El dúo conformado por el saxofonista Diego Núñez y el guitarrista Pablo José Ayala publicará su primer material discográfico en las principales plataformas virtuales, con una edición en CD a través del sello Casa de los Ayala Ediciones. En diálogo con El Litoral, los artistas repasaron el camino que los trajo hasta este presente.
Gentileza Jorge Pepermans El dúo comenzó en 2012, y el álbum capitaliza esos años de química entre los dos y fogueo de las canciones.
El dúo conformado por el saxofonista Diego Núñez y el guitarrista Pablo José Ayala publicará este viernes su primer material discográfico. A partir de ese momento “Calor” estará disponible en las principales plataformas virtuales, y cuenta además con una edición física en formato CD a través del sello Casa de los Ayala Ediciones. Los interesados en adquirirlo pueden comunicarse al correo electrónico [email protected] o a través de la mensajería de las cuentas en redes sociales del grupo (Instagram y Facebook: @nunezayalaoficial).
El Litoral conversó con ambos artistas para repasar el recorrido del proyecto y su concreción en este flamante álbum.
Tiempo propio
-Antes que nada, ¿por qué “Calor”?
Diego: -El nombre del disco medio que lo decidí yo expeditivamente, porque fue la primera partitura pensada para la guitarra y el saxo.
Pablo: -Un tema que se llama “Polka Calor” que escribí yo. Es también el primer tema del disco, y Diego lo posiciona como el primer tema que nació específicamente para la formación. Ya veníamos tocando, guitarreando, pero ahí hubo un concepto. Además está la sensación de la energía, ese empuje que tiene el clima caluroso.
Diego: -Tiene que ver un poco con la potencia que te a desarrollar más temperatura; efecto que buscamos cada vez que tocamos. También porque el nombre refiere a la tarde calurosa cuando Pablo compuso la canción. La idea es que irradie la temperatura al resto del disco.
-Arrancaron con el dúo en 2012, hubo un largo recorrido en escenarios y algunos registros audiovisuales, incluso en el exterior. ¿Por qué recién ahora decidieron grabar el primer álbum?
Pablo: -La verdad es que al tema del tiempo lo veo como una gran ventaja: no cumplir esa cuestión de la productividad capitalista, de tener urgencia en generar material; sino dejar que se vaya desenvolviendo con el tiempo. Las canciones llegan súper maduras: hay algunas que tienen todos esos años encima, ocho años de ser tocadas antes de ser grabadas; entonces se escuchan los resultados.
Por ahí son procesos, como todo lleva tiempo. Siempre uno quiere tener los discos, y quiere incluso el disco físico en la mano, pero este es el momento que le tocó; y que a su vez permitió muchas cosas. Cuando empezamos interpretábamos tango y folclore, música ajena. Y con el paso del tiempo fui componiendo cada vez más para el grupo; toda la última etapa está principalmente marcada por las composiciones propias y los arreglos originales.
Entonces nos parece que en ese plan el tiempo le hizo bien al disco, y llega en un buen momento: es un buen mojón de lo que se hizo y un buen lugar para de ahí seguir para adelante.
Gentileza Jorge Pepermans Después de recorrer muchos escenarios en la ciudad y el exterior, ahora llega el turno de mostrar el material por la provincia.
Después de recorrer muchos escenarios en la ciudad y el exterior, ahora llega el turno de mostrar el material por la provincia.Foto: Gentileza Jorge Pepermans
Exploración
-El repertorio llega aceitado por el rodaje previo. ¿Cómo eligieron los temas que iban a grabar de entre los que han preparado en este tiempo?
Diego: -Nos llevó un par de tarde seleccionar, porque teníamos más temas. Uno está sentado siempre sobre la idea de que el producto que va a presentar tiene que ser elaborado, profundo, cerrado; por ahí de la formación en la que vengo está esa característica. Un rasgo que distingo del laburo con Pablo es el valor que tiene sentarnos a tocar un tema y que podamos armar el arreglo en el momento; como es el espíritu de la peña.
