Pasados quince minutos de las once de la mañana, el dibujante de 82 años apareció en la sala Leopoldo Lugones para conversar con la prensa, de muy bueno humor, con pulóver azul y sus inconfundibles anteojos de armazón negra, para ni bien dar unos pocos pasos y bromear: “¿Qué diría Mafalda de...? No empecemos con estas cosas, por favor”, y provocó las risas de los presentes.
“Siempre me tomé el dibujo como si fuera una religión ortodoxa mía particular -admitió- y le dediqué toda mi vida a eso. Y me pasaron por el costado muchas cosas buenas que no me enteré. Incluso, mi adolescencia fue ausente de chicas, me gustaba mirarlas y después si quería hablarle a una era como Felipe, me costaba muchísimo. Me he perdido muchas cosas interesantes de la vida, por tarado, bah”.
Durante una insólita hora de verborragia, Quino repasó su carrera y la creación de entrañables personajes que marcaron generaciones en todo el mundo, y finalmente admitió que si hiciera a Mafalda hoy “diría lo mismo que dijo siempre, no ha cambiado mucho la situación, seguimos cometiendo torpezas económicas y sociales, el surco entre ricos y pobres es cada vez mayor. Me parece una barbaridad”.
“No me imagino cómo sería Mafalda hoy. La dejé de dibujar y ya está. Si Susanita se hubiera casado con Felipe y ese tipo de historias.. a mí jamás se me ocurren, es un dibujito más que hacía cada semana, entre otros personajes. Me comparo con un carpintero que le gusta trabajar la madera, algunos muebles le salen mejor que otros, pero a todos los quiere igual”.
“¿Qué más? Preguntita, preguntita”, apuró Quino, en un momento en que los periodistas se pasaban el micrófono de un sitio a otro para continuar con la ronda de prensa.
Entonces, su editora desde hace 45 años, Kuki Miller (Ediciones de la Flor) aprovechó para decir: “Quino siempre dijo que eligió el dibujo porque no le gusta hablar, el paso del tiempo cambia a la gente. Es la conversación más larga de Quino que he escuchado en años y me alegro enormemente”.
El hombre que para muchos dividió el género femenino entre Susanitas y Mafaldas dijo que no sabe por qué sus personajes fueron tan aceptados: “No sé si hay otras historietas que hayan puesto a la familia comiendo, con los problemas económicos de pagar cuotas... no es que yo haya creado nada nuevo, pero Mafalda trata muchos temas de actualidad. A veces, me sorprende ver mis tiras de hace 30, 40 años y la vigencia que tienen”.
Quino volvió a mostrar el escepticismo que lo caracteriza al hablar del mundo actual: “Uno se va llevando desilusiones que lo hacen cada vez más escéptico y menos optimista de a dónde va a parar el mundo, sobre todo porque en esta etapa me siento muy ajeno, hay cosas que no entiendo”.
“El ‘bitcoin’, por ejemplo -prosiguió-, es algo que a mí me vuelve loco. ¡Cómo va a haber una moneda con la que la gente compra e invierte, pero que no existe! Eso me sorprende muchísimo, me siento tan torpe y tan inútil para interpretar este mundo. O cuando dicen tal país le prestó a otro tantos millones, pero no es dinero que alguien lleva en un paquetito, son trámites virtuales, me siento viviendo en un mundo que no entiendo”.
Aunque no supo caracterizar la idiosincrasia del humor argentino -”un país de inmigrantes donde viene todo mezclado”-, destacó ô”a imaginación increíble del humor cordobés, es una cosa única, un fenómeno muy local, porque en otras provincias la gente no es tan graciosa. Y todo el tiempo están inventando cosas. Cada tanto viene y alguien me dice algo que le ha dicho un cordobés, y me sorprende, como llamar a un portero botella de heladera porque está siempre parado en la puerta”, dijo imitando la tonada.
“Además de oír mal, veo mal, por eso estoy leyendo poquísimo pero siempre me gustó mucho Borges, me sigue sorprendiendo su sentido del humor y su imaginación”, confesó sobre sus preferencias literarias y en un tramo dedicado a la música volvió a provocar risas: “Me pregunto qué dirían Bach y Mozart de ser la musiquita de espera de tantas líneas telefónicas”.
Quino estará el 1º de mayo a las 18.30 en el stand de Ediciones de la Flor, en la Feria del Libro, en un acto homenaje que le rendirán con motivo de los 50 años de Mafalda y, además, va a firmar ejemplares de sus libros.
Télam