Jueves 21.9.2023
/Última actualización 3:40
El guitarrista y compositor Pablo José Ayala presentará un concierto denominado “Multiverso”: será este domingo desde las 20, en la Sala Foyer del Centro Cultural Provincial “Francisco Paco Urondo” (Junín 2457) Ciudad de Santa Fe. En la ocasión estará acompañado por María Itatí Barrionuevo (voz y percusión), Luis Córdoba (voz) y Emilio Lucero (batería).
Según se promociona, “en Multiverso conviven en un equilibrio dinámico las composiciones de Pablo José Ayala, la guitarra clásica, los sonidos creados con computadoras, la tradición popular argentina y latinoamericana, el folclore, el tango, la canción de autor, las búsquedas, los hallazgos, las pérdidas, el azar, la suerte, la casualidad, el ideario y los universos de significaciones del autor”.
En esos paisajes sonoros variados, asoman los múltiples universos musicales que transitó y que fueron cimentando una carrera que incluye la guitarra solista y la participación en ensambles (como el dúo Núñez-Ayala) y su rol como compositor, arreglador, productor, y director artístico durante 15 años de La Gordini (grupo de música para las infancias).
Al respecto cuenta Ayala: “Va a ser una ocasión bastante especial, porque hay muchas músicas que nunca las mostré, o que nunca jugaron en vivo. Y es probable que no lo vuelva a repetir con este nivel de producción: tengo ahí algunas piezas de videoarte; un montón de cosas del mundo creativo interno las voy a hacer públicas ahora. No me dedico profesionalmente al video pero me encanta editar video, así como me encanta editará audio; voy generando cosas. Está la guitarra clásica con una gran presencia; y si bien son la mayoría composiciones mías, está todo el tiempo dialogando también con el folclore, con el tango, con la música argentina, que es el territorio donde siempre estuve parado”.
Las anticipadas con descuento a $ 2.000 están en venta en la boletería del teatro; las entradas generales en puerta costarán $ 2.500.
Viajes sonoros
-Esta propuesta pasa por revisitarte a vos mismo a través del tiempo.
-Tal cual. Todo el tiempo estoy generando contenidos, como la mayoría de nosotros; algunos nacen como específicos para algunos de los proyectos, y otros nacen porque nacen. Básicamente laburo desde la guitarra y escribo en el Sibelius (el programa de escritura). Un mecanismo para escuchar mejor es abrirlo con el Ableton Live: primero para escuchar, a ver que si lo que uno hizo tiene cierta coherencia; después por ahí ya muchas veces le venís escuchando así como un latido: “Acá me imagino una rítmica así, asá”.
Y hay veces que las programaciones empiezan a crecer; pero a lo mejor eso nació como una obra de guitarra; y en ese plan agarra su propio carácter desde la compu. Incluso en el Dúo Núñez-Ayala, con Diego, ya hay algunas cosas en las que la programación empieza a entrar junto con lo que uno toca después; podría estar resuelto desde lo acústico, pero con eso agarra otro carácter.
-¿Jugás arreglando instrumento instrumentos preexistentes o con sonidos libres?
-En la versión de Ableton Live que tengo los instrumentos reales no están buenos; está más orientadas a los sonidos más locos, o a una sonoridad que no necesariamente se identifique puramente con un instrumento. Por ahí te dicen “esto es un viento”, pero lo escuchás y no identificás ni una trompeta, ni una flauta; aun diciendo a veces que van para ese lado.
Hay uno que voy a usar ahora, un tambor, que es como un fuego apagándose. Después uno empieza a escuchar, te empieza a generar cosas; la mayoría de las veces la guitarra sigue estando presente ahí en esa combinación; y hay otras cosas que las he dejado cerradas sin la guitarra, como que no hace falta: podría mostrarse como si fuera una obra digital.
Algunas cosas las subo a mis redes, como algo que me divertí, que lo hice y por ahí lo subo. Van quedando las obras de guitarra, las programaciones, cosas que escribo para otros formatos... En 2016 (cuando teníamos la Peña de Los Ayala) recibí de regalo un libro de Darío Martínez, poeta de San Carlos; los Martínez son una familia muy ligada al arte y muy generadores de cosas (aparte son un amor, una familia del corazón).