Entonces en la selección del repertorio me gustaba la idea de combinar arreglos especiales, que tienen mucho trabajo desde el punto de vista tímbrico (el saxo es un instrumento bastante potente, ensayando con la guitarra criolla sin micrófono, está bueno ese laburo) con aquellos que surgieron de una manera súper espontánea y quedaron muy simples. La tercera pata son las piezas originales. Entonces el eje fue ese: cómo combinar esas tres líneas.
Pablo: -El tiempo también va haciendo crecer a las canciones, y había algunas que ya sonaban bárbaro, se notaba que iban de cajón, estaban apuntadas. El caso más particular de todos es el de una polka que se llama “El abajeño”, el segundo tema, que además está tocado en grupo: es el único en el que somos cinco (se sumaron el Pichu Piccioni en percusión, Danilo Cernotto con el bandoneón y mi hermano José con el contrabajo).
Tenía varias cosas escritas que todavía no habían entrado al repertorio, como todavía tengo algunas que están haciendo la colita para entrar. Le mostré ese tema a Diego, y él dijo que estaba bueno, que tenía que entrar. Lo empezamos a probar y pensamos en esta posibilidad de tocarlo en grupo.
Grabamos entre agosto y septiembre del año pasado, plena pandemia. Entonces cuando resolvimos la cuestión protocolar para poder juntarnos con el grupo, que tocamos el arreglo que teníamos escrito, fue como explotó el tema. Era algo que no habíamos escuchado, a diferencia de casi todo el resto que sí lo teníamos en la oreja.
Diego: -“El abajeño” puede ser una síntesis de las tres cosas: es una pieza original, está sobre la base de un bosquejo y se terminó de armar en un par de ensayos y en el estudio.
-En el dúo por un lado hay una cruza entre un instrumento de raigambre más clásica o jazzística como es el saxo y el instrumento omnipresente en la música popular que es la guitarra. Pero al mismo tiempo por momentos se da esa circunstancia en que el saxo ocupa el lugar de la voz cantante en lo que sería un dúo de voz y guitarra.
Pablo: -Sí. Ahí también se da el factor del tiempo. Cuando empezamos estaban bien claros los roles: la guitarra, un instrumento que funciona muy bien acompañando; y el saxo, un instrumento muy lírico que puede hacer muy bien ese papel de cantar.
Con el tiempo, y viniendo para la música más nueva, fuimos haciendo amigar esos dos sonidos, y acercándolos a que la guitarra hable un idioma más parecido a lo que habla el saxo, y que el saxo se ponga al nivel de la guitarra para conversar mano a mano y hacer contrapuntos. Por ahí vienen un montón de posibilidades súper agradables.
Diego: -Me gusta pensar el instrumento con posibilidades ilimitadas. Estamos en la búsqueda de encontrar nuevos roles para el saxo y la manera de tocarlo. Eso también tiene un ancla en mi laburo con el instrumento desde siempre, que me da la posibilidad de tocar todo lo suave que se pueda; y enmascararme, experimentando con las articulaciones con la guitarra para poder “hacer sombra” también y cumplir otro rol que no sea el de llevar la melodía.
Es un trabajo en progreso. Estoy estudiando bastante eso dentro de la música popular: cómo con un instrumento melódico poder cumplir un rol de segundo o de acompañamiento de otro instrumento melódico.
De visita
-Hay clásicos como “Volver”, “El choclo” o “Palomita blanca”. ¿Cómo es el desafío de volver a encarar cosas tan tocadas como para encontrarle una vuelta de tuerca más?
Pablo: -Sí, en eso no tengo tantos problemas, será por el recorrido que hice de música popular; no tengo mucho problema en visitar los clásicos, porque es como ir a ver a un pariente querido o a una persona que querés. Siempre las visitas traen frescura, traen alegría. Muchos de estos temas tienen arreglos que los empecé hace un montón de años: la chaya ya en el 2002 tenía un arreglo que tocaba con mi grupo de ese momento. Son ideas que aparecen con la visita a esos temas y que se van renovando siempre; en este caso desde que empezamos a trabajar con Diego cada vez más intensamente fueron agarraron otra frescura, otras posibilidades.
