Mili López
El disco del compositor y pianista Sebastián Macchi se presentará este sábado a las 21.30 en el Centro Cultural y de Convenciones La Vieja Usina de la ciudad de Paraná. En esta nota, el músico paranaense habla del proceso creativo de las canciones, del nombre del disco y de las nuevas músicas que nacen en torno al Litoral.
Mili López
Este sábado a las 21.30 se presentará “Melodía Baldía”, el nuevo material discográfico del pianista y compositor Sebastián Macchi en el Centro Cultural y de Convenciones La Vieja Usina, Gregoria Matorras de San Martín 861, de la ciudad de Paraná.
“El concepto del álbum y en este caso la presentación busca reflejar un momento vivencial, intentando construir un relato, no se tratan de canciones aisladas sino pensadas como capítulos de una historia”, dice Seba Macchi a modo de convite.
“Melodía Baldía” fue grabado con la participación de Fernando Silva (contrabajo), Gonzalo Díaz (batería y percusión). A ellos se suma un nutrido grupo de intérpretes nacionales y del exterior, entre los que se destacan Gustavo Cortés (Sig Ragga - Santa Fe), Nicolás Ibarburu (Uruguay), Ana Archetti (La Plata), Hugo Maldonado (Jujuy) y Vitor Gonçalves (Brasil). El compositor y flautista Luis Barbiero, en tanto, tuvo a su cargo arreglos para ensamble de cuerdas y vientos.
Así, guiados por la sensibilidad musical de Seba Macchi, el concierto estará a cargo de un ensamble de músicos especialmente reunido para la ocasión, que contará con la participación de: Fernando Silva, Gonzalo Díaz, Ana Archetti, Luciana Insfrán, Marcelo Gastaldi, Mauro Leyes, Leandro Drago, Luis Barbiero, Laura Urteaga y Natalia Damadián. La escenografía estará a cargo de Daniela Pavetto y Pamela Villarraza, y el diseño de audio de Juan Bonetti.
Este sábado, será un encuentro para recrear el concepto sonoro de este disco en la búsqueda de establecer una íntima conexión con las diferentes atmósferas que envuelven a sus canciones. “Es una profunda celebración, tanto el nacimiento del disco como la presentación del sábado, es una manera de poner en manifiesto algo que acontece, porque estos procesos son colectivos, más allá que sea un disco solista, detrás de eso hay un colectivo humano enorme de amistad, de afecto, de cooperativismo, de colaboraciones artísticas sin el cual para mí sería muy difícil llevarlo a cabo. Poder reunir a toda esta familia es una alegría absoluta”, destaca el artista.
Las entradas anticipadas a $ 1.000 se adquieren en The Music Store (Gualeguaychú 442). En puerta tendrán un costo de $ 1.500. Habrá servicio de cantina, con comida y bebida.
“Detrás del aguaribay/ ha quedado la ciudad/ que no me deja mirar/ el verde de las luciérnagas”, dicen los versos del primer track que lleva el mismo nombre del disco.
Más allá de un juego de palabras, “Melodía Baldía” es también una idea poética o filosófica. “Baldía se refiere a una fracción de tierra improductiva, que no ha sido explotada o no tiene propietario y aunque desde la mirada del productivismo resultaría inútil, es el hábitat de millares de insectos y animalitos; vegetación, plantas medicinales, su intemperie es el escenario necesario de una biodiversidad que resulta esencial para el equilibrio y la vida del lugar”, explica Macchi y agrega “también la música alberga esta condición y posee un valor intrínseco y puro para la cultura de un lugar por fuera de los cánones del mercado o el progreso”.
En sus canciones, expresa con palabras y sonidos estos sentires y miradas sobre el ecosistema que lo circunda. En “Cancioncitá” dice: “Pobres torcazas torcacitás / pude espiarlas refunfuñar /vieron el monte palidecer /y a un pobre zonzo creerse rey”.
