Hace 20 años se estrenó “Gata Flora…? Por algo será”, unipersonal escrito y dirigido por Marcela Cataldo, con la actuación de Fabiana Godano. Ahora, Marina Serruya, sobrina de Cataldo, retomó el proyecto, lo adaptó a los nuevos tiempos y a los cambios de paradigma culturales. El resultado se podrá ver a partir de este fin de semana.
Gentileza producción Tanto Fabiana Godano desde la actuación como Marina Serruya desde la dirección y adaptación, decidieron conservar el texto original, pero le añadieron sutiles correcciones e incorporaciones.
“¿Gata Flora...? Por algo será…” es un unipersonal humorístico tipo café-concert, escrito por Marcela Cataldo, quien lo estrenó en 2001 bajo su propia dirección y con la interpretación de Fabiana Godano. Veinte años después, la obra teatral vuelve a la escena santafesina, nuevamente con el protagonismo de Godano, pero en esta oportunidad bajo la conducción de Marina Serruya, sobrina de Cataldo, quien adaptó el texto y la puesta en escena a los nuevos tiempos.
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Foto: Gentileza producción
“¿Gata Flora…?”, cuya nueva versión subirá a escena este viernes en la Sala Marechal del Teatro Municipal (San Martín 2020), está centrada en una mujer que, debido a los golpes de la vida, termina encerrada en una coraza. Y por eso demanda la ayuda del público ante su dilema: ¿ser o no ser una ‘Gata Flora’?. A partir de esa búsqueda, este unipersonal desarrolla reflexiones sobre el amor, la maternidad, el paso del tiempo y la independencia.
Desde el equipo que tiene a cargo el proyecto, señalaron que el material original sufrió modificaciones en busca de una mirada más actual de la problemática y de hacer evidente el paso del tiempo. “Siendo conscientes de los cambios de paradigma culturales, resurge esta propuesta y se resignifica, poniendo el foco en el universo femenino e invitándonos a reflexionar sobre las exigencias que conlleva ser mujer en la sociedad, sin perder de vista que aún queda trabajo por hacer y derechos por conquistar”, explicaron.
Un espectáculo grabado en la retina
Marina Serruya compartió en un contacto con este medio las sensaciones en relación a este reencuentro con el material, que calificó de emocionante. “Estábamos transitando el momento más álgido y desesperanzador de la pandemia cuando recibí un llamado sorpresivo de Fabiana presentándome esta propuesta”, explicó.
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Cuando se produjo el estreno de la obra original, en 2001, ella tenía apenas 11 años y era algo así como parte del equipo. “Lo que no era nada ajeno para mí, ya que siendo hija y sobrina de actores, me había criado en los teatros santafesinos. Ayudar a armar y desarmar escenografía, pasar el texto con los actores, asistir a todas las funciones de una misma obra no sólo era moneda corriente para mí, sino que me fascinaba. Tanto fue así, que todos recuerdan con mucha simpatía hasta el día de hoy cómo yo iba haciendo la mímica de los textos que decía Fabiana a lo largo de todo el espectáculo en tiempo real, y cómo me desesperaba y se me desencajaba la cara cada vez que ella olvidaba o cambiaba algún texto”, contó.
Marina atesora hermosos recuerdos de aquella época y de la obra en particular. “Me encontraba completamente deslumbrada por esta supermujer, showoman, diosa del Olimpo, que no sólo se bancaba una hora entera sola en escena, sino que hacía siete personajes diferentes y hasta cantaba y bailaba, mientras hacía una crítica, sutil pero contundente, a muchas cuestiones en relación a los roles que se le asignan a la mujer en nuestra sociedad, cuestiones que me inquietaban, interpelaban y resonaban ya en aquel momento. En realidad, yo soñaba con ser esa mujer. O, por lo menos, algún día, interpretarla”, rememoró.
Con la mirada en los cambios
Serruya admitió que fue un desafío enorme aportar novedades a una propuesta escénica que vio tantas veces que la sabe de memoria. “Tenía que hacer un esfuerzo enorme por intentar despegarme, de alguna manera, de esa versión grababa en mi memoria. La idea de Fabiana era no corrernos demasiado de la propuesta original, pero, al mismo tiempo, era imposible dejar de lado el paso del tiempo, no sólo en relación a la vanguardia teatral, sino también al avance de la lucha feminista que es un tema muchísimo más visibilizado hoy en día que en aquel momento, como así también era innegable el paso del tiempo en Fabiana misma, en su cuerpo, en su recorrido, que básicamente es quien encarna toda esta historia”.
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Por eso, ambas decidieron conservar el texto original, pero le añadieron sutiles correcciones e incorporaciones. “También incorporamos un elemento central a la puesta en escena, que es una suerte de biombo que funciona como espacio de cambiado de los personajes, y, al mismo tiempo, ofrece una visión recortada de estos personajes que van pasando durante todo el espectáculo y que terminó siendo el eje conceptual central de la obra, ya que está compuesto por retazos metálicos y oxidados, que hacen referencia a la armadura en la se encuentra encerrada nuestra protagonista, hecho disparador de todo el planteo de la obra”, puntualizó Marina.
“En nuestro universo simbólico y metafórico el nuevo planteo es que esta armadura, a lo largo de estos 20 años, ha ido tomando absolutamente todo, hasta colarse de a poco en cada uno del resto de los personajes, y se ha ido oxidando, no sólo por el evidente y real paso del tiempo, sino porque gracias a los avances de la sociedad en general y de las mujeres en particular, todos esos estereotipos y arquetipos femeninos a los que apelamos en la obra para evidenciar esta problemática, son cada vez más vetustos y, aunque todavía no llegamos a ese punto de evolución, también irán siendo cada vez más innecesarios”, agregó.
Experiencias previas
Marina vive desde hace unos cinco años en Buenos Aires, donde se formó con maestros como Silvina Sabater, Pompeyo Audivert, Andrea Garrote y César Brie. En esa ciudad, en 2019, trabajó como asistente de dirección en una versión de la obra “La Varsovia”, de Patricia Suárez. “En esa oportunidad, también dirigía a dos mujeres y también la perspectiva de género era fundamental para comprender la temática de la obra, que se centraba en la trata de mujeres polacas para la prostitución en la época de las olas migratorias de la Argentina”, explicó. Inclusive, más atrás en el tiempo, en su debut como directora, mientras cursaba en la Escuela de Teatro en Santa Fe, fue una adaptación de “Las Primas”, de Norman Briski, en una puesta que también hacía foco en el universo femenino.
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Ficha técnica y funciones
Las funciones tendrán lugar los días viernes 22 y 29 de octubre a las 21.30 en la Sala Marechal del Teatro Municipal, los viernes 5 y 12 de noviembre a las 21 en la Sala Maggi del Foro Cultural Universitario (9 de Julio 2150). El domingo 7 de noviembre habrá una función a las 18.30 en Valeri Montrul Multiespacio, en el marco del ciclo Primavera Músico Teatral y el jueves 18 de noviembre a las 20 en Demos Comunidad Cultural Emergente.
A la dramaturgia de Marcela Cataldo, la adaptación, dirección y puesta en escena de Marina Serruya y la interpretación de Fabiana Godano se suman la asistencia de dirección de María Paula Gallo, el diseño de vestuarios de Mirta Pertovt y Elisa Farelli, la realización de vestuarios de María Luisa Godano, el diseño de escenografía de Elisa Farelli, la realización de escenografía de Rubén Facca y Elisa Farelli, la iluminación de Agustín Serruya, el maquillaje de Chichí Cataldo y el diseño gráfico de Elisa Farelli.