El 9 de septiembre de 2007, mientras Los Tucu Tucu se trasladaban en automóvil para realizar una presentación, sufrieron un fatal accidente al ser arrollados por un tren en la Ruta 4, a pocos metros del acceso sur a San Cristóbal, en la provincia de Santa Fe. En el choque murieron Ricardo Romero y Héctor Bulacio, sufriendo heridas graves Carlos Sánchez y Roberto Pérez. La tragedia puso fin a la existencia del conjunto original.
Hoy, el grupo continúa bajo el nombre de Por Siempre Tucu con la presencia de Roberto Pérez y Coco Martos, quienes tienen a cargo la tarea de seguir difundiendo su destacado repertorio para las nuevas generaciones.
En diálogo con El Litoral, Roberto Pérez contó sobre la experiencia de renacer a la música, y del vínculo con Santa Fe que se resignificó tras el siniestro vial.
Nuevos compañeros
-¿Qué se encontrarán quienes vayan a ver Por Siempre Tucu, la formación actual?
-Lo primero que tendrán a la vista son cinco personas que aman lo que hacen... Coco Martos, Roberto Pérez, Carlitos Rossi, Carlos Larroque y Ricardo Campos.
Coco con sus 78 jóvenes años con la madurez en su voz y la imagen del “Pelao” que estuvo en los primeros éxitos grabados de Los Tucu. Yo con mi guitarra, voz, memoria y verborragia, tratando posicionar cada tema interpretado para que se conozcan los autores y el porqué de su creación. Carlitos con su guitarra y el color de su joven voz brindando con su juventud, frescura en las armonías. Carlos con la creación en su guitarra y sabiduría para ejecutar arreglos y punteos compartidos, más su voz de barítono para completar el sonido con el que la gente identificó a Los Tucu. Ricardo en la percusión, con la sapiencia que le da el haber nacido en Santiago del Estero.
Vale aclarar que estos tres integrantes nombrados al último tienen también un compromiso que siempre destacamos con Coco, ayudan a bajar y subir de los escenarios a los dos más viejitos...
Conexión santafesina
-Tenés un lazo muy especial con Santa Fe. ¿Qué te une a esta provincia, a esta ciudad?
-Mi vínculo con la provincia y la ciudad se remonta a la década del 70, cuando comencé a transitar y a conocer a la gente que la habita. Muchos, pero muchos conocidos que luego fueron amigos. De sur a norte y del este al oeste la recorrí a toda la provincia, no tan solo las grandes ciudades, los pueblos más chicos también, de cada lugar tengo un recuerdo. Ejemplos, en Arrufó me acuerdo haber subido al escenario y mi poncho era una bandera argentina -aclaro que subí bastante picarón- pues la Selección se acababa de consagrar Campeona del Mundo del 78. En ocasiones fuimos a lugares donde no había hoteles, o si existían eran muy modestos y nos ofrecieron alojarnos en casas de familia, por ejemplo en Las Rosas, otra vez en Elisa -amablemente la familia Sartori nos brindó su hogar- y podría seguir con la familia Manzur en Reconquista, etc.
Y sobre la ciudad capital de la provincia, que decir, si Los Tucu fuimos tan queridos que inclusive la elegimos para festejar nuestros primeros 25 años de canto viajando Romero, Bulacio, Sánchez, Pérez, Martos y Paliza, los seis, cantando en las instalaciones de la Universidad Tecnológica. No puedo dejar de mencionar nuestros encuentros en la casa de Miguel Angel Morelli, comer las pastas que preparaba su madre, con nuestra sed de “cosacos” tomarle todo lo que tenía su padre y aguantarlo al loro Julio que te recibía a los gritos - sería imprudente reproducir lo que decía- y ponernos de acuerdo con el “Petiso” para después de la actuación encontrar un lugar y alargar la noche él y yo, con un amarillo de por medio, hasta el amanecer...
Presente del folclore
-Hoy te toca compartir escenarios con las nuevas generaciones. ¿Qué diferencias y similitudes encontrás con los nuevos grupos y solistas del folclore nacional?
