Sara Schell: la pluma detrás de las canciones de Nicki Nicole, Tiago PZK y Emilia
La venezolana radicada en México ha colaborado con artistas argentinos y latinoamericanos, y con los Black Eyed Peas y Becky G en la banda sonora de “Bad Boys: Ride or Die”; también ha trabajado con reputados productores de varios países. En diálogo con El Litoral, la creadora de 21 años contó su quehacer como uno de los nombres ascendentes de la industria musical en el continente.
“Para mí es demasiado divertido: me da mucha risa, porque el trabajo es más como un hangueo: unirnos amigos a crear música, y la pasamos siempre muy bien”, cuenta Sara. Foto: Gentileza Malabar Sound
Con tan solo 21 años, Sara Schell ha logrado posicionarse en la cima de la industria musical gracias a sus composiciones y versatilidad. Sus letras han sido interpretadas por artistas de renombre como Becky G, Belinda, Mora y Natanael Cano, y coescribió dos temas para la película “Bad Boys: Ride or Die”, canciones interpretadas por Black Eyed Peas, El Alfa y Becky G.
A sus jóvenes años, Sara ya alcanzó su primer N.º 1 como compositora en Regional Mexican Airplay con “Mercedes” de Becky G feat. Oscar Maydon. También colaboró con artistas de Argentina como Nicki Nicole (“Ojos verdes”), Tiago PZK (“Mi corazón”), y Emilia (“Carita triste”, feat con Ana Mena).
Desde su temprana formación en el conservatorio Vicente Emilio Sojo en su Venezuela natal, donde se especializó en violoncello (a los 7 y 9 años, fue seleccionada para representar a su país con su instrumento junto a The International Youth Symphony Orchestra), Sara ha mostrado una sensibilidad musical única, y ha logrado trabajar con productores destacados como Zecca, Andrés Torres, Mauricio Rengifo, Rami Yakoub y Max Martin.
Con un futuro muy prometedor por delante, Sara Schell conversó con El Litoral sobre sus proyectos y su creatividad, que la posiciona como una de las jóvenes promesas de la música global.
Los comienzos
-Comenzaste en la música en la música clásica como violoncellista. ¿Cómo influyó esa formación en la Sara que sos hoy?
-Definitivamente ha influido muchísimo. Por dos partes: la orquesta me acuerdo pide demasiado tiempo, era de lunes a sábado; fue un poco el training para lo que es hoy mi trabajo, que es escribir todos los días. Que, la verdad, no se siente como trabajo, porque estoy haciendo gracias a Dios lo que me encanta; por lo cual estoy súper agradecida. Pero también a ese training de trabajar por lo que quieres todos los días.
Además, la música clásica (que escucho y consumo demasiado) siento que por algo se llama música clásica: es la partida de todo. Que la orquesta me haya enseñado a distinguir todos estos instrumentos, todos los saltos melódicos posibles, hoy me ayuda bastante a componer; a las melodías, que siento que son una de mis fortalezas.
-En 2019 (que parece un montón de tiempo) empezaste a explorar la composición y publicaste tu primera canción en Instagram. ¿Cómo fue dar ese paso, y cómo fue la reacción que tuviste de quienes la escucharon?
-Tengo mi mismo Instagram de siempre, pero en ese momento no tenía mucho followers. De vez en cuando montaba cositas cantando, como por hobby: tenía mi ukelele, y de repente me montaba haciendo un cover. Había escrito una canción con mi ukelele, y tenía tiempo practicándola, pero nunca había pensado en subirla.
Estaba intentando grabarme cantando esta canción que se llama “Dueles”, de Jesse & Joy; quería hacer ese cover y por algo siempre me equivocaba, no me salía. Me cansé y dije: “Voy a tocar esta que he estado tocando todos los días, que es mía”. No le dije a nadie: solamente la toqué, la canté y la subí.