Reflexiona: “Considero que nuestra generación está asistiendo a un verdadero ecocidio de la tierra en manos de un sistema productivo atroz y que está dejando un saldo de muerte y de contaminación con el medio y con la cultura local. Me es inevitable tener que nombrar esto en las canciones por la necesidad de expresarlo y pensar en alternativas”.
“Melodía Baldía” invita a una escucha atenta desde el primer track hasta el último. Está armado de modo tal que la escucha no sea aislada sino una sucesión de canciones. Este disco se construyó con composiciones propias de Macchi, algunas canciones más recientes con otras que tienen más de diez años. En ese período de tiempo, las influencias musicales han sido un abanico abierto. Por citar algunos, Macchi dice: “Hay ciertos compositores de la canción brasileña que están muy presentes como Chico Buarque, Dorival Caymmi, Tom Jobim, Milton Nascimento, Gilberto Gil, y músicas más cercanas como las uruguayas como Eduardo Mateo, Hugo Fattoruso, y otros de músicos argentinos”.
Asimismo, fue una nueva experiencia el trabajo con las letras. “Miguel Ángel es un poeta de Villaguay y fue uno de los jóvenes que había visitado a Juan L. Ortiz y en sucesivos encuentros compartió mucha poesía nueva para mí, y me mostró otras formas de escribir. El hecho de poder incluir en la belleza de un poema, palabras que incomodan o son feas, como glifosato, ecocidio, basura, que si bien se hallan por fuera de una mirada pintoresca del lugar pueden ser muy útiles para expresar este tiempo y este paisaje de este tiempo”.
Los procesos creativos de estas canciones han sido muy diversos. Los disparadores quizás fueron una charla, un acorde, lecturas, momentos lúdicos o algún sentir personal e íntimo. Así, al momento de ponerlas en sonidos, Seba eligió y pensó para cada una de ellas una atmósfera y una sonoridad para los arreglos.
“Por las características de este álbum que no es de un grupo, sino que es solista y me di el regalo y la libertad de poder vestir cada canción con el ropaje que me imaginaba ideal para ella, así que aparecen diferentes orquestaciones, algunas más rítmicas, otras más camarísticas, otras más eléctricas, buscando generarle a cada canción una atmósfera homogénea con la historia que está queriendo contar”, cuenta.
Desde hace un tiempo se vienen gestando músicas de esta orilla, con nuevos sonidos que se entremezclan con las raíces y que dialogan con otras músicas. Seba Macchi es uno de esos compositores que está poblando la escena musical del Litoral junto a otros músicos como el grupo santafesino Barro, la pianista santafesina Ailén Heredia, el cantautor paranaense Pedro Guastavino, el chaqueño Patricio Hermosilla, entre otros.
“Llama mucho la atención como en estos últimos años han emergido muchas músicas nuevas del litoral, miradas nuevas del paisaje y su canción y su poética. Son músicos y amigos que yo admiro y me da mucha alegría sentirme parte de este movimiento, movimiento que simplemente está sucediendo, que no tiene principios ni banderas”, dice Seba y suma “nada empieza de la nada, ha habido compositores fundacionales de la canción litoraleña como son Ramón Ayala, el Chacho Muller, y los ineludibles Zurdo Martínez y Aníbal Sampayo, y se va recogiendo y resignificando su legado”.
Algunos de sus proyectos y discos editados son “Luz de Agua”, junto a Claudio Bolzani y Fernando Silva, con quienes realizó el disco homónimo musicalizando versos del poeta entrerriano Juan L. Ortiz (2005); y más tarde “Otras canciones” (2015) a partir de composiciones propias del trío. También grabó “Piano Solito” (2017), su primer trabajo solista basado en formas musicales libres y ligadas a rítmicas del folclore argentino y sudamericano.
Su discografía ha sido editada en Argentina (Shagrada Medra) y en Japón (Impartmaint Inc). En 2019 realizó una gira artística por ciudades de Alemania, Dinamarca, Italia y España, y ese mismo año visitó Japón para el lanzamiento del disco “Aguasílabas” de Sebastián Macchi Trío, junto a Carlos Aguirre.