-Qué decir de las nuevas generaciones si a casi todos, los vimos nacer musicalmente. Les cuento que Coco, esto no está muy difundido, fue la persona que produjo los primeros discos de Soledad, Los Tekis, Amboé, Cuti y Roberto (Carabajal), etc. El “Pelao” estuvo en distintos sellos discográficos como “gerente de no sé qué” -Sony, BMG, Warner-; es decir que aportó mucho a la música popular argentina.
Personalmente siempre estuve cerca de aquellos que me solicitaban y aún solicitan asesoramiento - como si yo supiera tanto, pero, en fin-. A Facundo Toro lo tuve en mis brazos, ya que soy muy amigo de su padre Daniel. A Daniel Campos, hijo de Tutu (Cantor de Alba) también lo acuné en mis brazos. Los Nocheros andaban de traje de gaucho cuando los conocí. Al Chango Spasiuk le ayudaba a manejar el auto en las giras de docta porque no conocía las rutas. A los chicos de Ahyre los conocí una noche en Cosquín cuando me invitó Mario Teruel para que escuchara un grupo nuevo que estaban armando Los Huayra, podría seguir...
Dicho esto, puedo agregar que la gran diferencia la encuentro en cosas puntuales... en los escenarios, el avance de la tecnología, sonido, guitarras amplificadas, pantallas, la cantidad de músicos que llevan cada uno de los artistas, sean grupos o solistas. También la encuentro en el trato con la gente, el darse espontáneamente, sin miedos. Nosotros, los de mi generación, íbamos a comer todos juntos, el que cantaba primero esperaba al último para cenar, mucha solidaridad y camaradería.
En cuanto a lo musical, el pueblo es sabio y elige por una cosa u otra.
-¿Quién o quiénes son y fueron referentes en la música de Los Tucu?
-Es difícil decir quienes fueron nuestros referentes, pues, tuvimos la suerte de estar junto a los grandes creadores, dialogar con ellos y gozar de su amistad. Para mí, Don Atahualpa, aun siendo una persona de carácter fuerte y que no se guardaba nada al expresarse, fue muy especial. Siempre digo que haber aceptado grabar con nosotros “Luna tucumana” en un disco del año 89, contar como la compuso, es algo que nos llena de orgullo y creo, quedará como un legado en la música argentina. No puedo dejar de nombrar a Horacio Guarany, si cada canción que hacía, lo llamaba por teléfono a Ricardo -su compadre- para que la interpretáramos, y con nuestras voces logramos que el pueblo consagrara muchas, o la mayoría de ellas... “Nada tengo de ti”, “No quisiera quererte”, “Pescador y guitarrero”, “Tristezas del porqué”, por citar algunas...
Muchos son los autores y compositores que llenaron de luz nuestras voces, solo cité a dos.
Vigencia
-¿Se ven reflejados en algún grupo actual?
-Por la honestidad y el respeto que realizan su trabajo si, por el color de las voces y el sonido es más difícil la elección, soy prudente en este caso, mejor no dar nombres. Sé que hay grupos nuevos o de no tanta trayectoria que por interpretar temas de nuestra autoría se asemejan.
-Que Por siempre Tucu abra la primera luna de Cosquín no deja de ser un reconocimiento y refleja la vigencia de su música ¿Qué significa para ustedes seguir haciendo camino en el escenario mayor del folclore?
-Cosquín es algo especial en la vida de Los Tucu, y que ahora nos den la posibilidad a Coco y a mí, al grupo, de estar la primera noche del festival, primero es un halago y segundo, una linda responsabilidad.
He visto, a través de los años como fue evolucionando La Fiesta Mayor del folclore argentino. Como se fue transformando la Plaza Prospero Molina, el escenario Atahualpa Yupanqui -estuve la noche que la bautizaron con su nombre-, jornadas diurnas y nocturnas llenas de magia. Mil cosas pasan por mi mente y es imposible contar todo, pero va una...
Quien dono el techo que actualmente cubre el escenario era una persona que quería mucho el canto Tucu, de apellido Astori -si no recuerdo mal-, entonces la comisión nos pidió ir hasta Jesús María -lugar donde el donante residía el donante, y tenía una importante estancia- para retribuirle con nuestra música, nuestras voces. Allá partieron Los Tucu con parte de la comisión del festival para regalarle algunas canciones a Don Astori, algo se comió y tomó ese día...
