El artista plástico uruguayo Carlos Páez Vilaró falleció a la edad de 90 años, informó el diario El País de Montevideo.
Había nacido en Montevideo el 1 de noviembre de 1923 y vivió en su juventud en Buenos Aires. Regresó a Uruguay en la década del ‘40, interesado en el tema del candombe y la comparsa afro-oriental y se vinculó al conventillo “Mediomundo”.
En 1956 dirigió el Museo de Arte Moderno de Montevideo y fue secretario del Centro de artes populares del Uruguay en 1958.
José Pedro Argul lo consideró un artista con “un desprejuicio sin par, un desparpajo ingenuo unido a una condición de trabajo excepcional y técnicas múltiples.
Las llamadas, Los Andes y Casapueblo
Vinculado a la comunidad afrouruguaya, durante años formó parte de sus fiestas populares, en particular de las Llamadas, y sus temas fueron motivo para sus obras plásticas. Pintó cartones, compuso candombes para comparsas lubolas, dirigió coros, decoró tamboriles y participó de los desfiles de Llamadas.
En 1972, su hijo "Carlitos", viajaba en el avión que transportaba un grupo de jugadores de Old Christians y sus familiares y que cayó en la cordillera de Los Andes. Tras la desaparición de la aeronave, el artista se trasladó a Chile para colaborar tenazmente con la búsqueda, incluso cuando las acciones oficiales ya se habían suspendido. Para ello reclutó voluntarios, consultó a videntes e incluso se internó en la montaña. Finalmente Páez hijo figuró entre los 16 sobrevivientes. Esa búsqueda fue reflejada en su libro “Entre mi hijo y yo, la Luna”.
En Punta Ballena construyó la famosa Casapueblo, vivienda, museo y paisaje panorámico. Entre sus murales figuran los que decoran la sede de la OEA en Washington, el hotel Contad de Punta del Este, hospitales chilenos y argentinos, y los aeropuertos de Panamá y Haití.
En su múltiples viajes conoció a Picasso, Dalí, De Chirico y convivió con el Dr. Albert Schweitzer en el leprosario de Lambaréné.
Su vida artística trascendió a la pintura. Se involucró con la escultura, la arquitectura, el cine y las letras. Tuvo múltiples reconocimientos por esto, tanto a nivel nacional como internacional.
En 2003, fue nombrado “ciudadano ilustre de Montevideo” y en 2005 recibió en Buenos Aires el premio como “artista de las dos orillas”, por el Consejo de la legislatura de esa ciudad.
En setiembre de 2013, Páez Vilaró había concedido una entrevista al suplemento Domingo de El País, de Uruguay. Aquí un fragmento de esa entrevista: