De la Redacción de El Litoral
En un contexto social complejo, miles de fieles acudieron hoy a rezar al Santo Patrono. Por la tarde se realizaba la procesión por las calles del barrio.
De la Redacción de El Litoral
“Es impresionante la cantidad de gente que vino”, admitieron esta mañana desde la parroquia San Cayetano, ubicada en Padre Genesio al 1600. El hecho de que la fiesta haya coincidido con el domingo, sumado a una situación social que se agrava día a día, provocó que una multitud acudiera hoy desde distintos barrios de la ciudad, e incluso desde Santo Tomé, Monte Vera, Recreo y localidades cercanas.
Para las 16.30 estaba prevista la tradicional procesión por las calles del barrio, presidida por Mons. José María Arancedo. Varias calles aledañas a la iglesia estaban cortadas para el tránsito vehicular.
El arzobispo, en su carácter de presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, envió un mensaje a la comunidad católica con motivo de esta fecha: “El trabajo y la cultura del trabajo hacen a la dignidad de la persona y al desarrollo de la comunidad”, sostuvo, pero se mostró contrario a que la clase trabajadora se dignifique sólo por recibir aportes del Estado. “Los planes de subsidios son necesarios para una coyuntura, pero no son expresión de una sociedad madura y justa”, explicó.
“No se trata de un eslabón más en la cadena de producción. El trabajo justo es el que marca el nivel moral de crecimiento y equidad social. Descuidar esta dimensión es debilitar las bases de una sociedad y comprometer la libertad del hombre”, manifestó.
“Por momentos la voz de la Iglesia asume el tono de denuncia ante hechos de injusticia, donde el valor del trabajo y la dignidad del trabajador no son tenidos suficientemente en cuenta. En estos casos la Doctrina Social de la Iglesia, que es como la resonancia temporal del Evangelio, siente la necesidad de decir una palabra. Docencia y denuncia no se excluyen, ambas son expresión de una misma voz que tiene su fuente en Jesucristo. Esta palabra es un servicio a la comunidad”, expresó.
“Cada 7 de agosto, Fiesta de San Cayetano, nuestra mirada y nuestra oración se dirigen a Dios pensando en el trabajo y el trabajador. La fe no camina al margen de la vida y las necesidades del hombre, no sería la fe que hemos conocido en Jesucristo. ‘La dignidad del trabajo proviene del hombre que es el sujeto que lo realiza. Esto nos habla de una dimensión antropológica y social del trabajo, que es fuente genuina de la realización plena del hombre. Es común decir, que la mayor pobreza del hombre es no tener trabajo, o no poder trabajar. Este tema, que es central en la Doctrina Social, es motivo de oración, de docencia y de denuncia en la vida de la Iglesia”, sostuvo.
“Nada es ajeno a Dios, tampoco el trabajo de sus hijos. Por ello, la oración del que pide trabajo o agradece el tenerlo, es una actitud de fe y de confianza de un hijo en Dios que es Padre”, concluyó.
Sentir dignidad
El papa Francisco envió días atrás una carta al presidente de la Conferencia Episcopal Argentina en la que recordó los 7 de agosto en Buenos Aires, donde solía presidir la celebración en Liniers, y bendijo a los fieles que peregrinan a los más de cincuenta templos del país dedicados al santo para “pedir pan y trabajo o para agradecer el hecho de que no les falte”. El pontífice advirtió también que los índices de desocupación siguen siendo “significativamente altos” y destacó la importancia que conlleva ganarse el pan trabajando.
“Cuando pedimos trabajo estamos pidiendo poder sentir dignidad; y en esta celebración de San Cayetano pedimos esa dignidad que nos confiere el trabajo; poder llevar el pan a casa”, sostuvo.
En Buenos Aires, organizaciones sociales de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, con el acompañamiento de las dos CTA, gremios enrolados en la CGT, el PJ y sectores vinculados a la Pastoral Social de la Iglesia Católica, marchaban hoy desde San Cayetano hasta Plaza de Mayo bajo la consigna “Pan, Trabajo, Techo y Ni un pibe menos por la droga”.