Y mucha gente me empezó a responder, tanto conocidos como no conocidos: “¿De quién es esta canción? Porque estoy buscando en Internet la letra y no me sale nada. ¿Es tuya?”. Había que no me preguntaba y yo les decía: “Sí, no sale porque es mía”. Era toda una emoción como “wow”; y eso siento que fue un empujón para decir: “OK, si a la gente le está gustando esto, probablemente no sea tan mala como...”. No, mentira (risas): “Probablemente tenga algo bueno por acá: capaz lo esté haciendo bien”.
Ahí me abrí a mostrárselo a mis amigos y a mi familia: fue el primer empujoncito hacia todo este recorrido que he tenido.
El salto
-¿Cómo te llegó la convocatoria para empezar a escribir para otros artistas?
-Soy venezolana, emigré con mi familia a México cuando tenía 16, casi 17; justo en pandemia: yo iba a estudiar business (negocios), ya tenía mi vida hecha. Y en pandemia a todo el mundo los planes se nos cayeron abajo. Hoy digo para lo mejor, porque me dio la oportunidad de dedicarme a hacer lo que más amo. Pero en ese momento entramos todos como en hueco, por así decirlo. Nos vinimos a México, pasaron estos dos años de pandemia; donde nadie salía, las universidades no estaban funcionando, los vuelos no abrían.
Pero me seguí formando en la música: en clases de armonía, vocal coaching, clases de piano. Y conecté con varios amigos, tanto colombianos como venezolanos, por las redes sociales; me escribieron y me dijeron: “Sara, nos gusta mucho lo que haces”. Me acuerdo de haber tenido varias sesiones por Zoom: hacíamos música ellos de un lado con su guitarra y yo en el otro lado con mi piano. Y de ahí ellos me invitaron: estaban en Medellín, me dijeron: “Sara, queremos trabajar contigo, nos encantaría escribir contigo”; en ese momento ellos me decían que era para mi proyecto, porque yo tenía un proyecto de artista.
Lo hablé con mi familia y volé a Medellín, juntando todos los ahorros, con todo el apoyo de mis papás. Estando ahí me di cuenta de que lo que a mí me encantaba era más que tener ese proyecto de artista y presentarme, o defender las canciones, mi pasión era escribir. Y desde allá no paré.
-¿Cómo fue el primer el primer encargo para un artista de renombre?
-Fueron varios llegando al mismo tiempo. Pero me decían que había esta oportunidad, y yo lo manifestaba: “Ahora sí se va a dar”. Al mismo tiempo trabajando con otras personas todos los días, buscando estas oportunidades; pero cuando me decían, por ejemplo, estos primeros artistas con los que trabajé: “Una sesión para Lagos”, me acuerdo estar cuatro días antes escuchando toda su discografía, para empaparme de su estilo y de su rango vocal; para sacar melodías en su rango que yo supiese que les iban a gustar. Era como un training: cada vez que me decían “con este artista” era todo un trabajo previo que al final me daba muy buenos resultados. Y siento que así fui creciendo poco a poco.
Arte compositiva
-¿Cómo es esta dinámica tan colaborativa, donde tenés que sentarte con el artista (a veces son dos artistas, porque es un feat) otros compositores y el productor?
-Para mí es demasiado divertido: me da mucha risa, porque el trabajo es más como un hangueo: unirnos amigos a crear música, y la pasamos siempre muy bien. Puede ser uno o dos artistas, uno o dos compositores, y un productor o dos, depende; normalmente somos cuatro personas más o menos.
A veces estamos con el artista, y nos guiamos por lo que él nos va diciendo: “Hoy me siento de esta manera, o quiero escribir de esto”; o simplemente a veces no tienen nada en mente y es buscar algo que a todos nos llame la atención: este track, esta frase, que digamos “es por ahí”, o esta palabra que digamos “OK, nos interesa, vamos a usarla como título, vamos a ver cómo desarrollamos este concepto”.
O a veces estamos lejos del artista, y solo nos reunimos productores y compositores: nos piden una orden, como si fuese un restaurante: “Yo quiero (allá en Argentina) unas milanesas con papas” (risas). “Quiero una bachata que hable del desamor en tal situación”. Y la hacemos y la mandamos: ya el artista la graba y sale la canción.
