La emblemática banda argentina de reggae regresa de una gira internacional y de una grabación en Jamaica de sus clásicos reversionados, para transitar nuevamente los caminos del país. En diálogo con El Litoral, el tecladista Martín “Fito” Mortola repasó estas experiencias y anticipó parte de lo que se viene para esta formación con 27 años en activo.
La banda en Jamaica, donde se empaparon de la cultura de la tierra del reggae, y grabaron en tres estudios de la isla. Foto: Gentileza Santiago “Gallo” Bluguermann
Nonpalidece vuelve a Tribus en el marco del Dejando Huella Tour 2023, que toma nombre de uno de los temas del último disco, como emblema y descripción de lo que vienen haciendo durante estos 27 años de trayectoria: marcando un camino como referentes del reggae en Latinoamérica. Las entradas están a la venta en la boletería de Tribus(de miércoles a domingo, de 18 a 0) y a través del sistema Ticketway y sus puntos de venta (online y físicos).
Anticipando a esta venida, El Litoral conversó con el tecladista Martín “Fito” Mortola, integrante de una formación consolidada que se completa con Néstor Ramljak (voz), Facundo Cimas (bajo), Germán Bonilla (batería), Bruno Signaroli (guitarra), Agustín Azubel (saxo tenor) y Ariel Sciacaluga (percusión).
Por el mundo
-Vienen de girar por España y Chile, y están arrancando el Dejando Huella Tour 2023. ¿Cómo vivieron ese tramo internacional de gira en abril, y cómo se están preparando para este reencuentro con el público de siempre?
-Más que contentos: salir a tocar afuera no deja de ser fuera de lo común: siempre nos llama la atención, nos gusta. Volvemos justo de una gira por España y Chile, y como bien decís encaramos una gira en la que queremos recorrer gran parte del país; que es lo que solíamos hacer siempre y con esto de la pandemia en algún momento dejamos eso un poco de lado, y dejamos de tocar la cantidad de tiempo que tocábamos. Estamos más expectantes: con un disco nuevo y con muchas ganas de salir a tocarlo y a mostrarlo.
-También estuvieron en Jamaica, grabando el disco de clásicos que venía bastante prometido. ¿Qué se puede contar de ese trabajo?
-Estuvimos alrededor de 13, 14 días en Jamaica: otro de los de los sueños cumplidos o inimaginados para nosotros, pero se terminó dando. Fuimos recorriendo la isla, los primeros cuatro días nos recomendaron hacer eso: empaparnos un poco de lo que sucedía alrededor, después de haber visto durante tanto tiempo videos, haber escuchado música y haber tocado durante tantos años el género al cual amamos. Estuvimos ahí un poco de recorridas y después estuvimos recorriendo tres estudios, donde grabamos 16 canciones; que esperamos que dentro de no más de un mes y medio, o dos como mucho, empecemos a mostrar de a una.
Con algunos invitados (esa es la parte que tanto no vamos a contar) pero sí, como decís vos, es un disco de clásicos. Es que es todo tan fugaz últimamente que tenés que guardar las cosas,o nos tenemos que ir acostumbrando a esos formatos.
-Así como se dosifican los singles, dosificar la información.
-Y sí, nos cuesta, porque han pasado cosas que nos han alucinado y que queremos mostrar ya; pero también entendemos que es parte de lo que sucede hoy en día, y también hay que ser parte de todo eso: estar atentos a lo que sucede alrededor nuestro, no sólo musicalmente sino también en cómo se muestra lo que uno hace.
-En Jamaica hay mucha cultura de los estudios, del género, los equipamientos analógicos, como para hacer el reggae al mejor nivel.
-Pasaron cosas raras: darnos cuenta que (lo sabíamos también) que acá en Argentina más allá de que hay grandes estudios también están muy bien armados técnicamente; y allá quizás esa cosa pasa por otro lado, es como: “¿Ustedes querían venir a grabar a Jamaica? Bueno acá se graba así: se graba con la batería así”. Y esa batería va a sonar bien; y vos te quedas pensando: “Tenía razón, la batería suena bien, no hacía falta que tuviese todo lo otro que quizás uno imaginaba”.
Es el lugar de donde salió ese estilo; uno quizás pensaba (o yo por lo menos) que eso no sé si había pasado de moda, pero quizás no se curtía tanto como me lo imaginaba. Y todo lo contrario: está ahí muy latente todo eso, la obra de Bob Marley, el reggae, y eso se palpa en cada uno de los estudios a los cuales fuimos.
Síntesis
-Son 16 canciones. ¿Cómo fue elegirlas? Han hecho muchas en 27 años de trabajo.
