Lunes 8.5.2023
/Última actualización 17:52
Agnieszka Kazimierska crea e interpreta bajo la dirección del italiano Mario Biagini un unipersonal itinerante, que durante ocho años ha desarrollado presentaciones a nivel mundial. En su historial podemos enumerar las realizadas en Italia tanto en Pontedera (Teatro Era) como en Florencia (PARC-Teatro Della Pergola) o Milán (FE Fabbrica dell'Esperienza Teatro). También viajó por Selcuk, Turquía (Medresesi Tyiatro); Perm, Russia (Diaghilev International Festival), Toronto, Canadá (Studio Theatre); NYC, Estados Unidos (Andrew Freedman Home Cultural Center); París, Francia (Theatre de La Ville) y, más recientemente, en Estambul, Turquía, (Theater Bahçe Galata, Theater BAU PERA SAHNE, Theater Alan Kadıköy) en Sofía, Bulgaria (Toplocentrala Cultural Center); Edimburgo Fringe Festival, Reino Unido (Thistle Theater), en Albuquerque, Nuevo México, Estados Unidos (Fusion at The Cell Theater) y en Santa Fe, Nuevo México, Estados Unidos (Teatro Paraguas).
En nuestro país ha realizado presentaciones en Rosario (Espacio Bravo) y en Buenos Aires (Espacio Polonia). Una visita fugaz la vuelve a traer por la ciudad para desarrollar una única función el próximo sábado 13 de mayo a las 20 en sala La sonrisa de Beckett (Entre Ríos 1051). Este medio dialogó con la artista.
-Hablanos de tus años de formación con los maestros Workcenter de Jerzy Grotowski y Thomas Richards, ¿Qué enseñanzas te dejaron?
-Workcenter funcionó como un centro de experiencia teatral pero también como compañía. Estábamos haciendo obras en distintos festivales y residencias teatrales con muestras de nuestro trabajo. Fue un grupo y centro de aprendizaje. Yo me estaba formando, un poco como en los viejos tiempos, observando y aprendiendo de los maestros. Yo venía con mi experiencia de formación en Polonia en teatro y danza, pero iba bastante verde como actriz y tenía un montón que aprender. La invitación fue para actuar, no para aprender. Me pareció una enseñanza muy importante. Fue muy importante asistir a otras personas, crear “acá, desde donde estás”, “abre los nuevos mundos y espeja al mundo como lo percibes”, “haz tus preguntas y respóndela con acción de teatro como la entiendes ahora”. Es decir, entrar en la creación con el lenguaje que es el teatro donde el ahora va cambiando siempre y es necesario hacer el vínculo.
La cultura de Polonia e Italia tiene mucha influencia de la cultura cristiana. Esta huella de “nosotros en la tierra nos vamos a preparar para lo que venga en el cielo”. Esto impacta en toda la gente, forme parte o no de la iglesia. El teatro es distinto, es hacerlo ahora. Esto me parece una enseñanza muy importante.
El teatro tiene la increíble enseñanza de involucrar a toda la persona en la acción, lo corporal, lo sentimental y aquellas cosas que no tenemos capacidad de entender que es en el acto, usando la estructura del espectáculo como soporte.
Otra enseñanza es el ir juntos en un proyecto con toda la gente que esta involucrada en una obra. Coexistir mente, cuerpo y sentimiento. Cada aspecto con su importancia. Esto permite la sinceridad existencial, mostrar también nuestros lados oscuros que no queremos ser.
La sabiduría la he encontrado en personas sencillas que no ocupan lugares públicos, es decir en lugares que no son visibles.
Foto: Georgie Sharov-Katie’s Tales es una obra itinerante, ¿En qué lugares se ha realizado?
-Se realizó en EEUU, en distintas ciudades de Italia, Rusia, Francia, Turquía, Canadá, Bulgaria, en Argentina el año pasado estuvimos en Buenos Aires y en Rosario. En cada lugar se presenta un poco diferente.
-¿Cómo nace esta historia de amor que hoy conocemos en la obra?
-Nace al interior del mundo de la actriz, una persona, una mujer que siente que hay una parte en ella que está llamada a algo. Esta llamada y deseo de unión existe todavía hoy en día y vivió distintos percosos, incluso en la creación de la obra misma. Vivió a través de una mujer que se está despidiendo de su pareja, de su enamorado que está esperando su regreso. Es algo muy polaco, esta transposición de la historia de amor con una búsqueda íntima, de una unión al interior del ser humano. Una historia de amor que es un paralelo a la búsqueda de un ser humano que anhela divinidad. Busca vivir su aspecto divino, total.