Diego: -Los tres que mencionás han tenido recorridos diferentes: “El choclo” era un arreglo que estaba escrito, lo tocamos así; casi que no sufrió modificaciones. En “Palomita blanca” unificamos la versión que tenía Pablo en el oído y la que tenía yo, Y fuimos armando el arreglo juntos. Y “Volver” tiene algunos obligados pero siempre es una versión diferente. En la grabación participa Danilo como invitado y fue: “Bueno, toquémoslo”, algunas palabras nomás, y fue bastante dinámico al camino a la grabación: no se pautaron demasiadas cosas, salió así como lo veníamos tocando.
Pablo: -Posiblemente sea el tema más parrillero del disco: Si bien ya teníamos una versión que veníamos tocando hace rato, cuando entró Danilo fue escucharnos, Respirar juntos, Seguir la energía y lo que pasaba ahí, y terminó súper bien la versión.
-Hay un rescate de Remo Pignoni, un compositor de la provincia bastante olvidado.
Diego: -Depende para quién. Yo vengo bastante de la música clásica, estoy en contacto con muchos pianistas, y los pianistas lo tienen muy a mano a Remo. “Por el sur” es un tema que siempre me gustó, lo cantaba de chico en coros; después me tocó un trabajo pedagógico que hizo Ruth Hillar para la flauta, con acompañamiento de músicos en vivo para el Crei; lo adaptamos al saxofón, y tomé eso como base para tocarlo con Pablo.
Era una de las cosas que estaban en el banco de suplentes en su momento; de repente entró en el segundo tiempo y le dio otra cara al partido: entonces quedó en la formación definitiva. A eso le agregamos el contrabajo, me encantó cómo quedó.
Pablo: -La verdad que no lo había pensado mucho en la forma en que planteaste la pregunta, pero qué bueno también si podemos colaborar, así sea un poquito, en hacer circular una música que es exquisita. Pienso que sí, que podría tener más lugar; Tienen reconocimiento importante: el Negro Aguirre lo reconoce a Remo entre sus maestros de la música popular. Y otro es el caso del querido amigo y maestro Ernesto Snajer, que también es un gran difusor de la obra de Remo. Así que está bueno poder aportar también a que circule esta música.
Convites
-Hablaban de las invitaciones en los momentos en que se amplía la formación. ¿Era darse el gusto o algunas canciones “pedían” un poco más?
Diego: -Los invitados vinieron, si no me equivoco, para el momento del disco.
Pablo: -Estábamos guardados en ese momento.
Diego: -Está bien, pero siempre hemos tocado la música, que en el disco sonó con invitados, en el formato de dúo. Creo que puede llegar a ser una combinación: es darnos el gusto de compartir con otros instrumentos y con estos músicos; y por otro lado cuando uno tocaba estas músicas se podía llegar a imaginar que estaba esta proyección.
Pablo: -La zamba “El libro viejo”, que es mía, siempre la tocábamos instrumental, pero tenía una letra que estaba expectante. Llegado el caso, cuando empezamos a pensar el disco en la totalidad, apareció la idea de que alguien cante el tema. Y pensamos que no sea alguien tan del círculo más cercano, o de los colaboradores más habituales que por ahí tenemos Diego y yo, que hubiera sido el caso más lógico; si no abrir un poco la jugada y asociar a alguien querido, admirado, y no tan cercano.
Apareció ahí el nombre de Gustavo Cortés, el Tavo querido de Sig Ragga: le propusimos y primero fue una sorpresa, o un regalo. Cuando escuchamos el tema con la voz de él, fue un viaje inesperado. Es un regalo para nosotros mismos y para quien escuche el disco.