-Algunos de nosotros estamos un poco más en contacto con las redes sociales, porque más allá somos un proyecto que es un poco independiente. Al estar ahí metidos también empezás a mirar (si bien te das cuenta en los shows,) qué es lo que a la gente más le gustaría escuchar. Por ahí se empezó a armar el esqueleto de la lista; y después también empezar a encontrar las canciones que teníamos ganas de volver a tocar, de reversionar o de hacerles algo; que teníamos ganas de invitar a alguien
Un poco de las dos cosas: es ver qué es lo que más lo que más se escuchó durante todo este tiempo de nosotros, porque hacer un disco de “lados B” tampoco estaba en nuestra cabeza; y mezclar un poco entre las dos cosas.
-Hablabas de reversiones. ¿La idea era buscarle a cada una vuelta, o hay algunas a las que el paso del tiempo y de haberlas tocado a lo largo del tiempo las fue mutando? Como para decir: “Registremos cómo las tocamos ahora, que es distinto a aquella época”.
-Hay algo que es inevitable, que es el paso del tiempo, y que por suerte no somos los mismos; intuyo que durante todo este tiempo hemos aprendido otras cosas y a tocar de otra manera: eso es lo más interesante (risas). Fuera de eso hay canciones que ya habían sufrido cambios a lo largo del tiempo, que no las tocábamos más como estaban en el disco. Quizás eso dejarlo plasmado en un disco (valga la redundancia) era algo que nos parecía interesante.
Después como todo, siempre van apareciendo cosas: por más que batería y bajo lo graben de la misma manera que en el disco, después todos los demás instrumentos cumplimos papeles de arregladores, o de generar alguna idea. Y siempre hay algún disparador que te lleva algún otro lugar. Ni hablar de las canciones que tienen feat, que eso ya de por sí toman otra identidad, porque estás tocando con otra persona.
Encapsulados
-El último disco, que lleva el nombre del grupo, les trajo varias satisfacciones: ganó el Premio Gardel el año pasado, tuvo una gran recepción, y sigue muy vivo. ¿Qué balance hacen de ese trabajo a un año y medio de la salida?
-En principio fue el lapso entre disco y disco más largo que tuvimos: necesitábamos hacer música nueva, más allá del contexto en el que después se hizo, que le dio otro condimento. Había pasado bastante tiempo, producto de esto que te comentaba anteriormente: somos una banda que toca muchísimo en vivo. En ese momento había una idea de hacer un disco en el año que arrancó lo de la pandemia; pero después nos tuvimos que acomodar a toda esa situación.
La primera rareza (que jamás lo hubiéramos imaginado) es haber grabado el disco de la manera en que lo hicimos: prácticamente a distancia. Ahí también encontramos otro montón de cosas, que quizás jamás hubiésemos encontrado si no hubiese sucedido lo que sucedió: siempre entre todo lo malo aparece algo que es interesante.
Nos pudimos abocar a hacer un disco durante todo ese tiempo, que tiene un significado especial. De hecho es algo medio raro para una banda que está a punto de cumplir 27 años que el último disco se llame como la banda: generalmente se hace en un primer disco. Hubo un resignificado de todo eso, y quedamos bastante más que conformes y contentos.
Mirada propia
-La canción que cierra el álbum, “Todo pasa”, tiene el cuarto video, que lo hicieron nuevamente con Santiago “Gallo” Bluguermann, que ya es el referente visual de la banda.
-Sí el Gallo viajó a Jamaica con nosotros, a hacer una especie de documental que va a tener el disco, y como una pequeña historia que va a tener cada canción. El gallo es una de esas personas se amalgamó bastante con la banda, y eso es lo que nos suele pasar a nosotros bastante: quizás la persona nos termina entrando mucho más y después empezamos a desarrollar toda una parte laboral. Así que ahí andamos con el Gallo, es el cuarto video, y más allá de que nos saca fotos está con nosotros hace un pedazo de tiempo.
-Uno ve una foto o un video de Nonpa y es esa estética.
-Sí, totalmente. Calculo que también debe ser eso: la confianza que le dimos a él, el conocimiento de nosotros, más allá como músicos, también como personas, porque ha pasado y pasa mucho tiempo con nosotros.
Nuevos y viejos caminos
-La gira está anunciada hasta julio. ¿Cómo sigue el año de Nonpa?
-Sigue bastante agitado, por suerte. Hasta julio está ahí anunciado, creo que lo último es Córdoba. Después en agosto volvemos a Europa otra vez: vamos a estar por primera vez en el Rototom, que es un festival en el cual hacía muchísimo tiempo que teníamos ganas de asistir, y esta vuelta se ha dado.
Hasta ahí recuerdo: sé que hay una gira por el sur del país, que se va a anunciar dentro de muy poco. Y la idea es como charlábamos anteriormente: volver a recorrer el país tocando el disco, con esta gira, Dejando Huella Tour; y esperar a que empiecen a salir las canciones de lo de Jamaica, para de alguna manera ir dejando de lado el disco nuevo (por más que sea haya pasado tan poco tiempo) y empezar a mostrar esto. Y nosotros a nivel personal ya empezar a pensar en alguna otra cosa nueva, porque eso está ahí dando vueltas también.
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