-¿Cómo es entrar en diferentes géneros en cada canción, por la búsqueda del artista: “Es una bachata, es un regional mexicano”? Este último no es un género que trajeras de antes, por no ser mexicana.
-Es mucho más fácil, cuando estoy escribiendo regional, que haya algún mexicano en el cuarto: eso me lo hace mil veces más fácil, porque ellos tienen esa esencia; que a mí que no soy de aquí tal vez me falte. Pero aquí nos vamos un poco hacia atrás en cuanto a historia, y a Venezuela. Claro que tenemos nuestra cultura bien marcada, pero conocemos bastante de otras culturas, porque en algún momento (aunque ahora lastimosamente todos los venezolanos hemos tenido que emigrar) en algún momento recibimos a mucha gente de muchos países; y no hace tanto.
En casa de mi abuelo y en mi familia, que siempre ha sido muy musical, yo me crié escuchando flamenco, cumbias, tangos, rancheras; también Luis Miguel, Juan Gabriel. Esto me ha ayudado con mi versatilidad, en cuanto a poder entrar a un cuarto con artistas de diferentes países, y poder hacer diferentes géneros con ellos.
Pero sí: no te niego que, por ejemplo, cuando escribo regional siempre tengo a un mexicano de sangre al lado mío: para que me aporte jerga o cositas así (risas).
En equipo
-Hace poco tuviste tu primer N° 1 dentro del airplay de regional mexicano con “Mercedes” de Becky G feat. Oscar Maydon. ¿Cómo viviste ese logro?
-Es crear el arte y ya después vendrán las cifras. Tiene cierta importancia, porque vivimos de esto; pero siento que es algo que viene de la mano ya después en un futuro. Normalmente los artistas tienen un período de tiempo ya cuadrado: por ejemplo, si ahorita estamos en septiembre de 2024, ellos ya deben tener cuadrado por lo menos hasta mediados de 2025: todas las canciones que van a salir, todo lo que van a hacer, todo el proyecto.
Entonces tú vas viendo los resultados mucho después de que creas esa canción. Obviamente ver que funciona te llena de orgullo, pero es como que ya tú estás en otra, trabajando para otras cosas. Es como una palmadita, uno se tiene que tomar el tiempo de decir: “OK, bien hecho, seguimos”.
Además, me parece demasiado importante, muy especial, mejor dicho, que el primer número uno haya sido de la mano de Becky. Porque he estado trabajando todos sus proyectos desde que la conocí; de hecho, ahorita sale un álbum que trabajamos juntas completamente (“Encuentros”, anunciado para el 10 de octubre).
Ella es una persona demasiado especial y que quiero mucho, y con la cual hemos creado una amistad muy linda; entonces que ese número uno sea con ella me llena el corazón. Me acuerdo que ella me decía: “Ay, felicidades, número uno”; y yo: “No, felicidades a ti” (risas). Me envió unas flores súper hermosas.
-Colaboraste con destacados productores y autores. ¿Hay alguno del que sientas que más aprendiste?
-Siento que de todos he aprendido algo: te mentiría si te digo que no. Y es que todos tienen esta sparkle, este brillito que los hace diferentes. Entonces poder notarlo cuando estoy en el estudio con ellos, y poder aprender de eso es súper cool. Por ejemplo, trabajé en Los Ángeles con Rami Yakoub y Max Martin: ellos dos son de esta escuela de las melodías; tú ves como tienen todas las melodías cuadradas, cómo hacen todo para que todo sea más pegajoso, más hookie, como le dicen por ahí. De ellos aprendí eso.
Tengo este otro amigo español que me parece de los mejores letristas en español, que se llama Manu (Lorente), le dicen Spreadlof. Él es poeta de toda su vida, hace freestyle; ver cómo él agarra palabras que tal vez no escuchas siempre en las canciones, las pone con tanta elegancia y hace que suene tan bien, es lo que me ha enseñado él. Pero definitivamente de todo el mundo algo se aprende. Entonces siempre estar conociendo nuevos creativos, y crear tu grupo de confianza, es muy importante.
