Por Ignacio Andrés Amarillo
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Tras una tarde mojada y amenazante, Luces Blancas tuvo a su cargo la apertura del escenario principal del Cerveza Santa Fe Música en el Río y estuvo a la altura del desafío, con la cantante Erika Villanueva (muy producida y de vestuario alado) animándosele a la pasarela, secundada por los teclados del polifuncional Nicolás López Soto y las consabidas gafas del bajista Alfredo Quinteros. Temas como “Caída libre”, “Nada”, “Lo que llevas dentro”, ejemplos de su sonido pop rock con estribillos entradores y algunos momentos intensos, fueron de la partida.
Luego Balú abrió el escenario 2, anticipando algunas canciones de lo que va a ser su próxima placa, con su rock de guitarras y melodías al frente.
Tras esto, el espacio central volvió a estar presidido por una dama: Virginia Barlasina volvió a poner su entradora voz y su altísimo jopo al servicio de la maquinaria sonora de Enterluz, capitaneada por las potentes guitarras de Martín Santiago Conti. Sus títulos parecen pedidos, “Atrápame” y “Despiértame”, o advertencias, como “Aguardándote”. “Persiana americana” de Soda Stereo fue parte del repertorio, cerrando con el corte debut “Esquemas”.
El otro escenario fue cerrado (en la acotada primera jornada) por Newmen, con su sonido <IC>nü<XC> metal que suma guitarras afiladas (de la mano de Iván Canova) y la combinación de voces melódicas (Martín Rivarola) y guturales (el bajista Pablo Ramírez). Hay algún piano en manos del cantante que pone cierta “goticidad” en algunos momentos, como así también subidas sucias y semitonales a lo Faith no More.
Revelación
Ya en el plano de las visitas internacionales, fue el turno de los costarricenses de Un Rojo, la gran sorpresa de la primera jornada, llegados al país de la mano de Nonpalidece. Trajeron una propuesta de reggae roots pero sin renunciar a un sonido moderno, presentando una formación a lo The Wailers: con dos teclados, trío de vientos con trombón y dos coristas de falda afro, buenas voces y coreografías elaboradas (la más morena, Kumary, recordando un poco a Tasha LaRae de Arrested Development, y María Laura cantando partes en francés).
Tocando algunas canciones de su nuevo material, “Fuerzas ancestrales”, con protagonismo de las chicas, y letras de contenido político anunciadas por el cantante y guitarrista Jaguar. En esa línea, tocaron “Get up, Stand up”, de Bob Marley, para invitar sobre el cierre a Néstor Ramljak de Nonpalidece a compartir un tema.
Nuevos y viejos
Y llegó lo que todos estaban esperando: Nonpalidece pisó el escenario de la Costanera para presentar “Activistas”, su último material, acaudillados por Ramljak (un frontman divertido y con llegada al público) y el histórico bajista Facundo Cimas. Acompañando en la línea de voces estuvo Gabriela De Lorenzo, una petisa de rulos que redondea cálidamente el producto final.
“De nuestro último disco, ‘Activistas’, algunas canciones nuevas para toda la gente: por la paciencia y el respeto”, presentó el cantante, al frente del escenario dominado por la pantalla amarilla que presenta la estética de la nueva placa, por si alguien no lo tenía claro.
Pero lo nuevo fue en combinación con las canciones probadas que la gente quería escuchar: tras la canción que bautiza el disco, vinieron “En el aire”, “Tu sueño” y “Feed me”.
—¿Qué dice la monada? -preguntó el vocalista, con un pañuelo tapando su ojo derecho bajo la gorra portadreadlocks.
Luego el maratón siguió con “El fuego en nosotros” y “Resplandor”.
—La familia ha tomado el espacio público para disfrutar de un concierto. Que tengan un buen año -pareció despedirse.
De fiesta
Pero todavía quedaba más, y así pasaron la novedosa “Herencia” y “Algo en qué creer”; —Todas las manos arriba los que sepan esta canción -propuso Ramljak, antes de entrarle a “Mi fortaleza”, a la que siguieron “¡Ay no!”, “Love Song”; “Danger Man” y el sutil <IC>downtempo<XC> de “Young girl”:
—Conmigo, gente linda, Santa Fe, porque el reggae por el barrio hace bien y es necesario: “¡Para donde corrés!” -presentó el frontman.
Sobre el final, la gente empezó a entonar “Dale dale Nompa”, y Néstor puso el micrófono al revés para que la gente cante la festiva “La flor”, en la que mechó un pequeño recitado antes del adiós definitivo, que el vocalista anunció a sus músicos con un claro gesto sobre el cuello.
Por último, volvió el excitado presentador, elegido por la empresa organizadora, para invitar a los presentes a regresar un día después.
—Queda mucha música para vivir en este fin de semana -anticipó.