En el 18 andaba en la sala y pensé: “Me gustaría hacerle algún regalo a esta gente”: elegí un poema y lo musicalicé sin decirle nada: me encantó cómo quedó. Al día siguiente volví, insistí sobre otro, y en una semana o diez días tenía musicalizados seis de esos poemas. Los grabé con la guitarra; había sido un atrevimiento, porque no había pedido permiso, entonces le mandé un mensaje muy cariñoso a Darío (“Tatú” es su apodo): “Mirá, hice esto; si no te parece bien hacemos como que no existe”. Le encantaron los temas.
Finalmente escribí 15 canciones sobre esos poemas del libro que se llama “Rock and roll”. Eso lo presentamos a fin de año en San Carlos, con músicos de allá: Bruno Rosado, Vicky Ferrero, Dieguito Martínez (que es su hermano que canta), y de acá fuimos con Martín Pautasso y mi hermano José. Armamos alrededor de esas canciones, pero quedó ahí: hay nueve que tengo arregladas para trío de guitarra; son laburos que hago y por ahí quedan a mitad de camino. Itatí Barrionuevo va a cantar tres de esas canciones, y el negrito Luis Córdoba va a cantar otras tres; es posible que yo cante alguna, vamos a ver.
Clásico y eléctrico
-¿Qué más habrá en el show?
-Música para guitarra sola. Considero que ese es el universo principal de mi sonido, por lo menos cuando laburo solo: la guitarra clásica. Después hay varias de estas obras que tienen guitarra clásica y tienen programación, por ahí tocó la eléctrica arriba de eso. Va a estar Emilio Lucero, el otro de los invitados, tocando la batería; Itatí va a tocar la percu además de cantar.
Son varios caminos paralelos, algunos forman parte de todos los proyectos y otros nunca entraron todavía. Pienso que conviven bien, porque es como la existencia de uno: así como uno no está consumiendo todo el tiempo la misma música, ni está todo el tiempo en la misma situación. Así como nos toca ser de distinta forma en distintas situaciones, con la música pasa lo mismo.
-El centro es la guitarra clásica. ¿Cómo entra la eléctrica?
-En general para la viola eléctrica me gusta un sonido limpio, muy medioso, bastante gordo, por ahí no están definido; poquitos agudos. Un sonido que se le puede ligar a lo mejor al jazz o esas sonoridades, pero no es tampoco eso, porque toco con Telecaster; que también la tengo intervenida: ha recibido su tuneada.
Es una sonoridad que funciona bien para cantar, pero en general el sonido que uso no es muy penetrante; sino que se suele incorporar en el medio de las texturas. En ese plan funciona bien con la guitarra clásica y funciona bien con las programaciones.
-Está como para jugar con la guitarra clásica, como cuando tocaste a dúo con Sergio Chiconi.
-Tal cual, ahí tocamos alguna de estas obras. Ahí no había programaciones: era él con la clásica y yo con la eléctrica. Ese sonido persigo: toco con un amplificador de sonido moderno, un Roland Cube: no es muy podrido.
Todas estas músicas han sido intervenidas o crecido a par, tocando con Sergio Chiconi, con mi hermano José, con Diego Núñez en el dúo (con el que empezamos en 2012, ya tenemos más de 10 años encima) con La Gordini, con Itatí. Han sido intervenidas con los vínculos que uno va haciendo.
En equipo: Ayala escoltado por María Itatí Barrionuevo (voz y percusión), Emilio Lucero (batería) y Luis Córdoba (voz), amigos y compañeros artísticos. Foto: Gentileza de los artistasCompañeros
-De los invitados, Itatí es la que compartió más proyectos.