Al sur y al norte
-Trabajaste con artistas de Argentina como Nicki Nicole (“Ojos verdes”), Tiago PZK (“Mi corazón”), y Emilia con Ana Mena (“Carita triste”); todos hits en este momento. ¿Cómo fueron esas experiencias?
-Fue mi primer approach, mi primera cercanía con gente de Argentina; y qué cool son: todos los argentinos tienen un sentido del humor, sobre todo, que yo digo “guau”, yo quisiera tener ese sentido del humor. Son muy rápidos, muy risueños todos. Ahora volví a trabajar con Emilia en Buenos Aires y con Zecca, el productor; fue mi primera vez en Buenos Aires y me pareció de las ciudades más bellas que he conocido. La milanesa obviamente me encanta (risas).
Trabajar con ellos fue súper bien: todos son muy buenas personas, tenían los brazos muy abiertos. Fue un trabajo muy ameno, y me alegra mucho haber tenido ese encuentro. Y seguir trabajando con ellos porque me encanta su proyecto: siento que Argentina viene con una ola en cuanto a la música muy interesante y muy única. Se puede convertir en lo que es la mayoría de la industria latina en un futuro.
-Participaste en la banda sonora de la película “Bad Boys: Ride or Die”, con unas canciones para los Black Eyed Peas y Becky. ¿Cómo llegó esa convocatoria?
-En esa película tengo dos canciones: una que se llama “Flores pa’ ti”, que es de Becky con Luísa Sonza y un productor brasileño muy cool que se llama Papatinho. Esa canción yo la había hecho antes de que la leyeran para la película. Pero la canción que fue la theme song, la canción principal, “Tonight”, con Black Eyed Peas, fue más de estar en el momento y de contestar la llamada: "Sara mira, tenemos esta oportunidad para mañana: tienes que grabarlo ya hoy, hablar con Fresh (que es este otro writer con el que la hice); hacer el verso a Becky”. Y yo: “OK, llamo dentro de dos horas a Fresh”. Hicimos la canción grabé, la envié y pasó.
No fue mucho tiempo antes de que saliera esa película; siento que sí: a veces hay algunas oportunidades, eso que dicen que tienes que estar. Y me abrió los ojos a decir que el próximo año, en el 2025, eso es parte de lo cual me quiero enfocar: a la industria anglo, porque también escribo en inglés; y a las canciones que tienen que ver con cine, los soundtracks.
Full time
-¿Cómo se maneja la presión de estar tan arriba en la industria musical siendo tan joven?
-Gracias a Dios siempre ha estado rodeada de gente muy buena, desde el principio; y a los que están en mi equipo hoy los amo con todo mi corazón, y me apoyan en todos los sentidos. Entonces siento que no tengo mucha presión. A mí me gusta mucho trabajar: podría decir que soy de esas personas como lo dicen por ahí, workaholic; estoy todos los días en eso. Ellos no me piden nada, me dicen: “Sara, necesitas descansar” (risas). Pero no lo siento como una presión, sino como esto que me encanta hacer; y siento que crear música es algo que llevo dentro de mí y necesito sacar: es más como una terapia.
No tengo presión en cuanto a conocerme con los artistas. Claro que hay muchos que admiro demasiado; pero hay que entender que también los artistas son personas, aunque los veas en un escenario y a veces sean un poco incansables. Son personas como nosotros, que se levantan y quieren dormir más.
-Hablaste del mercado anglo y los soundtracks. ¿Qué metas te ponés a futuro en tu carrera?
-Ahora he estado trabajando mucho en la industria latina: este ha sido mi enfoque. El próximo año (sin dejar la industria latina de lado) lo que quiero es enfocarme en la industria anglo, y empezar a trabajar con todos estos artistas tanto para hacer canciones en inglés (a mí me gusta mucho el pop) como poder unir y hacer featurings. Porque siento que también se viene una ola muy cool en cuanto al spanglish, y la unión de artistas latinos con artistas anglo: se viene trabajando mucho eso desde el año pasado, y ahora es que van a empezar a salir todas estas canciones.
Enfocarme en eso, y en toda la industria del cine: escribir más para películas, sacarle todo el provecho y todo el jugo a mi inglés (risas).
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