil, además de sus propios problemas que tienen que ver con el asma, la falta de aire y un montón de otras cosas. Eso requiere un compromiso grande.
Igualdad de condiciones
—¿Qué características tiene hacer cine en el interior?
—Hacer cine en Argentina, en Latinoamérica y en el mundo es siempre complejo. El cine como arte y como industria tiene un costado económico y vinculado con las leyes del mercado que hace que tengamos que tener en cuenta una serie de cuestiones que no son necesariamente inherentes al film. Considerando esa complejidad, te diría que hacer cine en Santa Fe es lo mismo que en cualquier otra parte de Argentina, incluyendo Capital Federal. Con la diferencia de que en Santa Fe tenemos desventajas en cuestiones logísticas, tenemos otras ventajas enormes. Para mí se termina balanceando y termina siendo lo mismo. Siempre es un desafío, pero no soy de los que creen que es más difícil hacer cine en el interior. Sin duda el avance de la tecnología y que cada vez sea menos complejo acceder a cámaras incidió. Hoy se filman películas con teléfonos celulares. No quiere decir que haya que hacer eso, pero existe como una posibilidad en el sentido de que la tecnología pone cada vez más al alcance de los cineastas herramientas con las cuales hacer su arte. Aunque desde el lado tecnológico y humano se le puede encontrar la vuelta, hoy es difícil hacer cine en cualquier lado.
—¿Y qué pasa con el público?
—Estos factores económicos a los que hacía alusión recién tienen que ver exclusivamente con el público. Si bien la etapa de producir es compleja en Argentina por la economía, en el estado en que la tenemos y un montón de cosas que nos condicionan, el costado de la exhibición y la distribución de las películas, es decir el hecho de que las películas argentinas encuentren pantallas con las cuales ponerse en contacto con el público que quiere verlas, siempre ha sido muy complejo, porque no estuvieron los avances suficientes en cuanto a políticas públicas para beneficiar a la producción local por encima de la producción extranjera, que copa completamente las bocas de exhibición. Entonces, el cine local tiene que competir de igual a igual una batalla que está perdida de entrada, con distribuidores como Disney o productoras que salen con cuatro, cinco o seis veces la cantidad de copias con las que salís vos. De entrada, no es una competencia, porque lo que ocurre es que los grandes cines, que son la mayoría de las salas en el país, tratan todo el tiempo de sacarse de encima el cine nacional para meter un tanque más de Hollywood que les garantice vender más entradas. ¿Esto se debe a que la gente ve más cine de Hollywood que cine argentino? Los números dicen eso, pero habría que ver qué ocurriría en un contexto en el que se le dé igualdad de oportunidades a las producciones locales. Porque si algo nos ha demostrado el cine argentino en los últimos años, con películas a las que les va increíblemente bien, es que si tiene preponderancia en las pantallas y son proyectos llevados adelante como corresponde, tiene un nicho de público muy grande y la posibilidad de alcanzar reconocimiento no sólo en el circuito de festivales, una costumbre fantástica del cine argentino, sino también en las salas.
Asperger
El Síndrome de Asperger, según indica la Asociación Asperger Argentina, “es una condición del neurodesarrollo, una variación del desarrollo que acompaña a las personas durante toda la vida. Influye en la forma en que éstas dan sentido al mundo, procesan la información y se relacionan con los otros. Con anterioridad, fue incluido entre los Trastornos Generalizados del Desarrollo (TGD) y en el presente se encuentra incorporado dentro de los Trastornos del Espectro Autista (TEA)”.