Carlos Monge estrenará en Rafaela su muestra “SuperEstar”. Fiel a su estilo, el artista combina elementos de “Antimágico” su anterior trabajo, y una instalación que forjó inspirado en la Laguna Setúbal y el Paraná, que hace referencia al cambio climático, la sequía y la necesidad de modificar hábitos.
Gentileza Carlos Monge El artista Carlos Monge crea una figuración de la realidad que es alternativa, irónica y cercana , apunta la curadora Melina Piterbarg.
El viernes 22 de abril, Carlos Monge desplegará en Rafaela su nueva muestra. La misma se denomina “SuperEstar” y es una combinación entre algunos fragmentos de “Antimágico”, la propuesta anterior del artista y una flamante instalación (que Monge llama “la casita”) que representa a la fauna de la Laguna Setúbal y el Paraná y hace un llamado de atención sobre el cambio climático y la sequía. El ámbito elegido para la exhibición es el Museo Municipal de Arte “Dr. Urbano Poggi” (Sarmiento 544) de esa ciudad del oeste de la provincia.
El título “SuperEstar”, se debe a que, en la visión del artista, estamos mejor que cuando emergió “Antimágico”, en plena etapa dura de la pandemia. Pero esta nueva propuesta, en el tramo que incluye la instalación, hace referencia a los cambios climáticos y a la sequía que afectaron a los ríos y lagunas de la región durante los últimos dos años. “La puesta intenta mostrar el paso del sueño del río lleno y repleto de peces, a una parte seca, para poner de relieve el daño que hace el ser humano sobre la naturaleza”, explicó Monge.
Gentileza Carlos Monge Instalación creada por Monge.
Instalación creada por Monge.Foto: Gentileza Carlos Monge
A nivel estético, el artista se mantiene fiel al estilo que lo caracteriza desde hace tiempo. Es decir, a la utilización de técnicas mixtas que combinan materiales sintéticos, aerosoles, crayones, pastas y carbonillas para diseñar collages que se pegan, se superponen e incorporan otros elementos.
Preocupaciones universales
El trabajo de Monge parte de una observación regional pero las temáticas a las que apela adquieren una dimensión universal, que deriva en una recepción favorable en distintas latitudes. “Soy oriundo de Rafaela y hago una propuesta sobre nuestra región, que es Santa Fe. Pero en realidad, el problema de los recursos naturales y sus cambios es de todo el mundo. En este aspecto, todos los seres humanos compartimos las mismas preocupaciones”, indicó.
En síntesis, el corazón de “SuperEstar” es que el público tome conciencia del tipo de vida que, como sociedad, estamos llevando en este momento de la historia, para poder generar cambios que sean propicios para todos. “Tenemos grandes cambios tecnológicos y climáticos. Tenemos que darnos cuenta de eso y es lo que trato de reflejar a través de una obra de arte”, precisó Monge.
Nuevas formas de acción
Melina Piterbarg, curadora de la muestra, señala que Carlos Monge “genera un camino estético que nos dirige a un punto de inflexión: vivir participando de un presente todavía no escrito, o mirar atrás, hacia una cultura estática pendiente de una imagen personal artificiosa y deformada”.
Pablo Aguirre El artista Carlos Monge.
El artista Carlos Monge.Foto: Pablo Aguirre
“Las obras -dice Melina- están dispuestas como un recorrido, un traspaso a la nueva época post-pandemia, escenografías que plantean un espacio para ser transitado. Esta nueva serie de obras da lugar a los próximos interrogantes: ¿Qué lugar tiene la naturaleza en nuestra forma de vida? ¿Cómo avanzar, qué posición tomar frente a los desastres humanos y ecológicos que ya irrumpen afectando cada vez más la percepción y costumbres cotidianas?”.
“Atravesando conscientemente podremos generar nuevas formas de acción, pasando del período de reclusión, al cambio de hábitos. Los retratos observan hacia un futuro probable y también a una salvación, un universo subacuático que simboliza el inconsciente, en el que hallaremos lo que está por venir”, señala.
En preparación
A su vez, Monge tiene en preparación una muestra, de dimensiones más pequeñas que la que se desarrollará en Rafaela, que se podrá apreciar en julio en la ciudad de Buenos Aires, concretamente en un espacio del barrio de San Telmo.