Dos obras se presentan en este verano 2022/2023 en Mar del Plata que tienen características demasiado particulares como para no advertirlas.
Dos obras se presentan en este verano 2022/2023 en Mar del Plata que tienen características demasiado particulares como para no advertirlas.
Una bailarina… baila, mostrando en el escenario del Teatro Municipal (Colón) qué cosas ha hecho y, parada en sus 50 años, muestra de qué va la cosa con esa fantasía espectacular que es “el tango en el escenario”, un modo de re definir un invento comercial valioso: Tango en un escenario (aquí un Teatro) presentado por bailarines con estudios formales de danza clásica. Mora baila y eso es todo lo que hay que informar. No hay un espectáculo de estas características en la suma de la temporada.
En otro sitio de una ciudad que tiene (por favor lea dos veces este número) más de 300 espectáculos en la suma de diarios, semanales, y mensuales en la temporada, en otro sitio de la ciudad, en un teatro privado, el Conde de Transilvania busca la sangre cantando y bailando en un escenario. Del siglo pasado viene este musical, al que le están exprimiendo hasta la última gota de su fama, su misterio, su originalidad.
El que está en el escenario (no está en el escenario) el que baila y canta (ni baila ni canta) el que aparece en la idea y allí se queda desde el principio hasta el último aplauso es “Pepito” Cibrián, tal vez el único que logró que aquel Conde y su fama sea conocido en Argentina primero, otros países después, como un cantor enamorado. Sanguíneo y enamorado, si se me permite la broma. “Pepito” tiene el secreto del conde Drácula. No hay algo similar en toda la costa en esta temporada.
En Mar del Plata algunos días baila Mora y se pasea en sus noches el mismísimo Pepito Cibrián (sin la capa). Además, hay 300 espectáculos, por lo menos.
Mora Godoy, la mujer que ha sabido llevar el tango de escenario a todos los rincones del mundo y que celebra “20 años. Grandes éxitos” se presenta, todos los jueves y viernes de la temporada 2023 en el Teatro Colón de Mar del Plata. Mora Godoy (30 de junio de 1972, La Plata) bailarina, empresaria y coreógrafa argentina (texto de gacetilla).
Mora Godoy entre 1990 y 1992 integró el Modern Jazz Ballet como bailarina solista. En 1993 ingresó como bailarina solista en la Compañía Tango X2 dirigida por Miguel Ángel Zotto y en 1998 protagonizó “Aroma de tango” y “Una noche de tango”.
En 1997 montó como coreógrafa, primer bailarina y directora “Tango Fatal”. En 2000 participó como bailarina y docente del Primer Festival Anual Internacional de Tango de Londres. En 2001 fue convocada como coreógrafa del espectáculo “Mirando al Sur”, protagonizado por Maximiliano Guerra. Ese mismo año estrenó el musical “Tanguera” en el Teatro Nacional de Buenos Aires (texto de biografía)
Mora baila y eso es todo lo que habría que informar.
Hace rato que vienen despidiendo al vampiro. Drácula, el musical, es uno de los musicales argentinos más importantes. Fue escrito y dirigido por Pepe Cibrián, con música de Ángel Mahler y producido por Tito Lectoure. El valor de la puesta en escena, en tiempos del uno a uno, se estimó en un millón de dólares.
La idea originaria de Tito Lectoure era presentar “The Phantom of the Opera” en el Luna Park de Buenos Aires, pero al no conseguir los derechos, produjo una obra en reemplazo. Poder de seducción de Pepito.
