Aunque imita a muchos cantantes, el plato fuerte de Martín Russo es “El Sol de México”, que hace dos décadas destacó su tributo como el más logrado de todos. En una entrevista, contó detalles de la personificación del famoso artista, que incluye vestuarios realizados en Miami y una dentadura creada especialmente para los shows. “Es un gran desafío”, aseguró.
Gentileza producción Para que su trabajo se desarrolle de la forma más profesional posible, Martín permanece sin hablar durante las seis horas previas a cada show, para que sus cuerdas vocales estén bien descansadas.
Dueño de una voz excepcional, Martín Russo realiza imitaciones de cantantes desde los 14 años. Según su propio cómputo, llegó a “sacar” a más de 200, lo cual implica que tiene dominado el trabajo de emular gestos, movimientos y voces muy diferentes entre sí. Sin embargo, es su tributo a Luis Miguel el que le abrió más puertas y el que le granjeó la admiración de diversos públicos, que aplauden desde hace muchos años su entrega en el escenario.
“Trato de hacer, más que la imitación, la encarnación de Luis Miguel. Pensar, en ese momento, que soy el propio Luis Miguel. Tengo que caminar como él, hacer sus gestos, adquirir el color de voz y copiar los movimientos con el rostro”, cuenta en una entrevista telefónica.
Martín es argentino pero está radicado en Estados Unidos. Vuelve esporádicamente a su país para la realización de giras. Dice que imitar a Luis Miguel es una labor que sobrepasa a todas las demás. “Es uno de los mejores cantantes a nivel mundial, por sus agudos y su potencia vocal. Puede cantar cualquier cosa y lo hace perfecto. Es un gran desafío, hace bastante tiempo que lo hago y con buena repercusión”, dice.
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El tributo a Luis Miguel supone muchas exigencias para el cantante, entre ellas un gran cuidado vocal. “Antes de cada show, tengo que estar seis horas sin hablar para que las cuerdas vocales estén bien descansadas. También tengo que hacer trabajos de vocalización, respiración y relajación para que cuando suba al escenario esté impecable. No es como imitar a cualquier artista”, remarca.
Lo más difícil
Dentro de la búsqueda casi cotidiana de emular de la mejor manera posible al creador de tantos hits, Russo admite que lo más difícil es alcanzar las notas agudas. “Luis Miguel llega a unos registros de tenor a los cuales no llega cualquier cantante. El propio Frank Sinatra llegó a decir que tiene en su garganta un Stradivarius”, explica.
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La transfiguración que intenta Martín en cada show no se agota solo en la búsqueda de un registro vocal, sino que también se traslada a otros aspectos. “Los vestuarios que yo uso fueron comprados en Miami, donde se viste Luis Miguel. Mandé a hacer una dentadura para la caracterización, que fue hecha en Nueva York para emular sus dientes muy blancos. Y el corte de pelo me lo hace el mismo peluquero”, dice.
Ungido por el Rey
Algo que Russo nunca se cansa de repetir es que tiene el honor de llevar adelante el tributo elogiado por el propio Luis Miguel. “Hay muchos tributos en el mundo, pero soy el único que el propio Luis Miguel reconoce como su tributo oficial”, enfatiza.
La anécdota que acredita su afirmación, la cuenta así: “En 1999 Polo Martínez, que era su íntimo amigo, fue a ver a Luis Miguel a Acapulco. Y sin decirle nada, le llevó el video de una imitación que yo había hecho para el programa de Marcelo Tinelli. Aparecía el video original de la canción ‘No sé tú’, pero con mi voz, era un doblaje. Luis Miguel se quedó sorprendido y le dijo a Polo que nunca había escuchado a nadie que lograra tan parecido el color de su voz. Ahí mismo agarró una remera de Aries Producciones y puso ‘Martín, un abrazo enorme. Luis Miguel’. Ese gesto vale oro”.
Las canciones que ama
Frente al desafío de elegir las canciones del “Sol de México” que más le gustan, Russo reconoce que es difícil. “Cuando estoy en el escenario, hay un momento en que se unen dos canciones que me parecen muy románticas, me encantan los arreglos musicales y las letras. Son ‘Pensar en tí’ y ‘Me niego a estar solo’. Las dos están en un mismo nivel de romanticismo y de arreglo musical de piano. Me encantan. Pero también hay otras que me gustan mucho”, cierra.