-Hace muchos años que estamos con Itatí. Emilio también formó parte muchos años de La Gordini: entró en 2014-2015, hasta que estuvo un par de años fuera de la ciudad. Con Luis un poco menos, pero también un gran compañero de aventuras: un tipo súper generoso, que está siempre presente en un montón de proyectos. Que además el sábado toca con Ocho de Base, en la Sala Mayor del Centro Cultural.
Mi hermano se suponía que no estaba disponible, tenía otro compromiso cuando armamos el show. El bajo y la forma de tocar de José suelen tener participación en casi todos estos proyectos.
Muchos arreglos que preparo para tocar con Núñez-Ayala, la parte de guitarra clásica, que es lo que más toco (si bien ahora en las últimas composiciones estoy tocando mucho la eléctrica) y me aprendo la parte del saxofón, para ver si las frases están buenas, cómo funciona: te das cuenta recién cuando te encontrás con el sonido real.
Recuerdo un show de Caetano, “Noites do Norte”, posterior a “Prenda Minha”. Al grupo de vientos lo arregló el guitarrista, y la guitarra eléctrica toca ahí en el medio como si fuera un timbre más metido en ese ensamble. Ese sonido me pareció re interesante siempre, y fue como medio iniciático: “Mirá que bueno funciona la viola con ese sonido metida en el medio del grupo”.
La búsqueda que teníamos al principio con el dúo era más camerística, la guitarra clásica y sobre todo el saxofón soprano, con un sonido también bastante clásico.
Cruces
-Era muy definido; hoy quieren meterse en el terreno del otro.
-Ese fue el avance. Después, con lo que me parece que se fue volviendo mucho más interesante la música, fue: “¿Cómo se puede acompañar desde el saxofón?”; pasar a un instrumento que no es armónico a un rol de acompañamiento. Hay algunas premisas en este tipo de música, Rudi y Nini Flores: Nini con el acordeón muchas veces generaba texturas de acompañamiento; pero el acordeón sí es armónico. Y después cómo la viola pasa a ocupar un lugar melódico adentro de ese ensamble, que sea atractivo.
Me empezó a interesar cada vez más componer mi propia música, para ese ensamble y para otros. Al comienzo era toda música ajena y ahora todas las últimas incorporaciones son casi todas músicas mías.
Uno de los últimos arreglos es una chacarera que se llama “Asdrúbal”, que se la dediqué al hijo de Diego: lo que tocamos en la primera parte, en la segunda está completamente invertido. Y ya probamos, cuando fuimos al Encuentro de Saxos de Mendoza, que mi parte la toque otro saxo, como dúo de saxos: y también funciona así. Ya es pensar en otra lógica que no es la de la guitarra.
-Salir del compositor-intérprete.
-En el vínculo con Diego, y más al viajar, escuché cómo funcionan esos ensambles. Una de las últimas cosas que hice en la primera mitad del año, fuera de la guitarra, fue que me encargó unos arreglos para el grupo del último año de sus alumnos del Crei: una versión de la “Chacarera de la Vieja”, que la estrenaron en el Encuentro Regional de Saxofones que hubo en el mes de julio, arreglada para conjunto del saxofones. Empiezo a meter la cuchara en otro terreno como arreglador o como compositor, y está buenísimo.
-Pero siempre se vuelve a la guitarra.
-Estoy escuchando mucho a Ralph Towner, guitarristas que proponen no tanto ir como una melodía fija, sino a texturas, crear ambientes sonoros. Tengo algunas composiciones de las últimas también que nacieron con la guitarra y con ese plan de clima, pero después agarré y le escribí otra guitarra más arriba. Voy a tocar dos temas de esos: primero la parte de guitarra sola, y después la voy a tocar con la eléctrica en el otro ensamble.
Breve biografía
Pablo José Ayala nació en Santa Fe en 1977. Es músico (guitarrista, compositor, productor, arreglador) y Técnico Universitario en Gestión Cultural (Fcedu - Uner). Desde 2008 dirige artísticamente el grupo de música para las infancias La Gordini. Lleva adelante el canal de tutoriales “La Guitarra Argentina”. Es director del sello discográfico Casa de los Ayala Ediciones.