Seguimos haciendo camino Por Siempre Tucu, recogiendo lo sembrado por Los Tucu.
-¿Cómo fue comenzar de nuevo después del fatídico accidente que se llevó la vida de Ricardo Romero y Héctor Bulacio?
-Fue muy difícil comenzar de nuevo luego del accidente, lleno de incertidumbre, con muchas preguntas. A lo mejor sabía que quería pero no sabía si lo iba a poder desarrollar como me lo imaginaba. Son cosas que ahora me las explico, mirándolas hoy, ayudado por el tiempo transcurrido. Lo que si tenía claro, es que quería volver a los escenarios dignamente, bien parado y con la música Tucu como estandarte. Para lograrlo conté con la asistencia de Dios, mi familia, mis amigos, los profesionales de la medicina, los colegas, difusores, la mutual de Sadaic y la gente, fundamentalmente el cariño de la gente.
Sanar en Santa Fe
-¿Que representó para vos el Hospital Cullen?
-Mi paso por el Hospital Cullen, fue una etapa de mi vida que la voy a recordar por siempre. Desde el primer momento cuando ingresé, hasta que me trasladaron hacia Buenos Aires para continuar con la recuperación, tuve mucha contención espiritual y profesional, también mi familia y allegados que deambulaban por el Hospital en busca de respuestas sobre mi salud. Eternamente agradecido por todo lo que hicieron, a todos... médicos, anestesistas, enfermeros, camilleros, personal de cocina, limpieza, por ahí se me olvida alguna actividad, disculpas, pero sepan que los tengo siempre presente.
-Hace unos días contaste en una radio de Santa Fe como fueron los pormenores del accidente ¿Cómo fue el proceso de recuperación y la idea de volver a los escenarios con el repertorio de Los Tucu Tucu?
-Fue mucho el tiempo que estuve mirando el techo, como digo siempre, casi dos años. Mi primera idea era volver junto a Carlos Sánchez, Coco Martos y dos personas mas que tocaran instrumentos y ayudaran vocalmente, es decir, recrear el sonido Tucu -les recuerdo que yo era el que armonizaba y hacia primera guitarra en Los Tucu- por lo tanto, tenía en mi cabeza todos los arreglos musicales. Coco a través de un emisario me contestó que no podía en ese momento por sus compromisos con las discográficas. Y Carlos, a comienzos del 2008 me avisó que su intención era seguir su carrera artística como solista, sacaba un CD en esa condición. Otra vez a pensar, mientras seguían con mis cirugías, que fueron muchas...
Ya en el 2009, después de haber pasado por silla de ruedas, andador, muletas, bastón, me contacté con amigos-colegas. Roberto Ternan me presento un dúo que me acompaño al principio, Víctor Hugo Godoy -Los 4 de Córdoba- consiguió sello discográfico y eligiendo temas que habían sido éxitos con Los Tucu, grabe acompañado, arropado, contenido, junto al Chaqueño Palavecino, Los 4 de Córdoba, Los Tekis, Alberto Oviedo, Los Nocheros, Antonio Tarragó Ros, Facundo Saravia, Coco Martos, Cuti-Roberto-Peteco Carabajal y los hijos de Ricardo Romero y el Gringo Bulacio.
Darlo todo
-Santa Fe les tiene un afecto muy especial y es una ciudad llena de amigos. ¿Qué sentís cuando tocás en el Teatro Municipal 1° de Mayo?
-Los teatros tienen un misterio que no pueden ofrecer otros espacios culturales, por los recursos de luces, sonido, bambalinas, pero fundamentalmente porque la tengo a la gente ahí, al alcance de mis manos, de mi vista, de mis oídos y es algo maravilloso ver la reacción en sus rostros ante la presentación de cada tema o algún comentario.
Quiero que cada noche recordemos juntos a quienes se anticiparon en el viaje... Ricardo y el Gringo. Y a nuestra edad, con Coco, no nos vamos a guardar nada, lo vamos a entregar todo.