Después el otro tema de esos es uno mío que se llama “Colca”. A mí me apasiona mucho el sonido en general, el sonido de las ciudades, de la calle. Entre 2017 y 2018 justo agarramos un momento en que viajamos mucho, y pudimos viajar a Perú a tocar en un festival de saxofones y recorrimos varias ciudades. En una de ellas hice una grabación de una conversación sobre el consumo de la carne de cuy, que tenía unos acentos muy atrapantes, muy lindos.
Armé en un momento una programación rítmica sobre ese audio, como un juego. Cuando se lo mostré a Diego, era sólo la voz con un ritmo. Él me plantea: “Escribile una parte de saxo y lo estreno en Sonido Presente”, ese año en el Instituto Superior de Música. Le escribí una parte para saxo barítono, y Diego lo estrenó con la pista y con el saxo: fue una alegría.
Cuando empecé a escuchar más el tema, me di cuenta de que tenía un aire entre huayno y cumbia, esa música popular peruana que nosotros también tenemos mucho acá. Finalmente lo convertimos, y es el único tema que tiene sobregrabaciones: es el único que no podríamos repetir idéntico en vivo porque hay varias guitarras grabadas, que no es el caso de ninguno de los otros. Además hay muchas programaciones además, y está la compu haciendo su parte. Está el Pichu Piccioni, mi hermano José y nosotros, interactuando con la computadora y esa pista.
En ese caso puede que el tema lo haya pedido, Pero también se dio y se armó, Y es un color súper atractivo para el disco.
Hacia adelante
-El disco sale virtual y físico el viernes. ¿Cómo sigue la cosa después?
Diego: -Es la pregunta que nos hacemos nosotros. Lo que más queremos es seguir tocándolo durante este año, porque ya estamos en un proceso de nuevos bosquejos, nuevas músicas. Hemos tocado bastante afuera, por eso tengo el deseo de poder tocarlo más en la provincia de Santa Fe, fuera de lo que es nuestra ciudad, donde por suerte hemos tocado bastante, pero no así en el resto de la provincia. El disco se dio a través del premio Estímulo de Espacio Santafesino; entonces una manera de “devolver” ese premio es hacerlo circular por la provincia.
Y después sí ya hay lugares que estamos pensando para tocar en Argentina, llevar el disco físico a la vieja usanza y promocionar que se pueda escuchar en las plataformas. Es por ahí: tocar y volver a contactarse con el público. El sábado fui a escucharlo a Pablo, que tocaba con Itatí Barrionuevo, y estaba un poco sensible también porque fue el primer recital de Santiago, mi hijo; estar escuchando otra vez música en vivo me puso en un lugar de darme cuenta lo que había extrañado eso.
Pablo: -Coincido en los deseos. También ya estamos pensando en alimentar la cuestión audiovisual, seguir empujando la circulación en las condiciones en que se puede hoy día, en donde lo virtual es tanto o más importante que lo presencial.
Nos movemos bastante en los ambientes de los encuentros de saxofón, de los festivales. Diego es además un gran maestro acá en la ciudad y alrededores. Hay mucha avidez de repertorio: muchos de los que nos escuchan nos piden la música escrita, y está empezando a circular. Ahí se abre una puerta muy interesante para generar una movida entre los propios músicos, además del público.
Diego: -Le mandamos el disco al profe del Conservatorio Superior de París y fue una respuesta rápida al consultarme si la música está editada, porque le interesaba para sus estudiantes. Tienen un súper nivel pero en la experiencia de adentrarse en los estilos de otros países tienen su dificultad. Todavía no le respondimos porque nos gustaría hacerlo con algo de la música, por cortesía. No hay mucho repertorio para saxo y guitarra, es interesante la vertiente pedagógica.
Pablo: -Tengo mucha música nueva escrita: este tiempo de encierro sirvió para generar cosas nuevas para entrar a sonar. Así que todo viene muy auspicioso.