Lunes 26.10.2020
/Última actualización 11:44
El viernes 30 de octubre Cielo Razzo se presenta vía streaming a través de la plataforma Argentina Show Live estrenando su single “El punto” y más temas, con un show renovado. Será este el tercer show online de la banda, tras su regreso en mayo después del parate obligado por la pandemia del Covid-19, iniciando el ciclo vía La Seguimos en Vivo (impulsado por el Ministerio de Cultura de la Provincia de Santa Fe), desde la Plataforma Lavardén, y en agosto formaron parte nuevamente del Cosquín Rock, en su primera edición virtual.
Con letra del cantante Pablo Pino y música de la banda, “El punto” fue grabado en agosto 2020 en los estudios Marea y Magia Producciones por Ernesto Aldaz como técnico de grabación y la asistencia técnica de Rafael Piraino. Mezclado por Alejandro Vázquez en Estudio Numen y masterizado por Daniel Osorio en estudio El Ángel.
De estas cosas y de la realidad de los músicos en este particular contexto charló El Litoral con Pino, referente de una formación que se completa con Diego Almirón (guitarra y coros), Fernando Aime (guitarra), Cristian Narváez (bajo) y Javier Robledo (batería y coros); y se completará con Marcelo Vizzarri (teclados) como músico invitado.
-¿Cómo salió la propuesta de este streaming, y qué se va a escuchar?
-Por medio de algunos colegas, que en esta época se estuvieron comunicando mucho entre todos (productores, músicos, etc.). Cristian (Narváez, también bajista), que es el manager, tuvo una charla y salió esta propuesta: es una productora de Buenos Aires, tiene un arreglo que está bueno, es casi como un boliche o un pub, no hay que poner plata, vamos a trabajar y pagamos los costos como se solía hacer antes. Ahora está más complicado, porque el streaming es una cuestión de producción bastante cara, normalmente tiene un costo y a veces es medio complicado acceder a eso.
En la parte artística principalmente vamos a estar presentando dos canciones, que son los dos primeros sencillos que salieron. En realidad salió uno, “El punto”, hace una semana; el otro estamos viendo si sale el 6 o el 13 de noviembre, por una cuestión de logística con las plataformas. Son los dos primeros sencillos de esta nueva etapa, y es la primera vez que sacamos sencillos: en su momento habremos hecho algún demo, cuando no teníamos discos.
Después vamos a hacer una lista que no va a tener nada que ver con ninguno de los otros dos vivos que hicimos: el primero fue el de la Lavardén y el Cosquín Rock. Son listas totalmente distintas.
-¿Cómo se va a llamar el segundo single?
-La verdad, todavía estamos discutiendo el nombre. Normalmente terminamos de decidir eso a días, cuando nos aprietan que hay que presentar todo el papeleo, y eso todavía no pasó. Algo con “luz”, seguramente, lo máximo que te puedo decir (risas).
-¿Cómo han sentido esto de tocar sin el público?
-Lo más lógico sería poder no tocar, porque nuestro oficio, nuestra labor, es básicamente el escenario. Pero en un punto somos trabajadores de esto, y también hay un círculo muy grande, que es más grande que nosotros, y tenemos que tratar de participar y estar ahí por laburo. No tiene comparación en cuanto a sensación, pasión, gusto y emoción con un vivo; pero está en nosotros tratar de lograr que eso esté bueno.
Y además creo que a la gente le gusta: a mí me hizo bien ver un par de cosas de artistas a los que quiero y me gustan. Entonces hay que verlo por ese lado: por más que a uno a veces no le guste también necesita comer, hay gente que labura de esto, y hay gente que lo va a apreciar. Hay muchos puntos para estar atento.
-Grabaron estos dos temas, estuvieron desde agosto trabajando. ¿Cómo fue juntarse en medio del aislamiento a componer y a grabar? ¿O los temas ya estaban?
-Las veces que nos juntamos en principio fueron para la Lavardén, pudimos conseguir los permisos. Después ya estábamos en una situación de poder juntarnos, las salas están habilitadas; pudimos hacer la cuestión protocolar, que es la más hinchapelotas; obviamente que a todos nos preocupa el contagio. Tenemos una sala propia, tiene patio, podemos ventilar todo el tiempo; respetamos bastante la cuestión de la sanidad. Nunca fuimos de tomar mate, así que nunca compartimos las bombillas.
Obviamente que cuando fue lo de la Lavardén fue complejo, porque había otra sensación. Sigo pensando que hay que seguir manteniéndose adentro: salgo solamente para trabajar, que son los ensayos y demás, y creo que compañeros igual. Pero en un principio tenía una cosita extraña, no te digo paranoia pero algo temerosa. Lo llevamos y lo hicimos bien.
El barbijo es como la púa ahora: una hinchada de pelotas la verdad, pero aprendimos a convivir.
-¿Cómo fue para una banda tan acostumbrada a estar juntos y en la ruta buena parte de año parar y no verse?
