Sarah Ferguson no descarta volver a casarse con el príncipe Andrés. Así lo ha dejado entrever en una entrevista concedida al diario Telegraph por su próximo debut en la literatura para adultos. El próximo mes publicará Her Heart for a Compass, sobre la vida de su tía tatarabuela, Lady Margaret. La excusa para hablar con Camilla Tominey de su relación con la reina, con el duque de Edimburgo, sobre Guillermo, Harry, Meghan, la princesa Diana y, por supuesto, el príncipe Andrés.
El hijo de la Isabel II, con quien estuvo casada una década, su mayor apoyo en los peores momentos, la persona con la que sigue viviendo en Royal Lodge y con la que ¿podría volver a casarse? "Todo lo que puedo decir es que estamos contentos con la forma en que estamos ahora", responde sobre esta posibilidad y deja claro que "no hay nadie en mi vida", aparte del príncipe. Describe su particular relación con el duque de York afirmando que: "Siempre decimos que somos la pareja divorciada más satisfecha del mundo. Estamos divorciados el uno del otro, no el uno del otro. Somos co-padres que nos apoyamos y creemos que la familia lo es todo. Estoy orgulloso del trabajo que hemos hecho juntos para criar a nuestros hijos y mantener una unidad familiar sólida. Nuestras palabras son comunicación, compromiso y compasión".
Sarah Ferguson conoció al hijo favorito de Isabel II a través de su amiga Diana de Gales en Ascot en 1985. Menos de un año después, enamoradísimos, decidieron casarse. Pero las cosas no fueron fáciles y en 1992, tras la publicación de unas comprometidas fotos de Sarah con Steve Wyatt, anunciaron su separación. No sería el único escándalo en el que ella y el príncipe Andrés se verían envueltos, y Jeffrey Epstein aparece en las biografías más opacas de ambos. Después de la entrevista del príncipe al programa de la BBC Newsnight en noviembre de 2019 en la que trató, de forma desafortunada, explicar su amistad con el pedófio, dio un paso atrás en la familia real británica. De ahí que pueda entenderse que Sarah tema las consecuencias de esta entrevista. Sin embargo ella es mucho más hermética y se limita a hablar de lo que más de cerca le concierne, aunque hace referencia a Meghan y Harry, a quienes les desea que sean felices por encima de todo, y a su entrevista con Oprah que, por cierto, también entrevistó a Fergie tras su divorcio en 1996, en la que confesó que la vida real "no era un cuento de hadas".
Respecto a la relación de Harry y Guillermo, solo observa que Diana estaría orgullosa de sus hijos y de las familias que ambos han construido, mientras que a ella se refiere como su mejor amiga: "Ella está siempre en mi corazón. Ella era mi mejor amiga entonces y todavía lo es ahora. No hay mejor ejemplo de dar de corazón al mundo que ella". A Diana "la amé desde el momento en que la conocí cuando tenía 14 años hasta el momento en que falleció", dice. "No había nadie como ella y nunca lo habrá", asegura la duquesa.
Tenés que leerDemandaron a Andrés de York y Sarah Ferguson por una millonaria deuda en SuizaA sus 61 años asegura estar satisfecha con su físico –"me siento cómoda conmigo misma: amo mi cabello rojo, amo mis tobillos delgados y amo mi cintura"- y orgullosa de sus defectos, algo que no siempre ha sido así. Estar en el punto de mira, ser escrutada e incluso insultada no fue nada fácil. "Ser el foco del escrutinio público y la crítica tiene un costo en la salud mental, inevitablemente", admite. “He sido muy abierto acerca de lo difícil que fue cuando los tabloides criticaron mi peso y mis elecciones y me llamaron la 'duquesa de cerdo", todavía lamenta sobre una situación hoy revertida.
Ferguson describe a la reina como "una gran influencia orientadora en mi vida"; "Es la dama más extraordinaria y la jefa de estado más extraordinaria y la suegra más extraordinaria". Sin embargo, sobre la relación del duque de Edimburgo es menos espléndida y no aclara si hicieron las paces al final de su vida. Es sabido que no era del agrado del príncipe Felipe y que incluso la vetó en los veranos de Balmoral. Aun así, Sarah Ferguson es la madre de Beatriz y Eugenia, nietas de la reina, y siempre ha estado al lado de sus hijas, en los malos y los buenos momentos, como en la boda de Eugenia con Jack Brooksbank donde acaparó miradas y cierto protagonismo. Unos meses después, la reina invitó a su exnuera a que volviera a Ascot.