“Drácula, El musical” se estrenó en 1991 en el estadio Luna Park y realizó cinco temporadas en el mismo estadio (1991, 1992, 1994, 1997, 2000), dos temporadas en el Teatro Ópera de Buenos Aires (2003 y 2007), dos temporadas en el Teatro Astral (2011, 2016), una temporada en el teatro Roxy de Mar del Plata (1993) y la fecha de la gira del cierre de los 25 años (2016) en el mismo teatro marplatense, una temporada en el Teatro Del Lago en Villa Carlos Paz, Córdoba (1999) y seis giras nacionales (1992, 1998, 2003, 2007, 2008, 2011). Lo protagonizaron en su temporada original Cecilia Milone (Mina), Paola Krum (Lucy), Martin O’Connor (Jonathan) y Juan Rodó (Drácula).
Más de dos millones de personas han visto el musical, no sólo en Argentina, sino también en Brasil (2000), Chile (1992 y 2008) y España (1994).
Es un conde mimoso, tarda en irse, semeja a Horacio Guarany y Los Chalchaleros, que estuvieron mucho tiempo despidiéndose de los escenarios.
Y... si le tienen fe y van a verlo El Conde seguirá cantando. Temporada 2022/2023. Pepito tiene el secreto del conde Drácula.
La frase, atribuida a Discépolo: “El tango es un pensamiento triste que hasta se puede bailar ...” la lleva Mora al punto más alto. No solo que una vez bailó como yendo hacia el cielo, en El Obelisco, sino que revolear las piernas con los tacos altos y la pollerita cortona es todo un espectáculo y de eso se trata.
Cambian los y las acompañantes (en esta versión hay un “petisito”... muy bueno) pero todo se reduce a su pelo estirado, sus rasgos angulosos, casi misteriosos, y la música que la lleva a... “el taconear y la lustrada sobre el pantalón, cuando a su lado tuvo, tirado, mi corazón... (tango, “La Calesita”).
Mora Godoy no oferta nada que no se espere (de Mora Godoy) en el escenario. La música que identifica un sector del país, el puerto, un modo espectacular de mostrarlo en el mundo y el bonus track, eso tan especial de esta mujer, que recorre el mundo exorcizando con su danza donde -debe justipreciarse esto- la música de Troilo, Piazzolla, Pugliese, Mariano Mores, masterizados y redoblados, sampleados, pero están, como parte de un “aire de bajo fondo” que multiplica sus piernas y su sonrisa y ese final de “foto fija” con el que termina cada danza. ¿Se entiende? Propala la música como metatexto de una danza. Mora baila y eso es todo cuanto debería informarse. A eso sigue yendo el espectador, a verla bailar un pensamiento que no es tan triste como el tango cantado sostiene. Personalmente quitaría el final con La Mosca. Pero... quien soy yo... desgraciadamente no soy Messi.
Es muy probable, tal vez sea riguroso, que una obra musical tenga que sostenerse en la música. Nada más cierto. Tres frases musicales tiene “Drácula” que son inolvidables. Están. Mahler, el autor de música y arreglos puede quedarse tranquilo. El espíritu es otra cosa.
En “Drácula, el musical”, hay una grabación impiadosa que no frena y el espectáculo dura el total de la pista más una concesión a los aplausos. Bajar el potenciómetro del volumen es un riesgo que el técnico de sonido no toma. La pista musical está y todos cantan sobre sí mismos, no sé si me entiende, o me escucha...).
Juan Rodó es aquel, con los años que van desde entonces. Cecilia Milone es aquella, pero me inclino por esta Milone, con más experiencia para colocar su voz.
En esta versión están: Mariano Taccagni (Jonathan), Eluney Zalazar (Lucy) Adriana Rolla (Nani) y Gastón Avendaño (Doctor Van Helsing). Hay cortes y recortes que no le hacen a Drácula. Sobrevive.
El musical es un género como todos: especial. Drácula es una montaña argentina. En este género, que cruzó los tiempos desde “Hair” y “El Diluvio que viene” (disculpas, es como lo he vivido) parándose en una versión muy propia de un rubro mundial, hay algo que debe decirse: Por todas partes anda Pepito. Es suyo el secreto del Conde. Ojalá no lo entregue. El teatro es misterio. Drácula lo sabe, Pepito también.