Viernes 6.9.2024
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En la película “Anaconda”, de 1997, cuyo título remite a uno de los mejores cuentos del uruguayo Horacio Quiroga, un equipo de documentalistas viaja a la selva amazónica para encontrar a una tribu indígena perdida. Pero, inesperadamente, se ven acechados por una serpiente de más de diez metros de largo. Salvando las distancias, algo parecido le ocurrió a un equipo de filmación que, en un rincón del departamento San Justo, se topó en 1937 con indicios de una época pretérita en la cual los dinosaurios dominaban en el planeta.
Todo arrancó el día 23 de septiembre de ese año, cuando un vecino llamado Felipe Lemarcie halló en una de las orillas del río Salado, que atraviesa el potrero del campo de la sucesión Saralegui, varios restos fósiles. Según publicó diario El Orden en su edición del 25 de septiembre, parecían ser de “un animal que debió poseer dimensiones extraordinarias, a juzgar por el tamaño del hueso de una paleta y de una rodilla, que fueron los identificados por quienes tuvieron oportunidad de observarlos”.
Archivo El Orden / Hemeroteca Digital CastañedaCuando comprendió que se hallaba frente a un elemento precioso para la ciencia, Lemarcie dio cuenta a las autoridades policiales del departamento del hallazgo, lo cual derivó en el traslado hasta el lugar “del jefe político señor Ricardo Estrada Bello, acompañado por el secretario de la jefatura, señor Benito Nicklison, quienes comprobaron la importancia de los restos fósiles”, en términos de El Orden. “Por el estado de petrificación que ofrecían, se calculó que pertenecieron a un animal que vivió muchos miles de años atrás, quizás algún saurio gigantesco”, agregó el mentado diario.
Pero lo curioso radica en que, justo en ese momento, recorría el lugar en “busca de motivos agrarios” un equipo de filmación que estaba rodando una película documental sobre la provincia. “Se hallaba en las inmediaciones el señor Arturo Forte, director de la Argentina Radio Film, en compañía de la cancionista Virginia Vera y demás personal”, dice textualmente El Orden. Por lo tanto, las escenas del descubrimiento fueron registradas para la mencionada película a la vez que Forte obtuvo algunas fotografías del sensacional hallazgo.
Acto seguido, las autoridades de San Justo se comunicaron con la dirección del Museo de La Plata, desde donde dispusieron que se ejerza vigilancia en el lugar donde se encontraron los fósiles “con el objeto de que los curiosos no malogren una investigación que puede arrojar importante luz en el campo científico”.
“Posiblemente hoy salga de la ciudad de La Plata una comisión paleontológica hacia esta capital, de donde se dirigirá a San Justo, a fin de examinar los huesos hallados y efectuar las excavaciones necesarias para dar con el resto de los mismos”, finaliza la crónica de El Orden.
Archivo El Orden / Hemeroteca Digital CastañedaEste insólito encuentro entre un grupo de cineastas y los vestigios prehistóricos a la vera del Salado resonó, como era de esperarse, en los titulares locales de la época. Pero, desde una mirada más abarcativa, es signo de una época en la cual el interés por los fósiles era amplio como eco de los avances científicos que ocurrían en todo el mundo.
La paleontología, como disciplina científica, había avanzado mucho en las décadas anteriores, lo que derivó en descubrimientos importantes que dominaron la imaginación del público y de la comunidad científica, mucho antes de que Steven Spielberg rodara su obra maestra “Jurassic Park”. Argentina no estaba exenta de este interés, y de ahí la emoción de este grupo de cineastas que, por un día, se sintieron como Indiana Jones desenterrando un secreto del pasado.