En la ciudad donde más famosos se acumulan por metro cuadrado, si hay algo que abunda son paparazzi a la busca y captura de la última exclusiva. De ahí que la pareja tardara tanto en encontrar una mansión adecuada que les garantizara la privacidad y la seguridad. Una fortaleza que, tal y como acaban de comprobar, por desgracia no está sirviendo de nada.
Según revelan hoy varios medios estadounidenses, Harry y Meghan no están disfrutando de su nuevo hogar tanto como deseaban. Al contrario, pese a vivir en una mansión valorada en 18 millones de dólares, el matrimonio ha tenido que llamar en los últimos días varias veces a la policía para denunciar que estaban siendo acosados dentro de su propiedad.
Porque sí, para un ser humano es imposible entrar en esa mansión vigilada las 24 horas; pero no así para los drones con cámara que continuamente están sobrevolando el espacio aéreo de sus dominios, algunos a un nivel tan bajo que están haciendo a Harry recordar el acoso y derribo que sufrió su madre Diana durante tantos años.
Tenés que leerMeghan Markle perdió su primera batalla legal contra la prensa“Harry y Meghan han visto varias veces esos drones que se les acercan y suponen que están operados por fotógrafos intentando captar imágenes de su intimidad. Aunque no pueden estar seguros de que sea solo eso”, desvela una fuente cercana al matrimonio en The Daily Beast.
“Meghan recibió amenazas de muerte racistas en el momento de su boda, por lo que el miedo a un ataque terrorista también es muy real para ellos”, asegura esa misma fuente, algo que explicaría muy bien por qué para los Sussex tener un equipo de seguridad protegiéndoles no es precisamente un capricho de estrellas millonarias.
“Sea lo que sea, solo hay que ponerse en sus zapatos para entender el miedo que están pasando. ¿Cómo se sentiría cualquiera si tuviera que vivir algo así? ¿Cómo te sentirías tú si tuvieses a varios drones zumbando sobre tu cabeza a pocos metros mientras intentas jugar con tu hijo”, concluye esta fuente en Daily Beast, que ha confirmado con el departamento de la policía de Los Ángeles que están teniendo un grave problema con los drones en el área donde viven Harry y Meghan.