Usando un poco paradigmas jungianos, de alguna manera es una historia de animas que está buscando su ánimos. Es algo que existe mucho en todas las culturas, las canciones hablan de amor, separaciones, esperas, esperanzas. Las canciones polacas también son otros puntos de partida a esta historia de amor. Estas canciones tradicionales están radicadas en el pasado de la gente de Polonia que fue muy turbulento. Gente atravesada por la angustia de separación por los contextos que este país vivió, donde la angustia adquiere otras capaz. La espera y a la vez la continuidad de la vida, porque había que hacer cosas para sobrevivir, de estas raíces nace esta historia de amor. Mi historia de amor nace también del encuentro con poesías muy bellas de Kabir y los cantos de Salomón que hablan del amor divino que me abrieron algunas puertas. Nace del deseo de conocer qué es este amor, qué implica y cómo se lo cultiva.
-¿Cómo te resultó la adaptación de la historia al castellano?
-Es difícil saberlo exactamente. La primera traducción fue hecha por una mujer colombiana y después junto a mi marido y mi compañero de arte de creación /asistente artístico Alejandro Tomás Rodríguez. Ajustamos la traducción por las diferencias entre los modismos del castellano colombiano y argentino. Lo hicimos de una manera lo más cercana sin perder el sentido poético de algunas partes del texto. Creo que hicimos un buen trabajo, pero es con subtítulos, no hay un impacto directo porque yo estoy hablando en inglés y en polaco.
-Desde lo sonoro ofrece al espectador una gama de cantos tradicionales polacos, ¿Cómo se realizó la elección?
Algunas las conocía y amaba desde hace mucho tiempo. Otras me interesaban pero la razón fue más por construcción de la historia. Las canciones cuentan parte de la historia entera y eso también fue una razón. La secuencia de las canciones cuentan un poco el arco de la historia. Algunas son tradicionales y los personajes aparecen en esas canciones. Conservé la melodías pero creé más líricas para que la historia continúe. Desde lo sonoro aportan mucho a la obra.
-El italiano Mario Biagini es el director de la obra, ¿Cuándo nace el vínculo con él?
-Nace en el 2007 cuando vengo a Workcenter. El invitó a trabajar durante un año y medio a un nuevo proyecto y fui a la audición. Desde aquel momento fue mi maestro y director. El vínculo que se creó tiene muchos aspectos. Este es mi primer proyecto unipersonal con él desde el 2016 cuando le mostré la primera versión del espectáculo y aceptó dirigirlo. Este proyecto amplió nuestra relación y consciencia del uno al otro. Lo importante para mí es que él me estaba dando mucho espacio de autonomía y creación.
-Venís de dos presentaciones en Buenos Aires, ¿Cómo fue la recepción de Katie’s Tales ?
-Los encuentros fueron muy bellos, los sentí como un gran abrazo de los espectadores a Katie’s y su mundo. Fue una obra apreciada por los asistentes.
-Por segundo año consecutivo volvés a la ciudad de Rosario, ¿Qué sensaciones te provocó tu anterior visita?
Diciembre en Rosario fue un encuentro hermoso. Siento que la gente tiene sed de teatro. Le gusta vivir algo en vivo. Esta sensación de encuentro con muchas personas que desean salir me dio alivio que estas realidades teatrales y culturales existan, porque no es así en todos lados. Me encanta la cultura teatral que la ciudad tiene y artística en general.
-¿Cuáles son tus actuales expectativas en esta nueva visita?
-Quiero compartir este trabajo con la gente que ama este tipo de espejar el mundo que es el teatro, con las personas que disfrutan este arte y me parece que en Rosario este mundo está muy presente.
-¿Luego de Rosario, cuál es el camino itinerante de Katie’s Tales ?
-Todavía no lo sé. Quizás tome un poco de pausa con este espectáculo, para dedicarme a nuevas creaciones. El futuro de la obra es una sorpresa para mí misma y para el espectáculo, donde va a vivir nuevamente.
Creación y actuación: Agnieszka Kazimierska (Polonia); dirección: Mario Biagini (Italia); asistencia artística y técnica: Alejandro Tomás Rodríguez; fotografía: Renato Esposito; diseño: Jan Bosowski; prensa: Variopinto comunicación; producción general: Fondazione Teatro della Toscana/Workcenter of Jerzy Grotowski and Thomas Richards (Italia); producción en Argentina: Cecilia Ducca; espectáculo en inglés, con subtítulos en castellano. Con cantos tradicionales polacos. Evento recomendado por la Embajada de la República de Polonia en Buenos Aires. Función: sábado 13 de mayo a las 20. Lugar: La sonrisa de Beckett (Entre Ríos 1051, Rosario).