Viernes 29.4.2022
/Última actualización 12:05
Manolo Salguero, músico tucumano de 44 años transitó un largo camino hasta llegar a su segundo disco “Pachakuti”, editado en forma independiente. Su flamante propuesta, que ya se puede escuchar en YouTube y en Spotify, reúne ocho canciones, una de la autoría total de Manolo Salguero, dos de en coautoría con Luciano Aragón, otra en coautoría con Hernán Bolletta, dos recopilaciones inéditas de la coplera doña Celia Segura de Andrade, una de Nancy Pedro y otra de Leopoldo Deza. Todo eso con la producción de Javier Nadal Testa. Desde hace más de una década, Manolo se dedicó a la investigación de las expresiones musicales y culturales de Tucumán y Catamarca. Y de toda esa experiencia se nutrió para este álbum experimental dedicado a la música ancestral de los Valles Calchaquíes con nuevas sonoridades.
El nuevo disco, según el propio músico, forma parte de una búsqueda personal de lo esencial. “La mayoría de las canciones fueron concebidas en lugares donde encontré cosas esenciales para mí. Por ejemplo, ‘Pacha’, nació de un encuentro de vidaleros en Palo Blanco, Catamarca, ‘Felisa Balderrama’ en Amaicha del Valle así como las coplas de Doña Celia Segura de Andrade. Mi familia es de origen rural, mis abuelos y bisabuelos fueron obreros azucareros y peladores respectivamente, mi niñez y adolescencia transcurrió en ese paisaje donde lo esencial era lo cotidiano, aunque parezca simple, eso que ocurría cotidianamente me marcaba todos los días muy profundamente. Cuando fui creciendo y caminando los lugares a los que nos lleva la música, volví a encontrar esa cotidianeidad esencial en el valle, en sus habitantes y en su música, que forma parte de un todo. Es por eso que he sentido tan profunda conexión con estas canciones y este disco”.
“Pachakuti” significa revolver el tiempo, en un doble sentido: perderse en el tiempo viejo y renovarse en el tiempo nuevo. Salguero evocó su descubrimiento de este término. “Hace unos años, por el 2005, hice un viaje a Bolivia, el cual despertó un interés profundo por la cosmovisión andina, la misma estaba impregnada en todo mi entorno y no había tomado conciencia hasta ese momento. El término lo leí por primera vez en un libro del antropólogo Rodolfo Kusch ‘América Profunda’, no sé por qué casualidad del universo lo encontré revolviendo una biblioteca de mi hermana, una aparición luminosa. A partir de esa lectura compleja e intrigante comencé a interesarme muchísimo por el universo andino, y participar de las celebraciones en el valle con otra conciencia”.
Ese hallazgo fue crucial para nombrar al disco. “Tome el término cuando compuse ‘Pacha’, cuya letra habla de los ciclos agrarios andinos, del tiempo circular, y del anhelo que de ese horizonte (‘Pacha Kaylla’) se construya y volver a eso esencial de lo que hablaba antes, pero de manera nueva y distinta. Y creo que el disco, musicalmente hablando, tiene ese punto de ‘Pachakuti’, ese tiempo de encontrarme parado en un lugar cargado de cosas esenciales de un tiempo muy antiguo y al mismo tiempo con todas estas sonoridades nuevas. Sentí que podían conversar estos dos mundos y llevarse muy bien, y por qué no una tentativa de construcción de algo nuevo que contenga todo lo antiguo y enraizado, usando toda la tecnología disponible en estos días al servicio de estas canciones. Aquí entra el papel fundamental de Javier Nadal Testa, productor musical del álbum”, explicó.
Gentileza Carolina Ramos D.RFoto: Gentileza Carolina Ramos
Encontrarse con las coplas
Pachakuti se encuentra atravesado por la música ancestral de los Valles Calchaquíes. “Hace unos años, cuando aún me encontraba trabajando en mi primer disco, comenzamos junto a un gran músico tucumano Alberto Villafañez una investigación y trabajo de registro de las copleras y copleros del valle, el venía de residir en Brasil dos años, donde ahondó en el estudio de las músicas más antiguas del lugar. Alberto despertó en mí la curiosidad de mirar más adentro de una música que si bien conocía, nunca me había relacionado con ella más allá de haber escuchado en los festivales del valle a una coplera o coplero. Por ese tiempo llegue al encuentro de copleros de Purmamarca, mi corazón estalló de algo que no podía explicar, desde ese momento comencé a relacionarme con esta expresión desde otro lugar, y casi todo lo que escribía y componía tenía que ver con esto, sin ser estrictamente una forma musical vallista. Luego, ya en el proceso del disco en sí, comenzamos a buscar las sonoridades que conversen con estas composiciones que nacieron casi desnudas, una caja y una voz, una guitarra y pocos acordes, imaginándonos cómo conservar toda esa esencia con sonidos actuales”, apuntó.
Gentileza Gabriel Lemme D.RFoto: Gentileza Gabriel Lemme
A partir de su trabajo, Manolo forjó un estrecho lazo con artistas en Tucumán y Catamarca. “Estos territorios, que son más extensos que las actuales divisiones políticas respectivas, son fundamentales en la genealogía de la música de raíz actual, es imposible pensar en una zamba, una vidala, una baguala sin relacionarlo en el tiempo con todo lo más antiguo,como el joi joi en el valle calchaquí, los vidaleros de la zona de la Herradura en Catamarca, donde el canto más antiguo vive, allí el entramado de voces tejiendo la vidala te transportan a un paisaje surrealista, donde ni siquiera existe la palabra. Y ese canto primero, es el fruto esencial, el canto que une, el canto que despierta y somos nosotros quienes lo codificamos al presente. Esto está estrechamente relacionado con la forma de vida de estos territorios y le dan ese tinte salvaje e intenso que inclusive reina en las ciudades de estas provincias escapando al ámbito rural”, aseguró.