-La parte que más nos costó a todos (como a todo al mundo, como al que puede estar leyendo esto o estoy viendo pasar en la vereda de mi casa) fue el no poder acercarse como uno quisiera a la gente que uno piensa que tiene que estar cerca: los padres, los abuelos. Fue mucho más difícil la cuestión humana, porque con mi guitarrista estuve, canto, la música está siempre; más allá de que había momento en que extrañaba fuerte el hecho de subir al colectivo y comenzar una gira a las 7 de la mañana con el sol en la cara.
Obviamente que eso se extraña. Subirse al escenario y ver a la gente ahí, fascinados, todos juntos. Pero creo que fue un golpe para todos esta cuestión humana: no poder abrazar; los que tenemos la suerte de tener padres no poder darle un beso a la vieja para el Día de la Madre, o abrazar a tu viejo si lo ves mal. Esas cosas son las más difíciles.
La banda como siempre es una expresión de todo eso. Entonces tuvimos nuestros días en que estábamos súper enojados, otros días súper sensibles, con emociones fuertes dando vueltas. Muchas frustraciones, alegría, nostalgia, una mezcla de cosas.
Vos ves en la calle la cara de la gente: hay una amargura, más allá de las publicidades de “fuerza”, o los aplausos, es muy duro para toda la gente. Y hay gente que la está pasando fiero, entonces tratar de ver eso. Yo ahora estoy sentado en mi casa, están mis hijos, mi pareja, tengo actividades, tengo comida, un montón de cosas positivas, más allá de la angustia. Pero hay gente que la está pasando feo y eso es lo que entristece.
-Arrancaron el año haciendo The Roxy, Explosiva Fest, Rock en Baradero, Late Funes. ¿Cómo vivieron el parate repentino y qué proyectos tenían en vista para el resto del año?
-Veníamos con la cabeza con lo que está pasando ahora, las canciones nuevas. La diferencia radica en que nosotros en ese momento estábamos con la idea de un disco, estábamos definiendo cómo iba a ser. En la temporada de pandemia se decidió por miles de cuestiones que íbamos a hacerlo de esta forma, en sencillos.
Básicamente lo que modificó es el tema laboral, porque hubiésemos estado girando y tocando en Buenos Aires, nos hubiésemos presentado acá (en Rosario), hubiésemos hecho bastantes shows.
Lo otro lo pudimos resolver, lo de las canciones nuevas. Sacar sencillos lo simplificó, nos dio un aire, porque hacer un disco tiene mucho que ver con un tiempo que ahora no hay; con un presupuesto alto que tampoco hay. A veces las cosas se hacen por gusto, y a veces hay que analizar todas las posibilidades; me gusta verlo de ese lado: son posibilidades y las tomamos. Analizamos presupuestos, tiempos, la restricciones que hay ahora, todo ese contrato que teníamos con PopArt, y la mejor forma fue salir con los sencillos.
-O sea que están trabajando en más canciones.
-Sí: la idea es que vayan saliendo. Había un grupo grande de canciones dando vueltas hace tiempo; siempre hay canciones. Lo que pasa es que siempre van apareciendo nuevas. Ahora que salieron estas dos lo que nos pusimos como meta es que hasta marzo estén saliendo canciones, supongo que cerca de diez en este formato. De esa manera me parece que es más liviano para nosotros: salimos del streaming la semana que viene y la otra semana ya empezamos a empezar las jornadas de grabación para las próximas canciones, y después otras dos.
Está bueno porque no te metés tanta presión. En un disco tenés que trabajar todo de golpe, tiempos más cortos, esto está bueno.
-Y te va dando una devolución con el público más inmediata.
-Sí, totalmente: sacás un disco y tenés una devolución, “está bueno, está malo”, se hace un análisis del disco. Acá vamos a tener devoluciones todo el tiempo que salgan las canciones: por ahí puede ser muy positivo o negativo, van a ser diez devoluciones que no sabemos si van a ser buenas o no. Más allá de eso sabemos que es el juego, así que está bien.
-¿Tienen más actividades de streamings, u otras cosas en vista?
-Es complejo en el hecho de decir “tenemos que hacerlo”. Ahora estamos abocados a trabajar en este show: hacer prensa, mover las redes, ensayar, preparar los temas nuevos; seguir componiendo para grabar más adelante. Pero sí tenemos que hacer, y va a haber: hay muchas ideas dando vueltas, sabemos que tenemos que hacer streamings vivos... no me gusta mucho la palabra streaming, es como que se vació pareciera; shows virtuales, u online, van a estar. Pero también está la idea de hacer lo que yo llamo “enlatados”, shows grabados: ahora podés generar contenidos de otro lado, y trabajar con elementos que antes no lo hacíamos.
Tratamos de entender que hay que surfear esta ola de incertidumbre, lidiando con la angustia, los tiempos, la salud, que es lo principal. Con todo eso armonizar para tener la fuerza de generar cosas.
Instagram: @cielorazzooficial
Facebook: @cielorazzooficial