Como es habitual, Twitter fue nuevamente el hogar de una historia extraña y plagada de conflictos. La misma fue protagonizada por una joven que relató un hecho realizado por ella misma y en consecuencia fue atacada.
La joven justificó el hecho afirmando que el pequeño animal se encontraba en “muy malas condiciones”.
Como es habitual, Twitter fue nuevamente el hogar de una historia extraña y plagada de conflictos. La misma fue protagonizada por una joven que relató un hecho realizado por ella misma y en consecuencia fue atacada.
Flor, como se la conoce en Twitter a través de su cuenta @nomuynormal, se llevó sin permiso el cachorro de una persona en situación de calle en el barrio porteño de Recoleta. Eso generó repudio en las redes sociales después de que confesara que le había quitado el perro.
La joven contó que ofreció comprar el cachorro al verlo en “muy malas condiciones”, pero el indigente se negó, “ni por un auto”, respondió. Ella insistió, y en cuanto el hombre se descuidó, lo agarró de la correa y se fue corriendo.
“No sé si estaba drogado, borracho o loco, pero no estaba en sí. A mí la verdad me partió el alma, pero no puedo dejar que por lástima tenga a un ser vivo en condiciones deplorables cuando su misma vida corre riesgo”, dijo.
Para justificar su accionar, contó que se refugió en una cafetería con el perro y que ingresó la Policía de la Ciudad para intervenir en el caso: "Les explicamos la situación y les dijimos que estaba todo el negocio de testigo".
"Nos dijeron que había alguien que se hacía cargo de las vacunas, una amiga de este hombre, pero que no sabían si era verdad. Obviamente entendieron la situación y nos dejaron la puerta abierta para irnos. Lo tapamos y salimos corriendo para buscar un taxi", finalizó.
En busca de ayuda económica, publicó en redes junto a su CBU y lejos de convertirse en heroína, recibió una catarata de repudios e insultos por el hecho cometido. Además, bautizó al cachorro con el nombre de "Twitter". Por su parte, a ella, tras viralizarse la noticia, la llamaron como la “cheta-roba perros” y tuvo que cerrar su cuenta.
La Comisaría Vecinal 2A intervino, y al confirmar la identidad del indigente, descubrieron que tenía un pedido de captura y quedó detenido unas horas. Finalmente, el dueño del cachorro no quiso hacer la denuncia por robo.
Según fuentes judiciales, el indigente posteriormente fue liberado por instrucción del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N°17, a cargo de Juan Giudice Bravo.
Por su parte, el hombre en situación de calle declaró en televisión e insistió en la devolución de su mascota a la que llamó John: “Lo extraño mucho, es mi compañero. No le falta alimento, agua ni nada. Es juguetón, corre, juega, salta. Juega conmigo, nos reímos juntos. No es fácil conseguir otro, y no es lo mismo un perrito que otro. Creo que me debe estar extrañando”.