Valentina Fernández de Rosa, actriz, docente, gestora cultural e hija de los también artistas Cristina Banegas y Alberto Fernández de Rosa, falleció en las últimas horas a los 54 años de edad.
A los 54 años
Murió la actriz y gestora cultural Valentina Fernández de Rosa
La hija de los también artistas Cristina Banegas y Alberto Fernández de Rosa era la presidenta de la Asociación Argentina de Teatro Independiente (ARTEI) y una de las referentes del espacio El Excéntrico de la 18, que fue fundado por su madre.
Archivo D.R 19:03
La Asociación Argentina de Actores, a la que estaba afiliada desde 1986, lo dio a conocer a través de las redes sociales y expresó su solidaridad con toda la familia, en especial con sus hijos Sofía y Martín Stead.
Valentina tuvo una larga carrera en el teatro independiente. Era la presidenta de la Asociación Argentina de Teatro Independiente (ARTEI) y una de las referentes del espacio El Excéntrico de la 18, que fue fundado por su madre.
Se formó como actriz con Augusto Fernandes, Carlos Gandolfo, Ricardo Bartís, Joy Morris, Jorge Eines y Cristina Banegas. Estudió danzas con Noemí Coelho, Rodolfo Olguín, Ana Frenkel, Melanie Alfie y Freddy Romero.
Su primer trabajo artístico fue a los 12 años en el film El poder de las tinieblas con Sergio Renán, dirigida por Mario Sábato, basada en el libro Sobre héroes y tumbas, de Ernesto Sábato. En 1986 tuvo un rol protagónico en la película Te amo, de Eduardo Calcagno. En televisión, participó en La extraña dama, Amándote, Los machos, Nueve lunas, Vínculos, Mesa de Noticias, Querido salvaje, De poeta y de loco, Un cortado, historias de café , entre otros programas. También condujo los programas infantiles como Camby y Nuevelín.
En teatro, protagonizó El país de las brujas y se desempeñó como productora de numerosos espectáculos, como Molly Bloom, Eva Perón en la hoguera, El plan perfecto, Manuela Rosas, El uruguayo y Preciosos instrumentos. En 2018, produjo Aire familiar, proyecto en el que participaron su abuela Nelly Prince, su madre Cristina Banegas y su hija Sofía Stead.
"Yo vi muy claro que la actuación no podía ser un trabajo único: tenía que completarse con algo más. La realidad es que vi a mis padres pasar épocas de más trabajo y de menos; mi padre tuvo que exiliarse durante la dictadura y nunca fue fácil. Siempre vi su vínculo con la docencia como una alternativa y entendí que era muy difícil trabajar exclusivamente de eso", reveló tiempo atrás en una entrevista con Infobae, pero más allá del rédito económico, su pasión siempre pesó más.
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