En agosto de 2020, para aliviar en algo la pandemia, llegó a Netflix la quinta temporada de Lucifer, la serie en que el Ángel Caído vive como un humano más en Los Angeles -donde más-, administrando el club nocturno llamado Lux y asesorando a la policía local.
Un ciclo donde los seguidores del espacio protagonizado por el galés Tom Ellis, que lograron que este reviviera en el streaming tras su cancelación en el canal Fox, se reencontraron con el personaje y también con su mayor antagonista, su gemelo Michael.
Tenés que leerVideo: Netflix presentó el trailer del tramo final de LuciferQuien en las emisiones iniciales de su quinta entrega había logrado hacerse pasar por el Príncipe de las Tinieblas hasta que algunos empezaron a sospechar de él por un pequeño gran detalle: él sí sabía engañar a diferencia del real Lucifer, que nunca dice una mentira.
La primera de varias revelaciones que formaron parte de las ocho emisiones, de un total de 16, que debutaron hace nueve meses. Donde el público además supo de la madre de la demonia Mazikeen (Leslie-Ann Brandt), o simplemente Maze, en un capítulo especial.
Además de ver a Dan (Kevin Alejandro) recuperándose de la pérdida de Charlotte (Tricia Helfer), a Ella (Aimee García) sufriendo por amor, y a Amenadiel (D.B. Woodside) y Linda (Rachael Harris) aprendiendo a ser padres de un niño mitad humano y mitad ángel.
Aunque el final de esa primera entrega fue más sorprendente de lo que se esperaba: cuando se sumó a la trama Dios -encarnado por Dennis Haysbert-, quien apareció ante sus hijos Amenadiel, Michael y Lucifer mientras peleaban en la estación de policía.
Y la segunda parte del quinto ciclo se inicia precisamente con su arribo celestial, que pronto comienza a afectar las existencias de sus “angelicales” retoños, como también de quienes son parte de sus vidas, luego de que les comunica que se quedará por unos días.
Así, Dios sigue a Lucifer a su trabajo junto a su amada Detective, o Chloe (Lauren German), y también organiza una cena familiar en la casa de Linda y Amenadiel, donde el ex monarca del infierno decide enfrentar a su padre y enrostrarle unas cuantas verdades.
Y además, gracias a su poder sin límites, el creador del universo convierte una de las emisiones de la serie en una sucesión de números musicales, donde participan seres divinos y humanos, aunque estos últimos no tienen conciencia de su accionar artístico.
Todo mientras Lucifer y Chloe deben buscar al o los culpables de varios asesinatos, entre ellos el de un árbitro de fútbol americano, un boxeador y la encargada de un acuario. Muertes a la que sorpresivamente se sumará la de un personaje muy importante de la serie.
Un momento para que el espectador debe estar preparado con varios pañuelos, que se suma a otras situaciones inesperadas que son parte de esta conclusión de temporada, incluida la posibilidad de que Lucifer pueda obtener un importante ascenso laboral.
Donde una vez más es clave el trabajo de Tom Ellis como el personaje que creó para el cómic Neil Gaiman, luchando ahora por convertirse en alguien mejor por amor, aunque su egocentrismo nunca desaparece. Además de Dennis Haysbert como un muy cercano Dios.
Un cierre de ciclo que, como es de esperar, termina con un episodio que deja abierta la puerta a su sexta y última temporada, que debería debutar en Netflix en un futuro cercano. Aunque los fanáticos de Lucifer Morningstar no estarán nunca preparados para decirle adiós.