El domingo, en el Teatro Municipal 1° de Mayo, se realizó una Gala de Ópera organizada por la Compañía Coral de Santa Fe, dirigida por Pablo Villaverde Urrutia. La actividad, tercer concierto del orfeón presentado por la Cámara Argentina de la Construcción Delegación Santa Fe, contó con las actuaciones estelares de la soprano rosarina María Belén Rivarola y la pianista platense (nacida en Bahía Blanca) Quimey Urquiaga.
En la primera parte, dedicada a la ópera belcantista (como bien se encargó de explicar el director), la solista hizo gala de sus capacidades técnicas y su aceitada fusión con el coro, junto a una experta pianista acompañante (que de todos modos lució en los pasajes instrumentales. Como ocurrió por ejemplo en la apertura con “Deh! Tu di un’umile preghiera”, de “María Stuarda” (Gaetano Donizetti). “Norma” (Vincenzo Bellini) fue abordada por el coro con “Norma Viene”, para sumar a la solista en una desafiante pieza como “Norma chefu? Guerra, guerra!”, El dramatismo creció en “¿Piangete voi? Al dolce guidami” de “Ana Bolena” (Donizetti).
La segunda parte se centró en la obra de Giuseppe Verdi, abriendo el coro con “Patria oppressa” (versión 1847) de “Macbeth”, continuando Rivarola en solitario (con destacado cambio de vestuario) en “D’amor sull’ali rosee” de “Il Trovatore”: en este segundo segmento, la rosarina explotó sus matices expresivos de soprano dramática. El coro “Gli arredi festivi” de “Nabucco” precedió a la sensibilidad de “Pace, pace mio Dio”, de “La forza del destino”.
La Compañía Coral hegemonizó el escenario saliendo del maestro italiano de la mano del “Coro de Románticos” de la zarzuela “Doña Francisquita” (Amadeo Vives), antes del legendario“Va, pensiero” de “Nabucco”, el coro de los hebreos que se convirtió para los italianos en himno de unidad y soberanía.
En el cierre de programa, Rivarola explotó sus dotes de intérprete para encarnar a la pícara Sylva Varescu de la opereta “Die Csárdásfürstin” (Imre Kálmán Koppstein), liderando a la compañía en “Heia in den Bergen”.
Ante la avidez del público, el coro interpretó fuera de progama la sentida “Regina Coeli Laetare”, de Cavalleria Rusticana (Pietro Mascagni). Rivarola y Urquiaga retomaron la densidad emotica con “Chi il bel sogno di Doretta”, de “La Rondine” de Giacomo Puccini. Para el último adiós, se realizó como bis “Heia in den Bergen”, en una interpretación más intensa que la primera.
Así pasó una destacada velada lírica, con un programa renovador para los atentos oídos santafesinos, que esperarán una próxima cita de estas características.